Atención: hospitalizan a Carlos Mattos, el corrupto empresario del caso Hyundai

El corrupto empresario Carlos Mattos, procesado en el llamado caso Hyundai y la cadena de sobornos a funcionarios judiciales, fue hospitalizado en las últimas horas, de acuerdo con los médicos de la Clínica del Caribe, por problemas cardíacos que obligaron internarlo en la Unidad de Cuidados Intensivos de la institución con sede en la ciudad de Barranquilla.

Mattos se convirtió en el protagonista y articulador de su propia tragedia. Es el ejemplo de lo duro que puede caer alguien que llegó a lo más alto. Pasó de viajar en aviones privados con miembros de la realeza a transitar los pasillos de las cárceles en Colombia, por una decisión que lo atornilló en el banquillo de los acusados.

Está pendiente de una condena, pero su salud le está pasando factura. En repetidas oportunidades, las pastillas y calmantes que ofrece el Inpec en los espacios de reclusión han sido insuficientes. Mattos fue hospitalizado nuevamente con un dolor en el pecho, que a criterio de los médicos, es grave.

Este jueves fue hospitalizado, tal y como señala una constancia emitida por la Clínica del Caribe en Barranquilla. Mencionan los médicos que firman esa constancia, que Carlos Mattos padece: “Síndrome coronario agudo y Síncope de probable origen cardiogénico”.

La historia de Mattos está redactada en capítulos desordenados. En una década se convirtió en el todopoderoso de la distribución de vehículos Hyundai en Colombia, principalmente los taxis llamados “zapaticos” y en un par de años el imperio se desmoronó, más rápido de como se construyó.

El proceso en su contra avanzó con pasos de gigante. En menos de dos años, una docena de personas, entre funcionarios judiciales, abogados y tramitadores, resultaron capturados y hasta condenados. El caso, curiosamente, fue adelantado por el fiscal Daniel Hernández, luego cuestionado por la propia Fiscalía en otro proceso.

Fue condenado, dos veces, y en los dos casos los magistrados del Tribunal de Bogotá, tumbaron las condenas por considerar que los acuerdos alcanzados con el ente acusador no se compadecían con el daño causado a la justicia, además, las penas eran muy bajas.

Mattos se comprometió a pedir perdón, reparar al Estado con dos millones de dólares y no repetir sus actuaciones, pero volvió a caer y su negociación terminó borrada de un tajo cuando usó los vehículos y funcionarios del Inpec para hacer vueltas personales. Este bochornoso capítulo descabezó al director del Instituto y también al director de La Picota.

Posteriormente, el mismo Mattos pidió, a través de su abogado, Jesús Alberto Yépez, que respetaran los acuerdos con la justicia y lo condenaran a la pena acordada, cinco años que estarían por cumplirse, pero esa solicitud cada vez se ve más embolatada.

“El ciudadano Mattos Barrero reconoció públicamente los delitos, se excusó con la Sociedad, las víctimas y su familia, indemnizó a las víctimas, compensó económicamente a la contraparte y concurrió ante los jueces, declarando su culpabilidad… Por estas razones, el ciudadano Mattos pide no sea condenado a una pena diferente a la acordada, por lo cual demanda de la Fiscalía honrar el acuerdo del cual él no se ha retractado”, dijo el abogado Yepez.

Mientras la justicia define qué pasará con el futuro judicial, ahora Mattos debe enfrentar otro problema mayor, su salud y la Fiscalía, la justicia en pleno, estarán atento a la evolución del corrupto empresario, para seguir adelante con el proceso.