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LA CRIMEA DE LA DISCORDIA

En la penìnsula de Crimea se cocina un conflicto que podría hacer palidecer al de la antigua Yugoslavia.

30 de mayo de 1994

EN LA COSTA NORTE DEL Mar Negro, en la península de Crimea, un conflicto que ha permanecido en relativo silencio tiene una capacidad desestabilizadora que aún no se ha dimensionado. Allí, Rusia, la heredera del imperio soviético, disputa con la hoy república independiente Ucrania un territorio lleno de historia, de buques de guerra y, sobre todo, de rusos.
Allí, en Crimea, el fuego estuvo a punto de arder hace dos semanas, cuando 129 paracaidistas ucranianos tomaron por asalto la base de la 318 división de la Flota del Mar Negro y arrestaron a tres oficiales. Este es el último de los incidentes en la disputa entre Ucrania y Rusia por la península de Crimea, y por la Flota del Mar Negro, remanente del aparato soviético.
Propiedad rusa desde su conquista en el siglo XVIII, en 1954 Nikita Khruschev, hijo de un minero ucraniano la regaló a Ucrania. Entonces nadie se tomó el trabajo de discutirlo.
A partir de 1991, con la disolución de la URSS, para los rusos Crimea quedó en territorio extranjero. Su población de 27 millones de habitantes, en un 70 por ciento rusos, no se opuso entonces a la independencia, creyendo que podrían cosechar mejor vida fuera de la influencia de Moscú. Pero la realidad se encargó de demostrar lo contrario: hoy Ucrania está sumida en una brutal crisis económica. Su moneda, el karbovanetz, se cotiza a 38.000 contra el dólar, la inflación es del 80 por ciento mensual, y la producción cayó el año pasado un 50 por ciento.

LA FLOTA
El centro de la disputa es por la Flota del Mar Negro con sus 350 naves 208 submarinos, 150 aviones de combate, 85 helicópteros y 75.000 hombres. En 1992 un acuerdo entre Rusia y Ucrania dividió la Flota por partes iguales y la colocó bajo una comandancia unificada hasta su división en 1995.
En la práctica hay dos flotas, tres banderas y una gran confusión. Los fieles de Rusia izaron la bandera de San Andrés, los demás siguen usando los colores de la URSS, y cinco navíos izan la bandera ucraniana. En su mayoría los oficiales son rusos, se negaron a cumplir el acuerdo de división de la Flota y apoyaron a Vladimir Zhirinovski en las elecciones de diciembre.
Más que la Flota, las instalaciones de Sebastopol tienen un gran valor para Rusia, que tardaría años en hacer un puerto así en el Bàltico o el Pacìfico.
Ni Kiev ni Moscú quieren llevar a las armas por Crimea. A pesar de que en mayo de 1992 el Soviet Supremo ruso declaró inconstitucional la cesión de 1954 y luego votó anexar a Sebastopol, el presidente Yeltsin se opuso. Para calmar los ánimos, Ucrania dio a Crimea autonomía en junio de 1993. Se creó un presidente, que fue elegido el 16 de enero, y una ciudadanía local en el marco de la ucraniana. La autonomía le permite tener hasta un banco central y emitir su moneda, pero no autoriza la secesión.

LOS TARTAROS
Los tártaros son una etnia turca que poblaba la península desde el siglo XIII. Luego cayeron bajo dominio del imperio otomano hasta pasar a manos rusas en 1783. En octubre de 1921 el gobierno bolchevique permitió la creación de la República Socialista Soviética de Crimea en el marco de la URSS.
Los tártaros dominaron hasta las purgas estalinistas de 1927. En la Segunda Guerra Mundial, cerca de 200.000 tártaros fueron acusados de colaboración con los nazis y deportados, en la noche del 17 de mayo de 1944, a Siberia y los Urales.
En plena perestroika una ley autorizó a los tártaros a viajar. Gracias a un decreto del Soviet local, pudieron empezar a recuperar sus tierras en 1992. Han regresado más de 260.000 tártaros para reclamar sus derechos.
El chauvinismo ruso no se ha hecho esperar, con enfrentamientos violentos en los últimos años, y el asesinato, hace pocos meses, del presidente del Majlis o Parlamento tártaro.

LAS ELECCIONES
Yury Meshkov ganó la presidencia de Crimea en enero, tras prometer acercarse a Rusia e introducir el rublo. Más del 70 por ciento de la población votó a favor de nexos más estrechos con Rusia en un referendo realizado a fines de marzo, pero este fue declarado ilegal por el presidente ucraniano Leonid Kravchuk, quien decidió nombrar un prefecto para la región.
En Crimea, la duma está dominada por candidatos prorrusos y comunistas. El bloque Rusia, que apoya al presidente Yury Meshkov, obtuvo 54 de los 94 puestos. Los comunistas ganaron 15 puestos, los tártaros 14 y sólo pocos partidarios de mantenerse en Ucrania obtuvieron cargos. Meshkov llamó a boicotear las elecciones al Parlamento ucraniano. Como resultado de los 23 asientos destinados a Crimea, 14 fueron invalidados y 11 ganados por los comunistas.
Ucrania ha adherido al Tratado de No Proliferación Nuclear. Pero es el segundo ejército europeo después del ruso. En su territorio se encontraban varias de las más importantes fábricas productoras de los temibles SS que apuntaban contra Estados Unidos, y, a pesar de sus crisis, sigue siendo el segundo país de la ex URSS.
"El conflieto entre Rusia y Ucrania puede hacer que tomemos lo de Bosnia como un picnic organizado por los chicos de la escuela", sentenció el hoy difunto Richard Nixon, luego de su reciente visita a Moscú, tras recordar la grave amenaza que pende si las hermanas eslavas se agarran de los pelos por la Crimea de la discordia.