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Donald Trump y su “cacería de brujas”

Así se refiere el presidente estadounidense a la investigación del fiscal especial Robert Mueller por la supuesta colusión de su campaña con el Kremlin para ganar las elecciones. Mientras nuevas revelaciones cierran el cerco a su alrededor, el presidente prepara su contraataque.

21 de mayo de 2018

En el Washington de Trump no es novedad que un medio de comunicación revele nuevos detalles sobre alguna nueva investigación que pueda perjudicarlo.  Tampoco es nuevo que, sin argumentos, él ataque a ese medio. Esta vez se fue lanza en ristre contra el The New York Times después de que el periódico publicó una historia en la que asegura que el hijo mayor de Trump se reunió en agosto de 2016 con representantes del gobierno de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos, quienes ofrecían ayuda en su campaña presidencial.

Según el diario, los  emisarios extranjeros cooperaron con Robert Mueller, el abogado que investiga la supuesta interferencia rusa en las elecciones y los vínculos entre los asesores de Trump y Moscú. Esos nuevos detalles le produjeron gran preocupación a Trump ya que ahora no sabe hasta dónde puede llegar Mueller. Es tal la crispación del presidente que exigió parar la investigación argumentando que los 20 millones de dólares que cuesta mantenerla son un derroche monumental.

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Con esa nueva línea de ataque y por medio de varios trinos, Trump no disimuló su nerviosismo. Sabe que la pesquisa de Mueller, que el jueves cumplió un año, ahora tiene dientes para interrogarlo sobre sus lazos de Rusia con su campaña y sobre la posibilidad de haber incurrido en obstrucción a la justicia. Ya en enero de 2018, Mueller había mostrado interés en interrogar a Trump, para lo cual tiene tres opciones: declarar ante un jurado, contestar un cuestionario escrito o responder una entrevista.

Si es la última opción, Mueller y su equipo esperarían que el magnate, bajo presión, mienta bajo juramento. Los abogados de Trump por su parte, llevan ya tiempo preparándose para evitar que él comprometa su palabra, debido a que saben que Mueller está interesado en preguntarle sobre los encuentros del ex consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn con el entonces embajador ruso Sergei Kislyak  y el despido del director del FBI, James Comey. Las respuestas que salgan de ahí pueden demostrar que era cierta la afirmación de éste, según la cual Trump le pidió dar por terminada la investigación sobre Flynn. De esa manera efectivamente habría incurrido en el delito de obstrucción a la justicia.

Pero Trump no quiere dejar que lo acorralen, y anuncia un duro contraataque.  Ahora resolvió denunciar intereses políticos en el FBI y en el Departamento de Justicia y calificó la investigación de Mueller como una "cacería de brujas de 20 millones de dólares llevada a cabo por 13 demócratas enojados y llenos de conflictos, y por dos personas que han trabajado para (Barack) Obama durante 8 años”.

Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y ahora abogado de Trump, reveló que Mueller espera tener la entrevista con el presidente para mediados de julio. Todo tendría que ver con el interés del investigador especial en entregar los resultados de su pesquisa el primero de septiembre, con al menos dos meses de anticipación a las elecciones legislativas de noviembre.  Querría de ese modo evitar cometer el error de Comey, que una semana antes de las elecciones presidenciales anunció una investigación contra Hillary Clinton que cambió el curso de los comicios.

Pero el bando de Trump no quiere esperar tanto. Por eso Giuliani se prepara para pedir una investigación criminal contra James Comey por intercambiar información con el New York Times. De esa manera, podría restarle credibilidad a la palabra de Comey contra la del presidente.

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Nuevas reuniones en la mira de la investigación

Como ya se sabía, Donald Trump Jr. sostuvo en junio de 2016 un encuentro en la Torre Trump de Manhattan con varios ciudadanos rusos, entre los que se encontraba Natalia Veselnitskaya, abogada vinculada al gobierno del presidente Vladimir Putin. Cuando le dijeron que tenían información ‘sucia’ sobre Hillary Clinton, Trump Jr respondió: "Si es cierto, me encanta".  Luego dijo que solo habían hablado de la adopción por norteamericanos de niños rusos.

Pero ahora hay dos reuniones más que muestran que no solo los rusos querían influir en las elecciones. El hijo de Trump también se reunió en agosto de 2016 en el mismo edificio con Erik Prince, fundador de Blackwater, firma de seguridad privada, y con George Nader, un veterano de guerra de origen libanés que ayudó a contratistas estadounidenses a obtener jugosos negocios en Medio Oriente. De acuerdo con Alan Futerfas, abogado del hijo mayor de Trump, “presentaron al señor Trump Jr. un propuesta sobre redes sociales”. Eso explica la presencia del israelí Joel Zamel, director de WikiStrat, una compañía especializada en estrategias digitales. Aunque el mismo Futerfas dijo que de la reunión no resultó nada en concreto, analistas consideran que eso deja ver el interés de muchos en que Trump ganara las elecciones.

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Seychelles es un archipiélago de 115 islas situado en el océano Índico, frente a África Oriental. Allí los mismos Nader y Prince sostuvieron en enero de 2017  una reunión con Mohammed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dabi y Kirill Dmitriev, un banquero ruso vinculado al Kremlin. Nader es ahora un testigo más en la investigación de Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones. El reality en el que Trump convirtió a la Casa Blanca promete altos niveles de rating con sus próximos episodios.