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Sin derramar una lágrima pero con el dolor a flor de piel, la madre de Alejandro Correa habló sobre lo ocurrido con su hijo. | Foto: José Guarnizo

TRAGEDIA

“No sé quién le hizo esto a mi hijo ni por qué”

La madre y la prima de Alejandro Correa, asesinado con ácido, le contaron a Semana.com la peor tragedia de sus vidas.

José Guarnizo, corresponsal de Semana en Medellín
9 de abril de 2014

Vestida de negro y sin derramar una sola lágrima, doña Cecilia Castaño Cardona intenta parecer fuerte. Pero es imposible. Hace unas horas que su hijo menor, Alejandro Correa, de 21 años, falleció con el 90 % de su cuerpo quemado por un chorro de ácido que le roció un desconocido.

Por ahora sólo se sabe que hay un sospechoso, que ya fue identificado por la Policía Metropolitana del Valle del Aburrá. “No se descarta que pudiese tratarse de un atraco (…) pero tampoco se descarta que se trate de un crimen pasional”, dijo el general José Ángel Mendoza.

Doña Cecilia ni siquiera pudo despedirse bien de Alejandro. Sólo fue un “mamá, voy a dar una vuelta, ya vengo”. Y luego vino la llamada, a eso de las 10 de la noche del martes. 


Esta mujer, que ahora está sentada de cara a una enorme Virgen que custodia la entrada de su casa del barrio San Francisco de Itagüí, habló con Semana.com sobre lo sucedido. Viviana Castaño, prima de Alejandro, también dio su versión de los hechos.

Semana.com: ¿Qué fue lo que sucedió?

Cecilia Castaño: Él salió a caminar a eso de las 8:30 de la noche. Mi otro hijo (Jeison Correa) estaba visitando a la novia y cuando regresó recibió una llamada. Era la señora que había salido con Alejandro a dar una vuelta. Ella dijo que les habían echado algo en la cara y nos pidió que lleváramos los documentos de mi hijo, porque no los tenía en ese momento. Lo habían llevado a la clínica San Rafael, allá le estaban prestando los servicios médicos. Luego lo trasladaron al Hospital San Vicente.

Semana.com: ¿Qué les dijeron los médicos?

C.C:
Desde que llegó estaba muy mal. El doctor me dijo que había tres posibilidades muy graves. Una era morirse, la otra quedar ciego y la tercera era infectarse.

Semana.com: ¿A qué estaba dedicado Alejandro?

C.C:
Mi hijo estaba estudiando ingeniería de sistemas en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid y trabaja en una empresa de consultoría.

Semana.com: ¿Ustedes tienen alguna sospecha de lo que ocurrió?

C.C:
Alejandro era una excelente persona, vecino, amigo, hermano. Nadie tenía problemas con él. No sé quién le hizo eso ni por qué. Eso queda en manos de las autoridades. Nosotros solo pedimos que investiguen, que encuentren a los responsables y les apliquen la ley.

Semana.com: ¿Cuáles eran los sueños de Alejandro?

C.C.:
Mi hijo soñaba con ser un profesional, pero sobre todo con viajar y conocer el mundo.

Semana.com: ¿Alcanzó a hablar con él en el hospital?

C.C.:
No, él ya estaba muy mal.

Semana.com: Es un momento muy difícil para ustedes. ¿Qué mensaje quieren enviarle a la sociedad?

C.C.:
No sé por qué la gente está tomando esas determinaciones de dañar así a las personas y sobre todo a gente buena. No sé de donde sale esa raíz tan mala de las personas.

Viviana Castaño (prima de Alejandro): Nosotros somos una familia de aproximadamente 50 personas y somos muy unidos. No tomamos, no fumamos, no somos de fiestas. Uno no se explica por qué pasan esas cosas.

Semana.com: Usted ahora quería hacer una reflexión sobre este tipo de ataques con ácido…

V.C.:
Muchas veces son los medios de comunicación los que ponen los temas de moda en esta sociedad. Mire que hasta hace unos meses no se veían accidentes con ácido. Lo empezaron a divulgar, empezaron a darle importancia y ya van unas cinco personas en el país. Prohibir que se vendan los ácidos es una cosa imposible, pero si hubiera una Justicia efectiva, en la que los responsables recibieran los castigos que se merecen, a lo mejor a las personas les daría miedo hacer las cosas.

Semana.com: ¿Temen que la Justicia no funcione en este caso?

V.C.:
¿Por qué ya la gente no maneja casi borracha? Porque saben que se les vienen consecuencias muy fuertes. Apenas ayer estaba escuchando en radio que una persona que había agredido a otra con ácido fue dejada en libertad porque era cabeza de hogar. Eso no tiene presentación en este país.

Semana.com: La reflexión también es frente a nosotros los medios

V.C.:
Estamos ante una Justicia que permite que nos matemos unos con otros, donde las personas no miden las consecuencias de lo que van a hacer. Ustedes los medios son los que finalmente controlan lo que se hace y no se hace en este país. Deberían estudiar la conveniencia de poner ante la opinión pública un tema con un índice de mortalidad tan alto como el de los ataques con ácido.

Semana.com: ¿Qué sigue ahora para ustedes? 

V.C.:
Yo soy muy apegada a esta familia. Mi tía es una mujer muy sola. A Alejandro y a Jeison les mataron el papá estando muy pequeños. Mi tía ha sido muy 'verraca', porque ha sido mamá y papá al mismo tiempo. Entonces, que ahora le pase esto nos deja muy desconcertados a todos. Esperamos Justicia en este caso y que traten de arreglar a la Justicia colombiana.