Cayó el hombre que quería atentar contra Uribe

Diego Fernando Tabares se estaba perfilando como uno de los protagonistas del conflicto actual y llegó a representar un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.

Hoy, en medio de un operativo del CTI de la Fiscalía, en Santander de Quilichao, Cauca, Tabares resultó muerto al oponerse a la captura.

La acción que lo dio de baja fue apoyada por Ejército y Policía. Otro guerrillero murió y otros más resultaron heridos, informó la directora del CTI, Maritza Escobar.

Tabares fue el cerebro detrás del atentado contra el exministro Fernando Londoño el 15 de mayo del 2012. Así lo establecieron las investigaciones de la Fiscalía.

El 11 de noviembre de este año el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dio a conocer que el mismo delincuente estaba planeando atentados a gran escala contra el expresidente Álvaro Uribe, el fiscal Eduardo Montealegre y el ex vicepresidente Francisco Santos (lea 'Uribe y Montealegre en la mira')

El hombre también puso en jaque el proceso de paz al secuestrar a dos policías en Valle del Cauca el pasado 25 de enero en Florida y Pradera, Valle.

¿Quién era Diego Fernando Tabares?

Según averiguaciones de organismos de inteligencia, unas veces aparece con la camiseta de las FARC, y otras con la de oficinas de cobro.

Tabares nació en Santuario, Risaralda, pero desde muy niño sus padres, campesinos, se lo llevaron para Cali con sus ocho hermanos. Dos de ellos están muertos. Es padre de un niño y su familia insiste en que se gana la vida negociando ganado, carros y cuanto pueda vender.

Las autoridades oyeron de este personaje por primera vez en el 2004, cuando un juez lo condenó a 34 años de cárcel por el secuestro de Alfonso Darquea Coloma, primo del exministro de Energía de Ecuador Francisco Acosta Coloma, ocurrido en el 2002. En el grueso expediente de un juzgado de Pasto lo relacionan con la banda internacional de secuestradores conocida como Los Pelacos (Persecución a Ladrones de Corbata) que vendía sus víctimas a la guerrilla. Sumado a ello, la Dijín lo señala de ser el jefe de una temida oficina de cobro en Cali, llamada el Parche de su Ley, que se caracteriza por vender sus servicios criminales al mejor postor.

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