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TINA ANSELMI: YO ACUSO

El parlamento italiano investiga a la logia masónica P-2 y pone al gobierno al borde de una crisis

9 de julio de 1984

Cuando el pasado 9 de mayo Tina Anselmi, la presidente de la comisión del Parlamento italiano sobre la cuestión de la logia masónica Propaganda-2, presentó a los miembros de la comisión su documento de 4 capítulos sobre la historia y desarrollo de esa logia, estalló un escándalo nacional que puso en crisis el gobierno del socialista Bettino Craxi y a su coalición de gobierno, el llamado Pentapartido, compuesto por el Partido Socialista, la Democracia Cristiana, el Partido Liberal, los republicanos y, en fin, los Social Demócratas. Pocas horas más tarde, tres ministros social demócratas, entre ellos el titular del ministerio del Balance, cuyo nombre figura en las listas de la P-2, Pietro Longo, presentaron sus dimisiones definiendo el documento de la Anselmi como "una provocación".
Desatando una ola de canibalismo político, esa reacción fue seguida de otras, la última de las cuales se dio el pasado 6 de junio cuando el socialista Rino Formica provocó airadas reacciones al acusar en la Cámara de Diputados al mismísimo Giulio Andreotti, dirigente demócrata cristiano y ministro de Relaciones Exteriores. Según Formica, Andreotti es "el verdadero poder" detrás de la P-2, afirmación que fue vista como un ataque directo de los socialistas a la Democracia Cristiana. Este clima ha sido creado por el hecho de que en la investigación de la Anselmi se dan por verídicas las listas encontradas en las oficinas de Licio Gelli, fundador y maestro de la logia. En dichas listas Longo, que ha siempre negado su pertenencia a la P-2, figura con el número de carnet 2223, código E 16.80 pagando una cuota de 100 mil liras (10 mil pesos) en 1980.
El anuncio de que Craxi hubiera rechazado las dimisiones "comprendiendo los motivos", ha hecho que el escándalo aumente considerablemente al punto de poner en cuestión el pacto de gobierno.
Pero la reconstrucción de Tina Anselmi, parlamentaria demócrata cristiana, no se detiene en las listas. En ella recoge el origen y desarrollo de la P-2 tanto en el mundo de la masonería como en el financiero, así como su influencia en la vida política, en la subversión de derecha y de izquierda. Son 500 mil páginas entre documentos, testimonios, declaraciones, recogidas en dos años y medio de trabajo de la comisión investigativa del Parlamento. Este archivo ocupa ya un salón entero del palacio del Parlamento y está vigilado día y noche por centinelas armados de la policía judicial.
¿Qué es la P-2? ¿Por qué este escándalo ha inundado, desde que estalló en la primavera de 1981, los principales diarios nacionales y extranjeros con sus estrechas telarañas en todos los organismos del Estado sin excepción?
La logia masónica P-2 ha sido definida como el "anti-Estado". Sus adeptos han sido sindicados como los autores más o menos conscientes de un golpe "blando" que tenia como fin minar todas las instituciones de la joven república italiana de la postguerra. Después de renegar del ideal democrático, sus miembros juraban delante a un compás y un palustre en el lujoso hotel "Excelsior" de Roma fidelidad a un señor gordiflón con rasgos comunes cuyo nombre es Licio Gelli, "maestro venerable" de la tal logia. Pero más que un escándalo esta leyenda ha hecho descubrir uno de los tantos centros de poder que tejen marañas oscuras y ramificadas en Italia. Y es que la P-2 era tal vez uno de los más ramificados, más que la mafia. Por ejemplo, en la P-2 están implicadas 953 personas, entre ellas Generales del Ejército y de la Policía, casi todos los dirigentes de los servicios secretos y de la guardia de finanzas, funcionarios públieos, managers, editores, periodistas y detrás de estos personajes de peso un número incontable de arribistas y lagartos.
Esta "pirámide de hombres", como la ha definido la misma Anselmi reagrupaba un enorme poder económico, político e informativo con conexiones internacionales financieras importantes a través del Banco Ambrosiano, o como en el caso de los "serruchos" en los contratos de su ministerio de Petróleo. Influenciaba en los organismos de los servicios secretos del Estado con sus intrigas, chantajes y promociones fáciles hasta llegar a contaminarse con el terrorismo de derecha.
Entre fiestas, ritos y logias, la masonería ofrece una posibilidad de reclutamiento y hasta una estructura estable, organizada y secreta para actuar en todos los niveles. Licio Gelli supo aprovechar esto, agrandando la telaraña. En las listas de la P-2, incautadas el 17 de mayo de 1981, resultan más de 100 políticos, 36 parlamentarios, secretarios personales de ministros, jefes de gabinete ministerial; aparecen nombres de dirigentes de todas las entidades públicas, como Eni, el equivalente en Colombia a Ecopetrol. En este sector la cifra llega a 422 "piduistas", magistrados, más de 16, altos personajes de la presidencia de la República y del Consejo, la Prefectura, 50 del Ejército, 29 de la Marina, 9 de la aeronáutica, 52 oficiales de los Carabineros, 6 de la Policía, 37 de la guardia de Finanzas además del sector financiero y económico donde abundan los nombres de banqueros de los bancos Nacional del Trabajo, de Roma, Monte Dei Paschi, sin contar el ligamen con Roberto Calvi, el dueño del Banco Ambrosiano muerto bajo un puente de Londres.
Pero uno de los aspectos más graves de toda esta maraña de figurones es la de las relaciones entre Gelli y los servicios secretos italianos. La relación que hace la Anselmi demuestra que el "venerable maestro" tenía un rol de gran importancia; "su posición no fue la de un agente cualquiera sino de la de uno que se mueve en las altas esferas", dijo ella. Efectivamente, la P-2 estaba infiltrada profundamente en los aparatos de espionaje del Estado y por eso ha podido boicotear durante años las investigaciones que se trataban de hacer sobre la logia y sus actividades, entre ellas el comercio de armas.
Gelli se sirvió de los servicios secretos y éstos se sirvieron de él. Y de los militares a la prensa. El plan de Gelli incluía la coordinación de todos los medios de información a través de una agencia de prensa centralizada. Planeaba también la disolución de la RAI-TV, radio y televisión estatal, a nombre de la libertad de antena y de la constitución, así como adquirir varios periódicos. Es por eso que en sus listas aparecen 8 directores de periódicos, 22 periodistas y 7 exponentes de la RAI.
El hecho de que el Corriere della Sera, el diario más importante de Italia, fuera comprado por Rizzoli un pulpo editorial, a través de compiicadísimas tratativas económicas, en parte del plan de Gelli. De hecho Rizzoli es uno de los nombres en la listas de la P-2 y se encuentra hoy e día en la cárcel por una serie de movimientos de dineros con el exterio gracias al Banco Ambrosiano.
Tina Anselmi, teniendo en cuenta los hombres a los cuales estaba ligado Licio Gelli, los documentos y los testigos que aclaran las actividades de Propaganda-2, llega a la conclusió de que "comprende cómo Gelli llegó a inspirar con lucidez y firmeza tanto formas de subversión violentas (terrorismo negro y rojo) como la más sutil y no menos peligrosa subversión de orden democrático, que es lo que la logia P-2 ha representado en estos últimos años". Pero dado que en su 233 páginas de pre-relación la doctora Anselmi no cita absolutamente el nombre de Pietro Longo, no se entiende por qué el ministro "piduista" creó una situación de tal gravedad para el gobierno de Craxi. Y es que detrás de todo hay muchas cartas en juego que pueden quemar a todos y no sólo a los social demócratas. Hace pocos años, en 1981, el hecho de que las listas de Gelli hubieran sido escondidas por mucho tiempo a la opinión pública hizo que cayera un gobierno, el de Arnaldo Forlani, y surgiera otro, el del republicano Giovanni Spadolini, el primer gobierno no demócrata-cristiano en 40 años de historia.
Hasta Ciriaco De Mita, secretario de la Democracia Cristiana, juraba que haría limpieza en el partido. Pero la situación ha cambiado, los partidos políticos se están preparando a las elecciones europeas de junio y mover las aguas puede ser contraproducente. La Democracia Cristiana después del golpe que recibió por la disminución de votos en las pasadas elecciones de 1983 no está lista a presentar una alternativa concreta al pentapartido de conducción socialista. Los republicanos se mueven con cautela. Ningún exponente de la mayoría en el debate ante la Cámara el pasado 15 de mayo sobre la cuestion Longo P-2 ha declarado que comparte el comportamiento de Craxi con respecto a las dimisiones.
En el país del escándalo, al cual el italiano medio está tan acostumbrado, la P-2 es sólo un cadáver. La teoría de la misma Anselmi es que hay otra pirámide más importante y más secreta, la P-1, de la cual no se sabe nada. Y mientras "el anillo que falta", Licio Gelli, no aparezca, no se sabrá quiénes son los que están por encima de él. En tanto, la P-2 muerta es más peligrosa que viva.--
Kelly Velásquez, corresponsal de SEMANA en Roma