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Isabel, de 94 años, ostenta el récord del
reinado más largo en la historia de Gran
Bretaña. Cuando muera, su secretario
privado se lo comunicará al primer
ministro, quien pondrá en marcha la
Operación Puente de Londres.
Tiara de zafiros de la reina Isabel II, la historia de la joya de la corona | Foto: GEOFF PUGH/GETTY IMAGES

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Tiara de zafiros de la reina Isabel II, la historia de la joya de la corona

En los últimos días se conoció el último retrato realizado a la máxima cabeza la monarquía británica; en él se ve una impresionante corona que en principio fue una gargantilla. Así llegó a las manos de la reina.

19 de octubre de 2020

Hace pocos días se conoció una fotografía del último retrato que se ha hecho a la Reina de Inglaterra Isabel II a sus 94 años, revelado por el fotógrafo Chris Jackson para el gobierno canadiense. En la imagen se ve a la cabeza de la monarquía inglesa con una impresionante tiara de zafiros que sobresale en el retrato, la cual lleva consigo una dramática historia.

De acuerdo con el fotógrafo, la reina Isabel II lleva consigo el “The king George VI Victorian Suite”, un collar y pendientes de zafiro azul y diamante que le fueron obsequiados por su padre el rey Jorge VI como regalo de boda en 1947. Se cree que las joyas datan de alrededor de 1850.

La tiara no siempre fue en forma de corona, ya que originalmente fue una gargantilla. La primer dueña fue la princesa Luisa María de Bélgica, quien la había recibido como regalo de su padre Leopoldo II de Bélgica. El abandono a su marido, y primo segundo, Felipe de Sajonia-Coburgo-Kohary en 1897 para fugarse con su amante provocó el lógico escándalo de la corte por el que su padre la desheredaría.

La vida con su amante no fue precisamente sencilla, ya que se vio envuelta en un escándalo de falsificación que, entre otras cosas, la dejó en la ruina. Pero, por suerte para ella (y para la familia real británica) le quedaban las joyas que había recibido de su madre, la archiduquesa María Enriqueta de Austria. Para superar su crisis económica, la princesa belga decidió vender las piezas. Entre ellas, una gargantilla de zafiros que la familia real británica compró para después llegar a manos de la hoy Reina Isabel II y con la que posa para el retrato canadiense.

Para acompañar la tiara, el rey Jorge VI decidió regalar el resto de joyas que luce la monarca por su boda con el príncipe Felipe en 1947: una pulsera, unos pendientes en forma de lágrima y un collar de 18 zafiros rectangulares en racimos de diamantes datado en 1850.

El pasado jueves, La reina Isabel II participó el jueves en su primer acto público desde el inicio de la pandemia de coronavirus, que la mantuvo siete meses en sus residencias, con la visita a un laboratorio militar en Inglaterra.

Acompañada por su nieto el príncipe Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono británico, la monarca se entrevistó con los científicos del laboratorio de Porton Down, en el suroeste del país, una de las zonas menos afectadas por la covid-19.

Estos investigan el coronavirus y también identificaron el Novichok, un agente neurotóxico utilizado para envenenar al exespía ruso Serguéi Skripal en 2018 y al opositor al Kremlin Alexéi Navalni este año.

Londres había culpado a Rusia del ataque a Skripal, exiliado en Inglaterra, lo que llevó a una crisis diplomática sin precedentes y a una expulsión recíproca de diplomáticos que no se veía desde el final de la Guerra Fría.

Para esta visita excepcional en la agenda de la reina se tomaron medidas de precaución que incluyeron pruebas de covid-19 a las 48 personas con que tuvieron contacto Isabel II y Guillermo.

*Con información de AFP