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| Foto: Archivo SEMANA

JUDICIAL

Hacker ecuatoriano será expulsado del país

Daniel Agustín Bajaña fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por haber interceptado las comunicaciones de 'Pacho' Santos.

3 de septiembre de 2015

Un juez de la República condenó a tres años y cuatro meses de prisión al hacker ecuatoriano Daniel Bajaña, socio del 'hacker' Andrés Sepúlveda, por la interceptación de comunicaciones del candidato a la Alcaldía de Bogotá y ex vicepresidente de la República, Francisco Santos.

Además, el juez le ordenó pagar una multa de 80 salarios mínimos y pidió la expulsión del país al completar la pena impuesta en razón a las conductas delictivas cometidas y por ser ciudadano extranjero.

A Bajaña le fueron imputados cargos por dos de los cuatro delitos por los que lo estaban investigando: acceso abusivo a sistema informático y creación de software malicioso, a los que el ente acusador les quitó su condición de agravante al considerar que con su acción no se afectó la seguridad nacional.

Pero será hasta el próximo 14 de septiembre, que la Fiscalía solicité la preclusión de los delitos de espionaje y concierto para delinquir, mientras tanto, Bajaña deberá permanecer recluido en los calabozos del antiguo DAS.

Las declaraciones del ecuatoriano serán claves en el proceso que adelanta la Fiscalía sobre las presuntas interceptaciones a miembros de La Habana por órdenes del hacker Sepúlveda, quien trabajó en la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga.

Él sabe exactamente cuál es el papel del también ‘hacker’ Andrés Sepúlveda. Igualmente fue testigo de la manera como le habrían hecho seguimientos al exasesor de la campaña Santos J. J. Rendón.

Bajaña, que ingresó al país en el 2010 por la frontera de Rumichaca, en Ipiales (Nariño), conoce las identidades de los miembros de la inteligencia del Ejército que lo reclutaron para hacer actividades de espionaje. La información hasta ahora recopilada indica que el extranjero también trabajó, por debajo de la mesa, con miembros de la Fiscalía en Cali.

Con esta condena se va cerrando el círculo en las investigaciones por las chuzadas al equipo negociador del proceso de paz en la Habana (Cuba).