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De los cerca de 9.400 migrantes irregulares que llegaron a Colombia en el primer semestre del año, los haitianos representan el 37%. | Foto: Pablo Monsalve

Migración

La crisis de casi 4.000 migrantes haitianos que llegaron a Colombia

Los casos de tráfico de migrantes haitianos superan incluso a los de los cubanos en el 2016. La mayoría proviene de Brasil, país que los acogió después del terremoto del 2010.

2 de agosto de 2016

En el primer semestre de este año 3.516 haitianos pisaron suelo colombiano con el objetivo de pasar por Centroamérica y luego llegar a Estados Unidos, donde sueñan construir una vida más digna.

El número de haitianos que llega irregularmente a Colombia superó incluso a los cubanos (hasta junio se reportaron 3.010 isleños) y la migración no para. Sólo el fin de semana pasado unos 520 ciudadanos de Haití fueron detenidos por las autoridades mientras pretendían atravesar el país hasta llegar a Turbo, en donde cruzarían a Panamá.

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Pero Colombia no es el único país lidiando con esta crisis migratoria. En México las noticias de haitianos y cubanos que intentan atravesar irregularmente la frontera con Estados Unidos, son el pan de cada día.

Estos dramas parecen no tener límite. “45 haitianos llegaron a Tijuana después de que la Policía Federal los rescató del desierto de Altar (estado de Sonora)”, informó el diario El Universal de México la semana pasada.

También detallaron que esos migrantes fueron rescatados en una zona con temperaturas a más de 40 grados, donde un chofer que contrataron en Chiapas los abandonó después de tres días de viaje. “Pensamos que íbamos a morir”, relató uno de los afectados al diario El Universal de México. “Lo peor fue soportar el calor y pensar que nuestros hijos morirían deshidratados”, dijo el hombre.

La crisis de los haitianos es evidente. Según Migración Colombia en el 2012 se registraron siete casos de tráfico de migrantes de esa nacionalidad, en el 2014 esa cifra se duplicó, en 2015 llegó a 35 y este año ya está cercana a los 4.000.

¿Qué provocó esta problemática?

Christian Krüger Sarmiento, director de esa entidad, explica que una gran porción de estos haitianos provienen de Brasil. En el 2010, después de que un terremoto de 7 grados devastó Haití dejando unos 300.000 muertos, Brasil aceptó entregar 1.200 “visas humanitarias” por año a pobladores de ese país.

Los beneficiados tendrían derecho a permanecer en Brasil y a trabajar por cinco años. Desde ese momento los haitianos se convirtieron en la principal fuerza de trabajo en el sector de la construcción, que estuvo muy activo por cuenta de las obras que requerían el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos Río 2016.

Pero el año pasado llegó la crisis económica y política a Brasil. Los haitianos decidieron buscar un nuevo rumbo, como Estados Unidos, Canadá e incluso Europa. Colombia se convirtió en el país de paso obligado para alcanzar ese sueño. Los ‘coyotes’ (o traficantes) cobran entre 2.000 y 3.000 dólares por atravesar el territorio nacional.

Una vez llegan a México, según la Casa del Migrante, los extranjeros pagan a los ilegales (o “polleros”) unos 90 dólares para ser trasladados hasta la frontera con Estados Unidos en Tijuana.

Cubanos varados

La crisis migratoria protagonizada por al menos 1.270 cubanos en el municipio de Turbo (Antioquia), quienes esperan que el gobierno colombiano los envíe a México para luego cruzar a Estados Unidos, comenzó hace por lo menos nueve meses.

A finales del año pasado los países centroamericanos empezaron a recibir a cientos de cubanos que pretendían llegar a Estados Unidos. Su motivación era la Ley de Ajuste: una norma aprobada en 1966 que les permite a los cubanos que pisan suelo estadounidense, convertirse en residentes después de un año de permanencia. Los cubanos temen que el proceso de normalización de la relación entre Cuba y Estados Unidos acabe con ese beneficio.

A comienzos de noviembre pasado ya Nicaragua y Costa Rica se habían declarado en crisis por la llegada masiva de cubanos. Nicaragua decidió cerrar la frontera con Costa Rica y expulsó a 1.100 migrantes a tierras costarricenses. Luego fue Costa Rica el que cerró sus puertas a los migrantes que provenían de Panamá, y ahora Panamá está haciendo lo mismo con Colombia.

Para resolver el problema de por lo menos 6.000 cubanos varados entre las fronteras de esos países, los gobiernos de las naciones implicadas acordaron trasladar a esta población vía aérea hasta la frontera de México con EE.UU. Según el gobierno mexicano se trató de una decisión “excepcional, temporal y única”.

Se realizaron por lo menos diez viajes de Costa Rica y Panamá a México. El último vuelo del llamado “puente aéreo” se realizó el pasado 25 de marzo. En ese momento México advirtió que no volvería a aceptar ningún vuelo más.

Pero todavía había cientos de cubanos en países como Ecuador y Colombia, esperando ser beneficiados por este plan. Si en Turbo la situación de los cubanos en grave, en Ecuador la crisis no es menos preocupante. Las protestas en la embajada de México en Quito son constantes. Ya ambas partes (funcionarios mexicanos y migrantes cubanos) han sostenido varios diálogos y la conclusión es la misma: México no servirá más de “corredor humanitario”.

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Ante las constantes negativas Piter Borges, uno de los líderes de Movimiento X Cuba, le dijo a la prensa ecuatoriana en mayo pasado que si este problema no se resolvía se crearía una nueva “crisis humanitaria, esta vez en Colombia”. Y sus palabras se están haciendo realidad.

Colombia insiste en que la petición de los cubanos que están en Turbo, de ser enviados vía aérea a México, es imposible. La única salida para las autoridades migratorias del país es la deportación. Insisten en que no hay otra solución.