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El ICP evalúa y clasifica los países o territorios basándose en qué tan corrupto se percibe que es su sector público. | Foto: Transparencia Internacional

INFORME

Colombia y el club de los países corruptos

Pese a los avances en seguridad y economía, Colombia se raja en corrupción. ¿Cuál es la situación en los países que registran calificaciones similares?

7 de diciembre de 2012

El flagelo de la corrupción no abandona a Colombia. El país se ubica en la parte inferior del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), publicado el pasado 5 de diciembre por la ONG Transparencia Internacional, por debajo de vecinos como Brasil, Cuba, Perú, Panamá, Jamaica, El Salvador o Surinam.

"La corrupción en Colombia ha alcanzado un carácter estructural", afirma el informe que acompaña al IPC. En un comunicado de prensa emitido por la ONG, se precisa, además, que en el contexto americano Colombia "se encuentra en el grupo con calificaciones deficientes, menor a la de 19 países".
 
Las proporciones de la corrupción colombiana se pueden ver reflejadas en la situación que atraviesan lugares con resultados similares, como Tailandia, Grecia, Moldavia o Argentina, que han registrado recientemente traumáticos golpes de Estado, profundas manipulaciones de cifras económicas, o altos niveles de actividades mafiosas.

El rango inferior de la tabla

En una escala ascendente en la que 0 corresponde a países “muy corruptos” y 100 a “muy limpios”, Colombia alcanzó una calificación de 36 puntos. Entre los 176 evaluados por el IPC, el país se ubicó en la posición 94.

Durante años, Grecia, el país de la Unión Europea peor clasificado en el IPC y que a su vez obtuvo 36 puntos, ocultó fraudulentamente a las autoridades financieras su deuda mediante instrumentos opacos, lo que a la postre lo llevó a sufrir una crisis económica de enormes proporciones.

También 36 puntos obtuvo la ex República Soviética de Moldavia, que alberga en su zona nororiental al territorio separatista de Transnistria, una región copada por la mafia y el crimen organizado. Allí, en el 2008, el periodista británico Misha Glenny denunció la desaparición de 74 misiles tierra-aire, cada uno capaz de derribar un Boeing 747, y de los que hasta la fecha no se tiene noticia.

Con 37 puntos, apenas uno más que Colombia, se encuentra Tailandia. Pese al desarrollo alcanzado en las últimas décadas por este país del sudeste asiático, la década pasada fue particularmente convulsionada, con un golpe de Estado en el 2006 y una grave crisis política que se extendió del 2008 al 2010.

Con 35 puntos, uno menos que Colombia, se sitúa Argentina. El país austral, que durante años lideró los escalafones de desarrollo de Suramérica, ha perdido gran parte de su credibilidad internacional.
 
"Desde el 2007", afirma el semanario británico The Economist, "su gobierno publica cifras de inflación que casi nadie cree y (...) economistas independientes, instituciones provinciales y encuestas de inflación han puesto esas cifras a más del doble de los números oficiales".

Características del IPC

Según se explica en la página de Transparencia Internacional, el ICP evalúa y clasifica los países o territorios basándose en qué tan corrupto se percibe que es su sector público.

La razón por la que el IPC se basa en percepciones es porque la corrupción se caracteriza por las actividades ilegales, las cuales solo se conocen por escándalos, investigaciones o procesos. 
 
"Los sobornos sobre los que se ha informado o la cantidad de procesos que llegan hasta las cortes no se pueden tomar como un indicador definitivo de los niveles de corrupción (...) Por el contrario," afirma Transparencia Internacional, "esos datos muestran qué tan efectivos son los abogados, las cortes o los medios de comunicación que han investigado y expuesto los casos de corrupción".

La directora ejecutiva de Transparencia por Colombia, Elisabeth Ungar, considera que “a pesar de las reformas institucionales para combatir la corrupción (...) aún no se percibe el efecto que estas iniciativas deberían generar sobre prácticas corruptas al interior del Estado colombiano”.

"Hay denuncias, procesos de investigación, nuevas normas, pero se percibe que la sanción no es efectiva, predomina una sensación de impunidad", afirma Ungar.