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El polémico proyecto aeroportuario de los caldenses que estuvo paralizado durante siete años, recibió un nuevo empujón del presidente Duque al prometer inyectarle 441.000 millones para inaugurarlo en 2022. | Foto: Cortesía

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¿El Aeropuerto del Café por fin alzará vuelo?

El polémico proyecto aeroportuario de los caldenses, que estuvo paralizado durante siete años, recibió un nuevo empujón del presidente Duque, quien prometió inyectarle 441.000 de pesos millones para inaugurarlo en 2022.

7 de marzo de 2019

El Aeropuerto del Café, más conocido como Aerocafé, es uno de esos proyectos regionales ambiciosos que parecen eternos, inmerso en escándalos de presunta corrupción e insólitos errores técnicos y de diseños.

Esas irregularidades hicieron que el proyecto aeroportuario se ganara la fama de elefante blanco u hoyo negro del departamento de Caldas, pues aunque en la actualidad le han invertido 300.000 millones de pesos, se necesitan otros 800.000 millones para su construcción definitiva.

Y en esa iniciativa se montaron tanto la alcaldía de Manizales, la gobernación de Caldas, el municipio de Palestina (donde se construye la terminal aérea) y el Gobierno Nacional.

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El anuncio que hizo el presidente Duque de inyectarle nuevos recursos al aeropuerto era más que esperado porque justamente la iniciativa de Aerocafé tomó forma en el segundo mandato del gobierno Uribe, cuando el ministro de Hacienda era Óscar Iván Zuluaga, oriundo de Pensilvania, Caldas.

De hecho, en uno de los talleres Construyendo País que Duque hizo este año en Manizales, aprovechó para quejarse de los problemas del aeropuerto La Nubia, de la capital caldense, el cual permanece cerrado la mayor parte del año por problemas meteorológicos.

“Ayer tenía previsto aterrizar en Manizales a las 4:15 de la tarde, pero tuve que desviarme por mal tiempo al aeropuerto de Pereira, por lo cual llegué dos horas más tarde”, dijo tras agregar: “Esto reafirma aún más el compromiso que yo tengo con esta tierra y es que antes de terminar nuestro Gobierno estemos aterrizando en el Aeropuerto del Café”.

Y a comienzos de marzo, osea un mes después de la promesa presidencial, estaban en los predios de Aerocafé funcionarios de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) verificando en el terreno los nuevos estudios y diseños para el aeródromo.

“En el Gobierno hemos priorizado el Aeropuerto del Café, proyecto que tanto ha sido reclamado por la región y su dirigencia. La ANI, desde su vicepresidencia de estructuración está apoyando esta iniciativa, vamos a revisar los estudios que se han adelantado y a trabajar de forma articulada con la Aerocivil y el Ministerio de Transporte para sacarlo adelante”, sostuvo Louis Kleyn, presidente de la ANI.

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Amparo Sánchez, gerente de Aerocafé, aclaró que con los nuevos recursos que le inyectará el Gobierno, será posible culminar la primera fase del proyecto, que consiste en una pista de 1.460 metros, torre de control y su respectiva terminal de pasajeros.

Pese a que en la actualidad le han invertido 300.000 millones de pesos, se necesitan otros 800.000 millones para la construcción definitiva del Aeropuerto del Café.

“Hay que aclarar que tanto la alcaldía de Manizales como la gobernación de Caldas, aportarán 70.000 millones de pesos para las obras de esa primera fase que estimamos arrancarán en el segundo semestre de este año”.

La idea de Aerocafé alzó vuelo desde 1985 cuando el proyecto apenas costaba 45.000 millones de pesos. La obsesión de los caldenses por tener su propia terminal aérea y no usar el Matecaña de Pereira tomó impulso a partir de 2005 durante el gobierno Uribe.

Todo iba viento en popa hasta que comenzaron a aparecer los errores de diseños y escándalos de presunta corrupción. En 2012 durante el gobierno Santos el proyecto recibió la estocada final de paralizar obras hasta tanto se conociera un nuevo informe que diagnosticara a fondo los problemas presentados con la construcción de la pista.

La construcción de Aerocafé será un verdadero reto de ingeniería porque su pista quedará ubicada sobre una meseta artificial y para lograr la base requerida fueron rebanadas varias montañas y los espacios entre ellas se rellenaron con terraplenes (capas de tierra). Pero justamente un estudio solicitado en 2012, arrojó que se debía desistir del modelo de los terraplenes y reemplazarlos por viaductos hechos con la estructura tradicional de concreto.

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En conclusión, hoy en Aerocafé se han invertido casi 100 millones de dólares y escasamente hay una meseta artificial, pero con problemas de derrumbes que serán resueltos con el nuevo modelo de viaductos.

El nuevo diseño de la pista tendrá viaductos como los que aparecen en la imagen, en lugar de terraplenes. Foto: Cortesía Aerocafé. 

El alcance del proyecto está dividido en tres fases. En la primera se espera construir una terminal con capacidad para atender un millón de pasajeros, una pista de 1.460 metros para el despegue y aterrizaje de aeronaves tipo ATR-72; así como la torre de control, la plataforma y una zona de hangares.

La segunda fase comprende la ampliación de la pista a 2.400 metros, óptima para aviones A-320 y Boeing 737. La tercera y última fase implica ampliar la pista hasta 3.800 metros con capacidad para recibir aviones A-330 y Boeing-747. En las tres fases la fortaleza principal del aeropuerto es que contará con condiciones óptimas de operación durante las 24 horas, algo que no sucede con La Nubia.

El tiempo dirá si el presidente Duque podrá cumplir su anhelo de aterrizar en Aerocafé, antes de culminar su mandato. Sus dos antecesores se propusieron la misma meta y les tocó usar el aeropuerto Matecaña de Pereira.