El próximo viernes, los irlandeses votarán por segunda vez el referendo sobre el Tratado de Lisboa, clave para el fortalecimiento de la Unión Europea, ya que hace un año lo recha-zaron por considerarlo impreciso. En ese entonces, el ‘Tigre Celta’ se alzaba como un país a la vanguardia, con una economía próspera apuntalada en la construcción y en la producción industrial. Pero la crisis mundial frenó el progreso, tanto que las calles de Dublín se volvieron más grises, miles de edificios quedaron a medio levantar, y el desempleo y el estancamiento se convirtieron en problemas serios para el gobierno, que no goza de popularidad. Por todo ello esta vez es muy probable que le den el Sí a Europa, pues de lo contrario quedarían aislados y con pocas oportunidades de crecimiento. Nadie quiere ser el último de la clase, mucho menos del continente.