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'El chico gitano', Mikey Walsh. Ed. Capitán Swing, 2014.

ArteLetra en ARCADIA

El niño de los guantes de oro maldito: 'El chico gitano', de Mikey Walsh

Mikey Walsh, un gitano inglés, narra en este libro su infancia y adolescencia en un mundo secreto de la Inglaterra de los años ochenta. El recomendado de ArteLetra de este mes.

Inés Elvira Lopera
29 de agosto de 2019

Son itinerantes. Viven en caravanas.

Las mujeres adivinan la suerte. 
Los niños rara vez van al colegio. 
Los hombres adoran boxear.

Los gitanos romaníes no se juntan con payos1 por miedo a perder su raza. Han vivido en un mundo, pero sin ser parte de él. Fueron odiados y perseguidos por los nazis. Los han metido a la hoguera, acusados de paganos e impíos.

El chico gitano es un libro escrito por un gitano inglés: Mikey Walsh. Es la narración de su infancia y adolescencia en un mundo secreto en la Inglaterra de los años ochenta. En el libro nunca aparece Margaret Thatcher: es un reflejo de cuán aislada del mundo podía estar la comunidad gitana. Alguna vez, cinco siglos atrás, fue común ver gitanos en una pira en el Puente de Londres. No sin razón, mientras caía el Muro de Berlín, los gitanos ingleses iban de ciudad en ciudad aparcando sus caravanas –sus burbujas- en la parcela de turno, haciendo una vida ajena a asuntos de payos, aunque no ajena a tradiciones profundamente inglesas de una working class que, gitana o no gitana, veía el icónico sitcom Only Fools and Horses y comía de postre mousse Angel Delight de butterscotch2, chocolate o fresa.

Las tradiciones definen lo gitano y tejen un mundo en el que el honor y la familia son los pilares que signan la idiosincrasia de una raza que de tanto en tanto recoge sus bártulos en busca de nuevos lugares para nuevas vidas. Sus supersticiones son fascinantes. El desparpajo de palabras soeces en boca de niñas fumadoras de 10 años da cuenta del brío femenino de la raza; funerales de 300 personas hablan de una identidad que atesora lo suyo y a los suyos.   

Cuando Walsh nació le colgaron al cuello una cadena de oro con un diminuto par de guantes de boxeo que lo condenó al cuadrilátero. Mientras crecía entre Reading, Berkshire, West Sussex, Newark y Chertsey, Walsh fue convertido en un triste púgil sistemática y cruelmente maltratado. Su vida fue indeciblemente desgraciada, pero no por culpa de la raza gitana; por culpa de alguien embriagado en lo que pensó que era una genuina defensa del honor gitano pero en realidad fue un aluvión de zurras y palizas sin razón concebible. 

Guardó para sí el secreto que lo convertía en la peor vergüenza gitana. El secreto que, paradójicamente, un día le lavó el alquitrán que la violencia derramó en su infancia despojándolo por completo de su valía.

El chico gitano
Mikey Walsh
Ed. Capitán Swing, 2014

* * *

1. No gitanos.
2. 
Dulce de origen inglés hecho de azúcar y mantequilla.

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