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Jair Bolsonaro después de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales en Brasil.
El actual presidente de Brasil ha regresado al Palacio del Planalto, una sede que no frecuentaba desde el pasado 3 de noviembre cuando tuvo un breve encuentro con el vicepresidente electo Geraldo Alckim | Foto: AFP

Brasil

Jair Bolsonaro vuelve al Palacio del Planalto después de permanecer 19 días recluido

El Partido Socialismo y Libertad de Brasil había enviado a la Fiscalía General una acusación de abandono de cargo público contra el presidente Bolsonaro.

23 de noviembre de 2022

El pasado 30 de octubre del 2022 se realizaron las elecciones para segunda vuelta presidencial en Brasil, que dieron como ganador a Luiz Inacio Lula da Silva. Han pasado 24 días desde ese anuncio y 19 días desde la última aparición en público del presidente derrotado en las urnas, Jair Bolsonaro.

La última vez que se le vio en público fue en una breve rueda de prensa emitida desde el palacio presidencial, donde no aceptó explícitamente el resultado pero sí ordenó a su equipo proceder a una transición ordenada al nuevo gobierno.

Seguido a esto se supo por su vicepresidente, el general Hamilton Mourao, que el presidente estaba enfermo y que su ausencia era una cuestión de salud ya que tenía una herida en la pierna, una erisipela (catalogada como una infección bacteriana de las capas de la piel).

Después de 19 días el actual presidente de Brasil ha regresado al Palacio del Planalto, una sede que no frecuentaba desde el pasado 3 de noviembre cuando tuvo un breve encuentro con el vicepresidente electo Geraldo Alckim, quien había sido llamado a una cita con el presidente para tratar diferentes temas de la transición.

En su agenda figura como último compromiso el 31 de octubre una reunión con su ministro de economía Paulo Guedes, lo que cambió hoy con una visita prevista del exministro de Desarrollo Regional y actual senador electo, Rogério Marinho.

Durante su ausencia de la sede del ejecutivo, Bolsonaro ha utilizado la residencia oficial como base de operaciones, recibiendo la visita de ministros y aliados, al tiempo que le exculpaban de haber desaparecido por una infección en la pierna que le impedía usar pantalones largos.

El día de ayer, martes, el presidente se reunió con el líder del Partido Liberal (PL), Valdemar Costa Neto, en relación a la auditoría con la que pretenden cuestionar los resultados de las elecciones.

Según el partido del presidente, más de 279.300 urnas electrónicas de las 577.000 que se utilizaron en estas elecciones “presentaron problemas crónicos” en su funcionamiento. Sin embargo, tal y como reconocen los propios socios de Bolsonaro, dicha auditoría no es más que otra forma de presionar a las autoridades electores y trasladar la presión a las calles, donde siguen produciéndose protestas antidemocráticas.

“Se requiere que sean invalidados los votos respectivos a las urnas electrónicas en que fueron comprobadas disconformidades irreparables de funcionamiento y que se determinen las consecuencias prácticas y jurídicas debidas con relación al resultado de la segunda vuelta de las elecciones”, dijo el PL en la denuncia firmada por el abogado Marcelo Bessa y dirigida al Tribunal Superior Electoral (TSE).

El partido de Bolsonaro alega un “mal funcionamiento” de cinco modelos de urnas, supuestamente demostrado en un informe técnico realizado por el Instituto Voto Legal, contratado por la propia formación, que “pondría en jaque la transparencia del proceso electoral”.

Parte de las razones por las que el presidente ha regresado a trabajar al palacio presidencial fue por una denuncia pública que realizó la bancada del PSOL (Partido Socialismo y Libertad de Brasil) quien envió a la Fiscalía General una acusación de abandono de cargo público contra Bolsonaro.

“En la clandestinidad, Bolsonaro sigue cometiendo crímenes contra la democracia y comanda manifestaciones golpistas desde Brasilia. ¡Tiene que responder por sus crímenes!” Así lo aseguró un mensaje en la cuenta oficial del PSOL.

Según la acusación, desde la derrota de Bolsonaro en las urnas, el mandatario trabajó 22 horas y 30 minutos, eso equivale a una hora y media al día, datos obtenidos por la agenda oficial difundida por el Palacio del Planalto.

Con información de Europa Press*