LOS PARTIDOS EFIMEROS
CON OCASION DE LA CRISIS DE LA OLA VERDE
En Colombia es la elite del país, la única que tiene claro cuales son sus intereses, los demás sectores sociales andan del purgatorio al infierno dando bandazos en una búsqueda que parece ser eterna, pues cuando parece haberse encontrado una alternativa, basta con empezar a reconocerse como tal, para empezar a derrumbarse. Y así hemos visto, sobre todo a partir de la Descentralización y la elección Popular de Alcaldes, 1986, surgir infinidad de propuestas, ahogadas unas en Sangre, por la Violencia Paramilitar de la extrema derecha, caso de los Movimientos Cívicos y Unión Patriótica; y otras por un liderazgo incapaz de colocar los intereses colectivos por encima de sus intereses personales, casos Alianza Democrática M19, Polo Democrático Alternativo y la ultima tragedia el Partido Verde.
Esta incapacidad para identificar sus propios intereses y en consecuencia de encontrar su propio camino por parte de la izquierda, de la oposición y de los demócratas del país, se refleja de un lado en la búsqueda ansiosa de un Salvador, un Mesías, lo cual es caldo de cultivo para cualquiera que sea capaz de representar ese papel, no importa que sean absolutamente todo lo contrario de lo que quieren ver en ellos, últimamente lo fueron Uribe y ahora lo es Santos; por otro lado, una frustración recurrente que alimenta la abstención electoral, siempre cercana al cincuenta por ciento, y una búsqueda que no encuentra cauce y produce fenómenos como el POLO con sus 2.600.000 votos y el ultimo el del Partido Verde que por un breve lapso de tiempo se creyó podía ganar las pasadas elecciones presidenciales, logrando asustar a la derecha.
Hoy la Ola Verde que “creció como palma, esta cayendo como coco” y el POLO que también tuvo su oportunidad, se debate en una crisis que por sus connotaciones parece insuperable, al menos para ser una gran alternativa; tanto el uno como el otro pueden permanecer en la esfera política pero como pequeñas propuestas con pequeñas causas.
Lo que queda: la dispersión, la orfandad y la nueva búsqueda,con un agravante, la incapacidad de aprender de la experiencia, de evaluar y en consecuencia corregir los errores en que hemos caído. Seguirán entonces los pequeños caudillos, con sus pequeños intereses y sus pequeñas alianzas, esperando que se arme alguna iniciativa, para volver a repetir la historia. Algún día será! Pero hasta ahora no se ve la luz al final del túnel.