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| Foto: SEMANA

JUDICIAL

La incertidumbre de los funcionarios de la Contraloría

Mientras los empleados buscan no incurrir en abandono del puesto, en mensajes de chat se les ‘ordena’ no ir a trabajar.

5 de enero de 2015

El año nuevo les trajo incertidumbre a los funcionarios de la Contraloría General de la República. Mientras están a la espera de que se falle una acción de tutela que les daría unos meses más para buscar una sede para trabajar dignamente -tras el vencimiento del polémico contrato de arrendamiento heredado de la excontralora Sandra Morelli-, desde el primero de enero no saben si deben presentarse a su puesto de labores o esperar, desde sus hogares, una decisión sobre el tema.

A ello contribuye una cadena de mensajes de chat (vía WhatsApp) en grupos en los que los participantes son empleados del ente de control fiscal. Allí, alguien que no aparece identificado parece ordenarles no asistir a la sede del edificio Gran Estación II hasta nuevo aviso y les anuncia que no hay acceso a la edificación.




Así, los más de 2.300 funcionarios del organismo quedaron en el limbo. Si bien no pueden asistir a su lugar de trabajo, por otra parte pueden exponerse a una investigación por una falta disciplinaria: abandono de puesto. 



Versiones de los funcionarios señalan que la situación podría ser una muestra de la intranquilidad que se vive en las cabezas del ente de control, que tratan de evitar a toda costa un detrimento patrimonial, presuntamente, causado por el pago de salarios a empleados que, en la práctica, no ejercen labor alguna en lo que va del 2015. Semana.com buscó una respuesta del ente de control, pero no fue posible contactar a los responsables.




Paradójicamente, por esta misma conducta la Contraloría había hecho serias advertencias a la Judicatura por cancelar los salarios y prestaciones a los trabajadores de la rama judicial que llevan ya tres meses en paro y que mantienen prácticamente paralizado el aparato judicial. De hecho, la Fiscalía ya tomó cartas en el asunto.

A todo esto se suma que no habría información oficial al respecto. Fuentes le dijeron a este portal que hasta la fecha no ha habido una comunicación institucional en la que se les diga a los funcionarios qué hacer. Ello ha favorecido la creación de un ambiente de chismes, habladurías y desorden.

Malabares

Entretanto, los funcionarios se han valido de una serie de malabares con los que pretenden constatar que asistieron a la sede y que no pudieron entrar. Algunos, a primera hora de este lunes, armaron listados de asistencia que firmaron con su nombre y cédula, como prueba de que estuvieron ahí. Otros, en tono más jocoso, se tomaron una ‘selfie’ frente al edificio con el periódico del día en la mano.

Cabe resaltar que ante la crisis, el contralor Edgardo Maya declaró urgencia manifiesta a través de la Resolución 0155 del 30 de diciembre de 2014.


Esta figura permitiría realizar trámites de contratación directa y así, hacer uso de los recursos necesarios para adelantar el traslado a las nuevas instalaciones de la entidad.

Pero, según le dijeron fuentes a Semana.com, todo continúa con la misma informalidad. El trasteo, por ejemplo, está a cargo de una especie de equipo brigadista conformado por los mismos funcionarios. Pero esto no es todo.

Un correo que les llegó a funcionarios a nombre del secretario general de la Contraloría pide a las distintas entidades estatales que se abra un espacio para los funcionarios del ente de control fiscal. Ante esto, los funcionarios llamaron satíricamente la campaña: ‘Adopta a un funcionario’.

El drama para el ente de control continúa y las esperanzas se aferran al amparo del juez que resolverá en próximas horas la tutela y que les permita por unos meses más tener dónde trabajar y poder mudarse organizadamente a una nueva sede.