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CESE PARCIAL DE FUEGOS

En medio de las balas pero con una Coordinadora Guerrillera más desprestigiada que nunca se reanudan, una vez más, los diálogos de paz en Caracas.

25 de noviembre de 1991


EL AMBIENTE EN EL QUE VA a llevarse a cabo la reanudación de los diálogos en Caracas entre la Coordinadora Guerrillera y el Gobierno de César Gaviria va a ser muy parecido al clima que acompañó la sus pensión de esas mismas conversaciones. Y la similitud está en que ambos acontecimientos se realizarán en medio de las balas.
Hace apenas cuatro semanas los representantes del Gobierno se levantaron precipitadamente de la mesa de conversaciones por instrucción del Presidente, como un rechazo al atentado cometido por el ELN en el Cauca contra el ex presidente del Congreso Aurelio Iragorri Hormaza y su comitiva. A juicio del Gobierno, era evidente que había una doble actitud en el seno de la Coordinadora, pues mientras los dele gados de Caracas estudiaban fórmulas de cese al fuego en un ambiente de relativa cordialidad, los frentes guerrilleros cometían los más feroces atentados contra la población civil. Si bien era cierto que el presidente Gaviria había resuelto romper la tradición de los ultimos años en la materia y había aceptado realizar diálogos con la guerrilla sin el requisito previo del cese al fuego también lo era que no iba a aceptar continuar las charlas contra quienes estaban atentando descaradamente contra el proceso electoral y la paz pública.
Todo parece indicar que la CNG acusó el golpe. Las declaraciones de los voceros de la guerrilla sobre el asunto fueron torpes y confusas, y no lograron despejar en la mente de los colombianos la certeza de que, en efecto, habían sido ellos los autores de ese atentado. Los miembros de la CNG desplazados a Caracas trataron de calificar el retiro de los delegados del Gobierno como una actitud precipitada y censurable del presidente Gaviria, pero muy pronto tuvieron que guardar silencio y dedicarse a