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Sputnik V. (Photo by Kirill Kukhmar\TASS via Getty Images)
Sputnik V. (Photo by Kirill Kukhmar\TASS via Getty Images) | Foto: Kirill Kukhmar/TASS

CORONAVIRUS

Científicos alertan que lotes de la vacuna rusa importada a Brasil portaban el virus del resfriado

El país suramericano prohibió la implementación de la vacuna rusa en el país, argumentando que esta no era buena para la población.

29 de abril de 2021

La viróloga Ángela Rasmussen, investigadora de la Organización de Enfermedades Infecciosas y Vacunas de Canadá, dijo a la AFP que las vacunas rusas enviadas a Brasil tenían el virus del resfriado, por lo que se optó por prohibir la implementación del inmunizante.

En una presentación en la cual explicaron la decisión de prohibir la importación de las dosis de Sputnik V, las autoridades brasileñas dijeron que estos hallazgos “plantean interrogantes sobre la integridad de los procesos de fabricación”.

Además, resaltaron que la implementación de este tipo de vacunas podría ser un problema de seguridad para las personas con sistemas inmunitarios más débiles, si se descubre que el problema es generalizado.

El Instituto Gamaleya de Rusia, que desarrolló la vacuna, ha negado las acusaciones de las autoridades brasileñas.

Según los expertos brasileños, el problema se centra en un “vector de adenovirus”, un virus que normalmente causa una enfermedad respiratoria leve, pero que en las vacunas rusas está modificado genéticamente para que no se pueda replicar y editado para llevar las instrucciones de ADN con el fin de que las células humanas desarrollen la proteína para combatir el coronavirus.

Esto, a su vez, entrena al sistema humano para que esté preparado en caso de que luego se encuentre con el coronavirus real.

La vacuna Sputnik V utiliza dos vectores de adenovirus diferentes para realizar esta tarea: adenovirus tipo 26 (Ad26) para la primera inyección y adenovirus tipo 5 (Ad5) para la segunda inyección.

Según una presentación de diapositivas subida en línea, los científicos de Anvisa, el regulador de Brasil, dijeron que analizaron muestras de la vacuna de refuerzo y descubrieron que era “capaz de replicarse”, lo que significa que una vez dentro del cuerpo, el adenovirus puede continuar multiplicándose.

Agregaron que esto probablemente habría ocurrido debido a un problema de fabricación llamado “recombinación”, en el que el adenovirus modificado había recuperado los genes que necesitaba para replicarse mientras se cultivaba dentro de células humanas modificadas en un laboratorio.

Según Rasmussen, este error se debe a un “problema de control de calidad”, más que una complicación inherente a la tecnología de la vacuna.

Si los lotes utilizados en el mundo real estuvieran contaminados, entonces “para la mayoría de las personas esto probablemente no será un gran problema porque los adenovirus generalmente no se consideran patógenos humanos realmente importantes”, dijo.

El problema más grande –agregó– fue el impacto desafortunado en la confianza sobre una vacuna que un estudio en la revista The Lancet mostró que era segura y más del 90 % efectiva.

Si las personas no están seguras de que la vacuna que están recibiendo sea la misma que se estudió en los ensayos, entonces “puedo imaginar que algunas personas podrían tener sus reservas acerca de recibir esa vacuna”, dijo Rasmussen.

Otra incógnita es si el problema de fabricación que llevó a que el vector de adenovirus pudiera replicarse también anula el código de ADN de la proteína de pico, lo que hace que la inyección sea ineficaz como vacuna contra el coronavirus.

Aumenta la confianza de la vacuna rusa

Pese a los reportes y a las denuncias hechas por las autoridades brasileñas, cada vez más países están accediendo al inmunizante ruso con el fin de vacunar a la mayoría de población posible.

Sputnik V tiene dos ventajas fundamentales que facilitan su distribución: es una de las vacunas más baratas y puede transportarse fácilmente. Con un precio de 10 dólares (8,3 euros) por dosis –el mismo de la de Johnson & Johnson–, Sputnik V solo es superada en costo por la vacuna de Oxford/AstraZeneca, que cuesta 4 dólares (3,3 euros) por dosis. Esto significa que Sputnik V es más accesible para muchos países que luchan con el precio de la vacunación de su población.

Al igual que la vacuna de Oxford/AstraZeneca, Sputnik V no requiere un almacenamiento especializado. Su versión líquida puede almacenarse a temperaturas de congelador doméstico. Se está desarrollando una versión que se puede almacenar a temperaturas de nevera y también existe una versión en polvo.

El menor precio y la menor complejidad de la logística de Sputnik V, que en un principio se consideraba una forma de hacer llegar fácilmente la vacuna a las regiones remotas de Rusia, está atrayendo también a muchos fuera del país.