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En las manos del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y de la canciller alemana, Angela Merkel, está el futuro de las reformas necesarias para la viabilidad económica de la Unión Europea

Francia y Alemania

Negociaciones cruciales

Con el as de las protestas sociales en su manga, los sindicatos alemanes y franceses jugarán un pulso crucial para el futuro de las relaciones laborales en la Unión Europea.

24 de noviembre de 2007

En las últimas semanas se detuvo virtualmente el motor de la Unión Europea por cuenta de las protestas sociales. Tras el paro de tres días de los maquinistas de trenes en Alemania y los nueve días de huelga y sabotajes en los trenes de Francia y el transporte de París, los sindicatos inician unas negociaciones cruciales para el futuro no sólo de sus países, sino de toda la Unión Europea.

Los sindicatos han demostrado que pueden paralizar ambas naciones y echar al traste tanto las reformas laborales como las previsiones de crecimiento de la Unión Europea. La canciller alemana Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han conseguido ganar el primer pulso al conseguir el cese de las huelgas, pero todavía no han ganado la batalla. De hecho, los sindicatos se sientan a la mesa con el as de su derecho de huelga bajo el brazo, si las ofertas de los gobierno y las empresas no les satisfacen.

La verdad es que hay mucho en juego en Alemania, Francia y la Unión Europea. Los maquinistas alemanes piden un incremento salarial del 31 por ciento y consideran inaceptable el 10 por ciento ofrecido. "Las negociaciones de las próximas semanas serán cruciales porque si el sindicato consigue más ventajas, esto podría desencadenar una escalada alcista de sueldos, lo cual puede frenar aún más la economía más importante de la Unión Europea", dijo a SEMANA Siegmar Hauer, del Instituto de Investigaciones Sociales de Berlín.

En Francia las huelgas han costado más de 400 millones de euros y los analistas temen que un fracaso de Sarkozy en las negociacionespueda poner en riesgo el futuro de las reformas laborales que Francia debe emprender para equilibrar su economía. En 1995, estos sindicatos les hicieron dar marcha atrás a las reformas del presidente Jacques Chirac. Sarkozy ha logrado que los sindicatos desistan de la huelga y se ha mantenido firme en su tarea de acabar con los regímenes especiales de pensiones de varias empresas públicas. Su idea es que todos los trabajadores deben tener los mismos derechos: 40 años de cotizar para la pensión completa (y no los 37,5 años de algunas empresas) y recorte de la prestación a aquellos que trabajen menos de 40 años.

Los sindicatos franceses ya han convocado al paro para el 18 de diciembre si no alcanzan un acuerdo satisfactorio, por lo que Sarkozy deberá ceder y otorgarles ciertas compensaciones salariales si no quiere sufrir el descalabro que padeció Chirac.

Los expertos esperaban que Francia liderara el crecimiento de la Unión en lugar de la estancada Alemania, pero las huelgas están astillando las previsiones para estos años. Francia es la segunda economía de Europa y hoy es su único país con una importante agenda de reformas laborales y sociales.

Como dijo a SEMANA Marc Wilmart, asesor de la Comisión Europea, "estamos de acuerdo en que estas reformas son urgentes en los países de la Unión Europea, pero son impopulares y quienes se han atrevido han fracasado ante los sindicatos. Por eso esperamos que Francia y Alemania enseñen el camino. De su éxito o su fracaso dependerá el futuro de la Unión Europea".