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| Foto: archivo particular

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Desde la firma del acuerdo de paz, 611 líderes ambientales han sido asesinados, denuncia Indepaz

La mayoría eran indígenas y campesinos defensores del territorio. Los datos se suman a los de la ONG Global Witness, que una vez más muestra a Colombia como uno de los peores países para los líderes ambientales.

15 de septiembre de 2021

Colombia es de los países más peligroso para líderes ambientales, de acuerdo con una organización internacional que informó que 65 fueron asesinados durante 2020. Ahora, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) resalta que desde la firma del acuerdo de paz un total de 611 fueron víctimas de homicidio.

Indepaz señala que 332 de ellos eran indígenas, 75 afrodescendientes miembros de consejos comunitarios protectores del territorio, 102 son campesinos defensores de territorio, 25 líderes activistas ecologistas y 77 campesinos miembros de Juntas de Acción Comunal que se han caracterizado por la defensa de su territorio.

De acuerdo con la información publicada por el instituto, que mide estos hechos desde noviembre de 2016, en ese año ocurrieron 9 de estos asesinatos, 83 en 2017, 142 en 2018, 137 en 2019, 184 en 2020 y 56 en lo que va corrido de 2021.

Fernando Vela Lozada, Yobani Carranza Castilla, Wilton Orrego León y Gonzalo Cardona Molina, Javier Francisco Parra Cubillos y Gonzalo Gardona Molina son solo algunos de los nombres de las vidas que fueron apagadas mientras defendían los recursos naturales y la tierra en Colombia.

La información contrasta un poco con la de la ONG Global Witness, aunque se asemeja al recordar el gran riesgo de defender los recursos naturales en Colombia y en América Latina.

Tres cuartas partes de los ataques letales registrados contra activistas ambientales y de la tierra en 2020 ocurrieron en la región. 165 personas fueron asesinadas por defender la tierra en América Latina y en todo el mundo el total fue 227.

Colombia fue nuevamente el país más afectado del mundo, con 65 asesinatos registrados, y Nicaragua, con 12 asesinatos registrados, fue el lugar más mortífero para las personas defensoras considerando los asesinatos por proporción de habitantes.

En Colombia, un tercio de estos ataques fueron cometidos contra indígenas y afrodescendientes, y casi la mitad fueron perpetrados contra pequeños agricultores.

En promedio, según los datos que conoce la ONG, cuatro personas defensoras de la naturaleza han sido asesinadas cada semana en todo el mundo desde la firma de los acuerdos de París en 2015. No obstante, el informe señala que con toda seguridad esta cifra es menor a la real, ya que en muchos casos no hay denuncias por las restricciones a los periodistas y libertades cívicas.

Por lo menos el 30% de los ataques registrados estuvieron directamente relacionados con la explotación de recursos, incluyendo la explotación forestal, la minería y la agroindustria a gran escala, las represas hidroeléctricas y otro tipo de infraestructura. La explotación forestal fue la industria vinculada a la mayoría de asesinatos con 23 casos, con ataques reportados en México, Brasil, Nicaragua y Perú.

“En un año en el que los países latinoamericanos sufrieron crisis sin precedentes, una constante permaneció: la violencia contra las personas defensoras. América Latina ha sido consistentemente la región más afectada y, con demasiada frecuencia, quienes se pronuncian por su tierra y nuestro planeta deben enfrentar la criminalización de los gobiernos, la intimidación en sus comunidades y el asesinato. Esta violencia sistémica es el resultado de décadas de impunidad para los perpetradores y las empresas que ponen la extracción y las ganancias por encima de la vida humana y nuestro medio ambiente”, dijo Marian Commandulli, activista de Global Witness.