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ENTREVISTA

“Pese a los actos de violencia, 2018 va a ser un buen año”

SEMANA habló con el ministro de Minas y Energía, Germán Arce, sobre el impacto de los atentados terroristas al oleoducto, los actos vandálicos contra los pozos de Ecopetrol, pero también sobre las controversias en torno a los no convencionales y al futuro de las energías renovables en Colombia.

24 de febrero de 2018

SEMANA: Este año pareciera que arrancó difícil para el sector petrolero por los atentados a la infraestructura y las protestas sociales en algunos campos. ¿Cómo lo ve?

GERMÁN ARCE: Los atentados impactan la actividad petrolera y tienen varios efectos tanto económicos como ambientales. Lo primero es que retrasan producción y hay barriles que no se pueden sacar, además, cuando el tubo no está disponible se debe parar el campo o bajar el nivel de producción y ajustar la capacidad. El efecto económico es grande porque la producción diferida son barriles que no se venden, no causan regalías, ni impuestos, no generan dividendos en la economía y eso provoca un impacto económico grande.

SEMANA: El oleoducto Caño Limón lleva más de 45 días parado, ¿qué impacto tiene para el país y qué consecuencias para el sector?

G.A.: Básicamente estos atentados nos obligan a importar más combustible para mantener las mezclas en la refinería de Barrancabermeja, que exigen crudos livianos para procesar. Estas son acciones reprochables, que ponen en riesgo la estabilidad del sistema y generan graves efectos medioambientales.

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SEMANA: Pero no se trata solo de atentados terroristas, también se registran protestas sociales que han incluido actos vandálicos y de violencia. ¿Cuál es el fondo de estas protestas en algunos campos de Ecopetrol en los Llanos?

G.A.: Estos grupos han planteado un discurso de empleabilidad para justificar las vías de hecho en algunos campos. Pero Ecopetrol ya reportó ante el Ministerio del Trabajo las cifras de empleos y demostró que cumple con la normatividad: el 70 por ciento de la mano de obra no calificada que emplea es local, incluso ellos superan esta cifra y emplean 90 por ciento. Pero sobre esa excusa oímos otra tesis, que la han comentado en las mesas que instalamos en la región y que apunta a que al parecer habría un tema político de por medio, es decir que estarían intercambiando votos por puestos. Uno no hace protestas laborales encapuchado y armado. Aquí hay una mezcla de cosas que al parecer incluyen política y agentes pescando en río revuelto para ver cómo presionan las compañías.

SEMANA: Más allá de estos episodios de violencia y protesta social, ¿cómo ve el panorama petrolero del país?

G.A.: La recuperación de los precios de 2017 manda señales que estimulan la industria. Las cosas han ido mejorando y la variable clave es la inversión: pasamos en 2016 de inversiones totales por 2.220 millones de dólares a 3.400 millones de dólares en 2017, es decir que creció 53 por ciento y en 2018 tendremos 4.500 millones de dólares en inversión. Con estas señales, además de los incentivos que le hemos enviado al sector, con la creación de un certificado de reembolso tributario, creemos que este va a ser un buen año.

SEMANA: ¿Qué tanto impacto tendrán los mejores precios del petróleo para aliviar el tema fiscal del país?

G.A.: Los números lo dicen. Este va a ser un buen año, por la señal de precios, que va por encima de la expectativa fiscal que teníamos, y por la producción. En el primer caso, la proyección fiscal de 2018 fueron 55 dólares el barril, y el promedio acumulado está en 62 dólares. Y dos, porque proyectamos la producción sobre la base de 840.000 barriles, cuando al cierre de 2017 alcanzó 854.000 barriles y el dato de enero de este año ya va en 860.000 barriles.

SEMANA: Se habla de que ya hay una recuperación en la actividad petrolera ¿Cuáles son las cifras más destacadas?

G.A.: La actividad del sector es muy dinámica: el uso de taladros se recuperó y, según Campetrol, en enero alcanzó una utilización promedio de 114 taladros. Esta cifra es muy importante porque en 2016 fueron 28 taladros en promedio y en 2017 fueron 78 en promedio. Esto también nos dice que los 3.400 millones invertidos el año pasado se fueron a mayor actividad de perforación, contratación de mano de obra, recuperación de actividades exploratorias y reactivación de proyectos que estuvieron quietos en algunos tiempos. Estas cifras vislumbran un buen año.

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SEMANA: Ecopetrol reportó la semana pasada un aumento en las reservas petroleras que amplían el abastecimiento de 5 a 7,1 años, ¿esto los deja tranquilos en el nuevo escenario de precios?

G.A.: Los mejores precios internacionales del crudo tienen un efecto en la valoración de las reservas. Es importante tener claro que una cosa es tener recursos descubiertos debajo del suelo, como el petróleo, y otra cuánto se puede sacar. Eso depende del nivel de precios y si extraer, transportar y poner en los mercados internacionales esos barriles es rentable. Ecopetrol, solo por el efecto de precios, ya tiene un mejor perfil en su balance de reservas sin incluir las nuevas reservas o la actividad de exploración sumada el año pasado.

SEMANA: ¿Qué le espera al país en dos temas que el gobierno planteó desde el Plan de Desarrollo: la exploración costa afuera y los hidrocarburos no convencionales?

G.A.: La tarea de la siguiente administración es seguir trabajando en el desarrollo de estas dos fronteras, el offshore, porque en 2016 se hizo la campaña de exploración más ambiciosa no solo de Colombia, sino del mundo, y en los no convencionales, porque uno busca petróleo donde tiene potencial, no está donde uno caprichosamente lo quiere sino donde la geología lo puso. Estas fronteras aportarán las reservas que el país necesita para tener un horizonte más largo de tranquilidad en términos de autoabastecimiento y de seguir produciendo el principal activo de exportación del país.

SEMANA: Sin embargo, en no convencionales las comunidades y los ambientalistas han expresado su rechazo. ¿Qué hacer frente a este panorama?

G.A.: En el tema de no convencionales se debe hacer una mejor pedagogía porque hasta el momento se ha centrado en argumentos que se basan en el sentimiento y no en la ciencia. En este sentido, será necesario plantear un debate más profundo, para confirmar los argumentos científicos que avalan estos procesos, basados en experiencias de países como Canadá, donde estos recursos se explotan hace más de 15 años con total seguridad y sin el impacto que advierten para el medioambiente.

SEMANA: El rechazo en varias regiones al petróleo o la minería se refleja en el elevado número de consultas populares. ¿Le preocupa?

G.A.: La verdad es que se ha hecho público el número de municipios que se oponen a la extracción de minerales o petróleo, pero no el de aquellos que ya han dicho sí a estos desarrollos. De acuerdo con la Agencia Nacional de Minería ya son 146 municipios en el país que han dicho sí a la actividad extractiva, frente a 9 consultas populares realizadas, 7 suspendidas y 54 en proceso.

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SEMANA: Las energías renovables se han puesto de moda y Colombia no escapa a esta tendencia. Incluso, el gobierno acaba de adjudicar la primera línea para conectar recursos eólicos en la costa Caribe. ¿Cómo va ese proceso?

G.A.: Colombia tiene hoy una matriz energética envidiable a nivel mundial, pues es muy limpia, el 70 por ciento de la generación es de fuente hídrica. Pero es muy vulnerable al cambio climático y a eventos de sequía, por lo tanto, es necesario buscar fuentes complementarias y eso es precisamente lo que nos brindan las energías renovables. La idea es que cuando deja de llover en la cuenca del Cauca-Magdalena, los vientos y el sol en La Guajira y el norte del país se hacen más intensos y se pueden utilizar. Por eso se adjudicó esta línea, que permitirá conectar la Alta Guajira con el Sistema Interconectado Nacional de Energía con lo que se da viabilidad al desarrollo de los proyectos de energía eólica y solar que se produzcan a futuro en esta zona del país. Con esto, un episodio de estrés como el que se produjo en el costa Caribe hace unas semanas no se volverían a presentar. El proyecto brindará 1.360 megavatios de capacidad a partir de noviembre de 2022.

SEMANA: ¿Estamos aún lejos de tener desarrollos de energía renovable?

G.A.: No. Ya se están dando los primeros proyectos gracias a la ley que hicimos para fomentar la incorporación de energía renovable en la matriz energética, Ley 1715 del 2014, los cambios en regulación y los estímulos que se dieron en la reforma tributaria, y ahora se complementan con la adjudicación de la nueva línea de transmisión. Sin embargo, hoy la energía renovable representa tan solo el 0,5 por ciento de la energía que se entrega al sistema, cuando la capacidad instalada es del 5 por ciento y el potencial es gigantesco. Por esto, hemos diseñando con la ayuda del Banco Mundial, el BID y Uniandes un instrumento de mercado que les permita a los usuarios contratar energía de largo plazo de fuentes renovables.

SEMANA: ¿Por qué este proyecto de decreto ha generado controversia con algunos operadores?

G.A.: Los cambios siempre generan resistencia, pero va a pasar. La clave para el país es diversificar. Por eso, dejaremos definido un mecanismo innovador, una señal de política que diga cómo incorporar renovables en la matriz energética. Y no solo de La Guajira, aquí hay potencial en muchas zonas como Atlántico, Tolima, Cesar, entre muchos otras. No estamos obligando ni excluyendo a nadie. Si los agentes tienen un proyecto para una represa en el piedemonte, será bienvenido. De lo que se trata es de reducir las vulnerabilidades del sistema, lo cual traerá grandes beneficios a los usuarios. Hoy los costos de producir energía eólica son más baratos – han caído 60-70 por ciento en los últimos años– lo que podría tener impactos significativos sobre las tarifas de energía.