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OTRA VEZ PIEDRA

Violencia y paralización de labores en la última jornada contra Pinochet

30 de abril de 1984

Para Rodolfo Seguel, el combativo presidente del Comando Nacional de Trabajadores (CNT), la jornada nacional de protesta "por el retorno a la democracia" que se realizó en todo el país el 27 de marzo, fue un "completo éxito". "El pueblo respondió masivamente al llamado de protesta pacífica y ahora le corresponde al gobierno dar los pasos necesarios para buscar una salida a la aguda crisis del país", dijo el líder sindical en la sede del organismo que convocó a la manifestación, respaldada por todos los partidos opositores.
Sin embargo, como en las ocasiones anteriores, la protesta arrojó un saldo sangriento: cinco personas fueron muertas y más de 400 fueron detenidas. Un estudiante universitario murió abaleado en la ciudad de Concepeión, 550 kilómetros al sur de Santiago, cuando la policía disolvió una manifestación. Otros estudiantes resultaron heridos durante mitines relámpagos que se llevaron a eabo en las calles centricas de Santiago, que fueron enfrentados con carros lanzaagua por contingentes policiales que se apostaron desde las primeras horas en puntos estratégicos. Según una versión de la policía, 80 personas fueron arrestadas durante los disturbios que se prolongaron durante varias horas, hasta poco antes del toque de queda anuneiado para las ocho de la noche. A partir de ese momento 269 personas fueron aprehendidas por infringir tal toque de queda.
Cuando Seguel hizo la primera evaluación de la jornada, la ciudad estaba prácticamente paralizada. La casi totalidad del comercio había cerrado sus puertas y las oficinas públicas y privadas del centro de la capital habían hecho lo mismo. Pasado el medio día escaseó mucho más el transporte que había circulado irregularmente desde las primeras horas. El presidente de los comerciantes minoristas, Rafael Cumsille, puso de relieve que mucho antes de la hora prevista para el cierre de los establecimientos, éstos ya habían bajado su cortinas. El presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, Hernol Florez, dijo, por su parte, que la acción era "ampliamente satisfactoria" y que "los trabajadores y la ciudadanía no se han dejado provocar por las fuerzas policiales".
Para el presidente de la Unión Mundial Demócrata Cristiana (UMD), el ex senador chileno Andrés Zaldívar, "la jornada (fue) todo un éxito, mejor de lo esperado, ya que cualquiera que la examine con racionalidad ve que incluso hay una tendencia a detener las actividades".
Zaldívar se refería al hecho de que en Santiago, la acción de protesta fue distinta a las habituales y, en cierto sentido, asemejo a un paro, cosa nueva pues ni el CNT, ni los partidos opositores habían decidido que la acción antigubernamental consistiría en la paralización de labores, sino en realizar otras manifestaciones, entre ellas un caceroleo anunciado para horas de la noche.
La fecha de un posible paro nacional de actividades será fijada por las organizaciones sindicales en una asamblea que deberá llevarse a cabo el 14 de abril próximo.
"La protesta es pacífica, el pueblo ha salido a las calles a gritar su descontento y no ha cometido desmanes.
Estos se producen por parte de las fuerzas represivas", manifestó a los periodistas el secretario general del Movimiento Democrático Popular, Jaime Insunza. La agrupación gremial de educadores (AGECH), por su parte, manifestó que según cálculos de la entidad el término medio del ausentismo escolar fue del 75% en las escuelas básicas y secundarias. Poco antes que se comenzara el toque de queda, el CNT, destacó que, a diferencia de otras protestas, se observó en ésta una "amplia participación de obreros en muchas fábricas que no concurrieron a los comedores a mediodía y realizaron, en cambio, asambleas para analizar la jornada en la perspectiva del paro nacional que será fijado próximamente" Citaron ejemplos de industrias textiles, metalúrgicas y de la construcción. El presidente de la Coordinadora Nacional Sindical, Manuel Bustos, formuló un llamado a la fuerza pública "para que no provocara" a los pobladores en la noche cuando golpeen las cacerolas en los barrios, al explicar que la muerte de un estudiante en Concepción y los heridos en Santiago fueron "justamente debido a los intentos oficiales de provocar a quienes manifestaban pacíficamente su descontento.
No queremos violencia", remarcó. -