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AHI ESTAN, ESOS SON

COMIENZA EL JUICIO CONTRA LOS CRIMINALES DE GEURRA DE BOSNIA, PERO NO ESTAN LOS VERDADEROS RESPONSABLES.

10 de junio de 1996

La reacción de millones de televidentes cuando vieron a Dusan Tadic entrar a la sala de sesiones del tribunal especial de La Haya fue de incredulidad. Con su vestido azul, su pulcra corbata y su actitud de muchacho bueno del barrio, Tadic no podía ser aquel criminal que, bajo el nombre de combate de Dusko, se unió a la policía serbio-bosnia cuando el nacionalismo antimusulmán se rebeló contra la separación de Bosnia de Yugoslavia. Nada en su actitud hacía pensar que ese fuera el hombre que dirigió a los torturadores del campo de prisioneros de Omarska, en el noroeste de Bosnia, en 1992, y quien operó ocasionalmente en otros sitios de detención.Si efectivamente ese hombre con apariencia bonachona es o no el asesino que afirma la acusación, es algo que deberá determinarse en el juicio, donde su defensa sostiene que se trata de un caso de error de identidad. Lo que sí resulta claro desde ahora es que el tribunal, establecido por la Organización de Naciones Unidas para castigar los crímenes de la guerra civil de Bosnia, no parece tener posibilidades de completar su misión porque, aunque ya hay detenidos en varias partes de Europa, nada indica que los verdaderos reos, es decir, los responsables políticos de la carnicería, estén cerca de enfrentar sus culpas.De hecho, de la lista de 57 acusados, sólo siete de los más vulnerables han sido detenidos, y ni los aprehendidos tienen mayor importancia política ni sus capturas representan un compromiso verdadero de las partes para llevar a los criminales ante la justicia.Además de Tadic, apresado en Alemania, el general Djordje Djukic, de las milicias serbio-bosnias, y un tercero de menor importancia, Zdravko Mucic, fueron capturados por sus enemigos musulmanes en Bosnia. Otros dos, Drazen Erdemovic y Radoslav Kremenovic, fueron apresados y serán entregados por el presidente de lo que queda de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, sólo porque ellos mismos habían confesado al periódico francés Le Figaro su participación en la matanza de 1.200 civiles en Sbrenica en julio de 1995. La cuota croata, constituida por el general Tihomir Blaskic, acusado de la destrucción de 14 villorrios entre 1993 y 1994, supuestamente se basa en que el general se entregó voluntariamente, lo cual no implica que Croacia esté dispuesta a convertir su enjuiciamiento en un precedente válido para el resto de los inculpados de esa nacionalidad. Y lo más importante, ninguno de los reos ha sido capturado por las fuerzas internacionales de la OTAN .Eso deja por fuera a dos personajes claves: el 'presidente' serbio-bosnio Radovan Karadzic, y su comandante militar, el general Ratko Mladic. Estos dos personajes fueron los responsables directos de las operaciones de 'limpieza étnica' de los poblados musulmanes y del establecimiento de campos de concentración en los que los prisioneros vivieron penalidades sólo comparables a las de las víctimas de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.Lo que hace más paradójica la situación es que las tropas de la OTAN no hacen ningún esfuerzo por capturar a esos personajes a pesar de las manifestaciones de los respectivos gobiernos en ese sentido. Un ejemplo son las palabras del presidente norteamericano Bill Clinton, quien a finales del año pasado declaró que "Tenemos la obligación de llevar adelante las enseñanzas del Nüremberg (el tribunal de guerra que castigó a los nazis). Debe haber paz para que prevalezca la justicia, pero debe haber justicia donde la paz prevalece".Sin embargo las tropas de la OTAN saben perfectamente dónde residen los acusados, pero hasta ahora se han abstenido de capturarlos con el argumento de que tienen una misión mucho más importante, que es la de mantener a las partes alejadas y evitar que se reanuden las confrontaciones. Esa es una posición que se basa en la experiencia norteamericana de Somalia, donde decenas de soldados murieron en el intento por capturar a un líder militar.Lo peor es que Karadzic y Mladic siguen activos como líderes de los serbio-bosnios y que su presencia es una de las causas fundamentales para que los acuerdos para la reconstitución de Bosnia como país unitario estén hasta ahora en el papel. Porque, con esos líderes de por medio, Bosnia sigue efectivamente dividida y la restitución de tierras acordada en los pactos de Dayton se ha convertido en una ficción.En esas condiciones, la captura y enjuiciamiento de Karadzic y Mladic (considerados héroes por sus comunidades) es fundamental, no sólo para que haya justicia para sus víctimas sino para que la paz realmente se afiance en Bosnia. De no ser así, muchos piensan que una vez las tropas extranjeras salgan del país la guerra civil volverá a colarse por entre las heridas no sanadas de la tragedia bosnia.