Home

Nación

Artículo

| Foto: Tomada de Twitter

PROCESO

Familiares siguen sin creer que militar muerto en Tunja se haya suicidado

Para sus allegados, las versiones sobre su supuesto ahorcamiento esconden algo más. El Ejército se defiende y argumenta que el caso ha estado en manos del CTI y que ningún militar ha interferido.

6 de julio de 2016

Familiares del soldado bachiller Arturo Romaña, quien aparentemente se suicidó en una guarnición militar de Tunja (Boyacá), le pidieron a la Fiscalía aclarar las circunstancias en las que murió el joven, pues no creen que se haya quitado la vida.
 
Le sugerimos consultar: El extraño caso del soldado Arturo Romaña

Para su prima Carmen Yalcira Palacios, la manera como las autoridades castrenses han actuado alrededor del caso genera mucha suspicacia. Mientras ella y los suyos piden investigar el caso, los militares se defienden y niegan querer esconder la verdad sobre lo ocurrido.
 
El 6 de junio pasado, voceros de la Primera Brigada del Ejército informaron sobre la muerte del soldado, oriundo de Riosucio (Chocó), quien se habría ahorcado con una bufanda en un baño del Batallón Bolívar.
 
Sin embargo, al verificar las condiciones del cadáver, sus familiares afirmaron que la versión sobre el ahorcamiento es por lo menos dudosa, pues las características del cuerpo no ofrecen esa certeza. Para ellos, es posible que el joven haya muerto asfixiado y no como dice el reporte del Ejército.
 
Otro hecho que para ellos genera dudas es que la madre del muchacho no haya sido la primera en enterarse sobre el lamentable deceso de su hijo. La familia no se explica que haya sido la novia la primera en ser contactada y la primera en tener contacto con personal del Batallón Bolívar de Tunja, donde ocurrió la tragedia.
 
Le podría interesar: Investigan supuesto suicidio de soldado en Tunja
 
Sin embargo, fuentes de la Primera Brigada informaron que esa forma de proceder obedece a que el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), al consultar el teléfono celular del occiso, sólo hayan encontrado el número de la compañera sentimental del soldado, luego el de su padrino y posteriormente el de uno de sus hermanos.
 
Según algunos uniformados, las llamadas que los oficiales al mando del Batallón hicieron a la novia y luego a los demás familiares obedecen a que fue ese el orden en el cual los investigadores proporcionaron los números telefónicos al personal de la sede militar.
 
Para la prima del joven, sin embargo, es muy posible que incluso el teléfono móvil del muerto haya sido manipulado. Según dice, la última vez que Arturo se contactó con ella por mensajes de whatsapp fue a la 9:46 a. m. del domingo 5 de junio, pero días después de su muerte la red empezó a reportar que su última conexión fue unas 12 horas antes, a las 9:05 a. m.
 
Tras ese primer indicio de manipulación, dice, cuando los uniformados del Ejército hicieron entrega de la ropa y el celular, este aparecía con todos los contenidos de las conversaciones borrados, lo que aumenta el clima de desconfianza.
 
Carmen Yalcira Palacios cree que lo ocurrido con el aparato es una prueba palpable de las equivocaciones en el curso de la indagación, pues considera inadmisible que la Fiscalía no hubiera mantenido la cadena de custodia, pues para ella ese teléfono es una ficha clave para saber si hay alguien interesado en encubrir los acontecimientos.
 
Ella y varios de sus familiares  insisten en que el joven no tenía ningún motivo para quitarse la vida como lo sugieren las versiones entregadas por oficiales ante los medios de comunicación. Sobre todo si se tiene en cuenta que mencionaron supuestos problemas en el núcleo filial del conscripto, que pudieron haber motivado su fatal decisión.
 
Esa versión, aseguran los allegados, no tiene asidero. Al contrario, precisan, se encontraba muy expectante por la terminación de su servicio y su llegada al nuevo hogar al que llegó su madre en Carepa (Antioquia).
 
Por eso, piden a la Fiscalía esclarecer las causas reales del deceso a la mayor brevedad, pues hasta el momento ni siquiera conocen el resultado de la necropsia. Además, piden la solidaridad de la ciudadanía y estamentos internacionales para que les exijan a las autoridades nacionales acelerar su tarea investigativa, hasta ahora infructuosa.
 
Mientras la familia insiste en que los agentes castrenses tratan de esconder algo, utilizando a la novia como señuelo, los militares lo niegan rotundamente y señalan que desde el inicio, investigadores del CTI han estado al frente de las indagaciones, sin que hasta ahora efectivos del Ejército hayan tratado de intervenir en el caso.