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Rashid Maluf | Foto: Guillermo Torres

ENTREVISTA

“Debí haberme salido del fondo cuando podía”

Rashid Maluf, una de las figuras clave del Fondo Premium, habla sobre la relación con InterBolsa, reparte responsabilidades y dice que la prioridad debería ser resarcir a las víctimas. Por María Jimena Duzán

6 de junio de 2015

Entre 2008 y 2010, Rashid Maluf se desempeñó como gerente y codirector del Fondo Premium en Colombia, entidad fuertemente involucrada en el escándalo de InterBolsa. El pasado abril, la Fiscalía General de la Nación los acusó a él, a los dueños del fondo –Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo– y a otros cuatro altos ejecutivos de seis delitos. Entre ellos, concierto para delinquir, estafa agravada, captación masiva y no reintegro de dineros. Desde entonces Maluf, que se encuentra en detención domiciliaria, no había hablado con los medios de comunicación. Esta es una entrevista exclusiva para el programa Semana en Vivo y SEMANA.

María Jimena Duzán: Usted se fue del Fondo Premium en 2010, pero dos años después decidió volver. ¿Por qué?


Rashid Maluf:
Me había ido a estudiar un posgrado en el exterior. Volví a principios de 2012 a trabajar como asesor de la gestora del fondo, pero no tuve cargos gerenciales, ni responsabilidades importantes. Yo no manejé recursos.

M. J. D.: Pero cuando regresó en 2012, ¿notó algún cambio?


R. M.: El fondo funcionaba de forma muy diferente. Para comenzar, Juan Carlos Ortiz había salido por peleas con los demás socios, e InterBolsa ya tenía una gran participación en la administración del fondo. A las pocas semanas de volver me invitaron a la comisionista a Medellín para hablar sobre una campaña para que los inversionistas permanecieran más tiempo en el fondo. Allá me preguntaron quiénes eran los dueños del fondo, y yo respondí que eran Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo.

M. J. D.: ¿Y luego eso no era así?

R. M.:
Para mi sorpresa, una corredora me repitió insistentemente que el fondo ya pertenecía a InterBolsa. Cuando volví a Bogotá, me dijeron que cómo se me había ocurrido decir que el fondo no pertenecía a InterBolsa. Entonces me dieron instrucciones en el sentido de que lo único que tenía que decir era que InterBolsa respondía por el fondo. Y un mes después me prohibieron hablar con corredores de InterBolsa.

M. J. D.: ¿InterBolsa estaba comprando el fondo en ese momento?

R. M.: Yo sabía que lo estaban negociando y que había un contrato de compra, pero nunca llegaron a un acuerdo en cuanto al precio.

M. J. D.: Rodrigo Jaramillo le dijo a SEMANA que InterBolsa no había tenido nada que ver con el Fondo Premium. ¿Qué responde?

R. M.:
Me parece absurdo. Siempre hubo una relación, y esta creció cuando Juan Carlos Ortiz salió en 2010. Cuando yo volví, todas las decisiones venían de arriba, es decir, de InterBolsa. Y como yo no estaba en el manejo de los recursos, no recibía las órdenes sino del único jefe en ese momento: Tomás Jaramillo.

M. J. D.: ¿Quién dio la orden de hacerle préstamos a InterBolsa en momentos en que estaba a punto de ser intervenida?


R. M.: Eso lo decidían los socios o el comité de crédito, pero básicamente lo aprobaron los socios: Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz.

M. J. D.: ¿Qué sintió cuando finalmente intervinieron a InterBolsa?

R. M.:
Sentí que la liquidez del fondo estaba cada vez más comprometida. Pero el mensaje que nos transmitieron era que se estaba vendiendo Fabricato, que se estaba muy cerca de hacer una negociación y que todo se iba a subsanar. Nosotros confiábamos en nuestros jefes, que eran los grandes zares del mercado financiero. Pero, dos días antes de la intervención, yo les escribí un correo a Rodrigo Jaramillo, Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz preguntándoles si eran conscientes de los riesgos que enfrentaba el fondo.

M. J. D.: ¿Qué le respondieron?

R. M.: Lo único que conseguí fue un regaño de Tomás Jaramillo.

M. J. D.: Cuando intervinieron a InterBolsa, ¿algún socio llamó para preguntar cómo iban en el fondo?

R. M.:
A nadie le dijeron nada. Para mí lo grave era atender a las víctimas y, como los accionistas no respondían, organizamos un call-center para que les contestaran a los inversionistas. Cuando eso quedó andando, renuncié.

M. J. D.: ¿Qué puede decir de los 6,5 millones de dólares del fondo en Curazao?

R. M.:
Esa plata es de las víctimas, pero no ha podido traerse.

M. J. D.: Usted, que era el interlocutor del director del fondo en Curazao, Erick Andersen, ¿cree que ese dinero también va a perderse?


R. M.: Lo más importante es velar por resarcir a las víctimas. Fuera de Colombia hay tres entidades diferentes cuyos activos y pasivos pertenecen al fondo: Panamá Capital Management, PCIP Premium Capital Investment Advisor, de Curazao, y Capital Appreciation Fund, que es el que maneja Erik. Sé que él tiene la intención de devolver los dineros, pero debe cumplir con la normatividad de Curazao. Esos dineros no han podido volver porque deben encontrar la forma legal para hacerlo.

M. J. D.: ¿Qué opina de la insistencia de Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo en decir que no tienen con qué pagarles a las víctimas?


R. M.:
Creo que ellos podrían hacer más por resarcir a las víctimas en vez de mirar cómo es que cada quien protege lo suyo.

M. J. D.: ¿Por qué no se fue del fondo cuando vio todas esas anomalías en 2012?


R. M.: Porque mis jefes me habían pagado mis estudios en el exterior. Sentía compromiso y lealtad hacia ellos. Y, además, creí en lo que nos habían dicho: que iban a vender Fabricato y que el fondo iba a estar bien. Hoy me doy cuenta de que mi gran error fue no haberme salido del fondo en ese momento.

M. J. D.: ¿Entonces nunca llegó un momento en que dijo: ‘¿en qué me metí?’

R. M.: Cometí un error al haber seguido en el fondo cuando encontré la situación de 2012. Pero sentía que formaba parte del grupo y que se iba a poder hacer algo al respecto… que las cosas iban a cambiar. Mire, entre las víctimas se encuentran mi abuela, mi esposa y amigos míos. Le repito, yo creía en el fondo.

M. J. D.: ¿Qué opina de que la Fiscalía quiera hacer ahora un principio de oportunidad con Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo bajo la condición de que reparen a las víctimas?

R. M.: Me parece un absurdo que ahora quieran descargar la responsabilidad sobre los ejecutivos que seguíamos órdenes y que no sabíamos qué pasaba detrás de bambalinas. Además, la responsabilidad que tuvieron otros involucrados todavía no ha sido resaltada. No lo entiendo.

M. J. D.: ¿A quiénes se refiere?


R. M.: Principalmente al grupo InterBolsa en cabeza de Rodrigo Jaramillo y de su administración. Quien analice el fondo podrá advertir que los recursos de Premium se fueron vendiendo para nutrir los negocios que eran de riesgo para los socios de InterBolsa. Se utilizó plata del fondo para cubrir los ‘repos’ de Fabricato y hacerle préstamos a InterBolsa. A mí me parece evidente cómo funcionaban las cosas, pero al parecer a las autoridades no.

M. J. D.: ¿Tiene un acuerdo con la Fiscalía en este momento?


R. M.: No, pero he colaborado muchísimo con todas las autoridades, y estoy más que abierto a seguir haciéndolo. He hablado con la Superintendencia de Sociedades, con la Dian, con la liquidadora y con la Fiscalía.

M. J. D.: Dicen que usted tiene una estrecha relación con Víctor Maldonado. ¿Cree que él va a pagar lo que le debe al fondo?


R. M.: Él ha dicho que lo va a hacer. Pero, más que oír esas palabras, me gustaría ver el dinero en las cuentas. También lo acusan de ser el cerebro de la gestión del fondo, pero eso no es cierto. Él no tenía nada que ver con la administración del fondo. Pero sí fue beneficiario de muchos dineros del fondo que no ha pagado, no solo en Colombia.

M. J. D.: La Fiscalía les imputó captación ilegal de dineros a Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz y a varios ejecutivos entre los cuales está usted. ¿Qué responde?

R. M.: Yo no soy ningún abogado, pero, según lo que he analizado, tal captación no existió. Lo que sí puedo decir es que a los empleados del fondo nunca se nos ocurrió que había una captación ilegal. La situación no fue de captación ilegal sino de un mal manejo de los recursos.

M. J. D.: ¿A qué se dedica desde que está en detención domiciliaria?


R. M.: A mi familia. Tengo dos hijos, y un tercero viene en camino. En este momento mi deber es con ellos. Y quiero tres cosas: tener la libertad de defenderme, contar los hechos como fueron y seguir colaborando para que las víctimas recuperen sus dineros. Cualquier cosa que pueda hacer para ese fin, la voy a hacer más que feliz.