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PERSONAJE

¿Y qué tal este delincuente?

El hombre que, según los investigadores, puso en jaque el proceso de paz al secuestrar a dos policías en Valle del Cauca, sería el mismo que mientras tenía casa por cárcel planeó la bomba contra el exministro Fernando Londoño.

2 de febrero de 2013

Los más recientes hechos de violencia han puesto sobre el tapete al que sería un nuevo y enigmático protagonista del conflicto (¿o del crimen?) en Colombia. Se trata de Diego Fernando Tabares Marín, un caleño de 39 años que según su familia no es más que un comerciante. Sin embargo, las autoridades consideran que él es la pieza clave del reciente secuestro de un ingeniero y dos policías que abrió una nueva grieta en el proceso de paz que adelanta el gobierno con las Farc en La Habana.


El secuestro se produjo el viernes 25 de enero entre Florida y Pradera, en Valle. Gracias a la presión del Ejército el ingeniero fue liberado, pero los uniformados siguen en poder de la guerrilla. Pero eso no es todo, según los investigadores, Tabares sería el mismo que estuvo detrás del atentado contra el exministro Fernando Londoño, en Bogotá, en mayo de 2012. También, según información en poder de la Fiscalía, habría coordinado, en octubre pasado, un asalto en el que robaron 1.500 millones de pesos a un camión de valores cerca de Santander de Quilichao, Cauca. Y como si fuera poco, lo acusan del atentado contra la directora de la cárcel de Jamundí, para el cual usó una bomba tipo lapa adherida al vehículo de la funcionaria; es decir, el mismo modus operandi del atentado contra Londoño.

Y habría hecho todo eso, aunque suene difícil de creer, mientras tenía su casa por cárcel. Pues lo condenaron por secuestro, pero un magistrado le dio el beneficio de prisión domiciliaria porque supuestamente estaba enfermo y hasta le suspendieron la pena de 34 años.

¿Quién es este hombre que según averiguaciones de organismos de inteligencia unas veces aparece con la camiseta de las Farc, y otras con la de oficinas de cobro? 

Tabares nació en Santuario, Risaralda, pero desde muy niño sus padres, campesinos, se lo llevaron para Cali con sus ocho hermanos. Dos de ellos están muertos. Es padre de un niño y su familia insiste en que se gana la vida negociando ganado, carros y cuanto pueda vender.

Las autoridades oyeron de este personaje por primera vez en 2004, cuando un juez lo condenó a 34 años de cárcel por el secuestro de Alfonso Darquea Coloma, primo del exministro de Energía de Ecuador Francisco Acosta Coloma, ocurrido en 2002. En el grueso expediente de un juzgado de Pasto, lo relacionan con la banda internacional de secuestradores conocida como Los Pelacos (Persecución a Ladrones de Corbata) que vendía sus víctimas a la guerrilla. Sumado a ello, la Dijín lo señala de ser el jefe de una temida oficina de cobro en Cali, llamada el Parche de su Ley, que se caracteriza por vender sus servicios criminales al mejor postor.

Con semejante prontuario nadie entiende por qué gozaba de prisión domiciliaria. Y si es un guerrillero tan peligroso como dicen los informes de inteligencia, es inexplicable por qué nunca lo acusaron de rebelión.

Por ahora, las autoridades investigan a los tres funcionarios que tuvieron que ver con su salida de la cárcel en 2009: Manuel Burbano, el perito de Medicina Legal que le diagnosticó una enfermedad coronaria y renal; el magistrado Víctor Chaparro, que resolvió a su favor la tutela de casa por cárcel; y el juez Guillermo Afanador, que le suspendió la pena.

Investigadores consultados por esta revista creen que su labor como enlace urbano de las Farc ya culminó porque fue descubierto, y que ahora el único camino que le queda es el monte. Desde allí, según la hipótesis de los investigadores, habría organizado el secuestro de los dos policías en alianza con la columna guerrillera Gabriel Galvis y el sexto frente de las Farc.

Aunque su familia asegura que todo es un montaje, Tabares huye de la Justicia. Y es, tal vez, uno de los más extraños personajes en la historia reciente del crimen, o del conflicto, en Colombia.