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LA LISTA DE PACHO

Mucho entusiasmo y poco realismo acompañaron el fallido intento de Francisco Santos de conformar una gran lista para las elecciones de Congreso.

9 de marzo de 1998

Cuando el martes pasado los habituales lectores de El Tiempo leyeron la columna de Francisco Santos, inmediatamente se dieron cuenta de que algo raro había pasado. El optimismo y el ímpetu que desde comienzos del año había mostrado Pacho en su columna llamando a la renovación del Congreso, repentinamente habían sido reemplazados por el escepticismo y la desazón. Del esperanzador 'Viento en popa' con que había titulado hacía apenas dos semanas, el jefe de redacción de El Tiempo había pasado a un lúgubre 'Morir un poco'. Sin embargo, aún después de leer cuidadosamente la columna, fueron pocos los que lograron entender qué era lo que lo había llevado a cambiar tan drásticamente su estado de ánimo. Prácticamente nadie había oído hablar de 'Elección Colombia' y tampoco lograban intuir dónde era que había tenido lugar la feria de vanidades de que hablaba. Solo una treintena de personas que habían asistido el lunes 26 de enero a la reunión convocada por Santos en el Hotel Cosmos supieron a qué se refería.
La historia había comenzado hacía apenas unas semanas, cuando Santos acudió al conocido publicista Carlos Duque y le pidió que le ayudara con algunas ideas para impulsar la candidatura al Congreso de los ex guerrilleros Carlos Franco y León Valencia, quienes habían desempeñado un papel importante en el Mandato por la Paz. Después de analizar las posibilidades que tenían los dos reinsertados de realizar una campaña efectiva, Duque llegó a la conclusión de que no eran muchas si Franco y Valencia utilizaban la estrategia de la operación avispa, como lo estaban haciendo la mayoría de los aspirantes al Congreso. Es por esto que le propuso a Pacho que por qué no intentaban más bien hacer una sola lista en la que participaran otras personas que _como Franco y Valencia_ tuvieran en común apoyar proyectos como la renovación, la paz y la lucha contra la corrupción. Así nació 'Elección Colombia'.Con el entusiasmo que siempre lo ha caracterizado Pacho convocó a un heterogéneo grupo de personas, que creyó compartían un mismo objetivo político. Fue así como personajes como Margarita Rosa de Francisco, Rafael Pardo, Alfonso Lizarazo, Claudia Blum, Jesús Enrique Piñacué, Antanas Mockus, Vicky Hernández, Juan Manuel Ospina, el padre Gonzalo Gallo, Juan Tokatlián, María Isabel Patiño, Ramón Jimeno, J. Mario Aristizábal, Jaime Garzón, María Mercedes Cuéllar, Juan Martín Caicedo y Gabriel García Márquez, entre otros, se vieron repentinamente reunidos para sacar adelante un proyecto del que la mayoría oyó hablar por primera vez el día de la reunión del Cosmos. Allí, después de que Jaime Garzón hiciera una magistral interpretación de su personaje Heriberto de la Calle para romper el hielo entre los asistentes, Pacho presentó la idea que junto con Duque habían venido trabajando en los últimos días y cuyo símbolo representaba una luz al final del túnel. Apenas terminó Pacho su intervención el desconcierto fue notorio. Inmediatamente varios de los presentes solicitaron la palabra para expresar su apoyo a la idea, pero también los inconvenientes que tenían para participar en ella. Otros aceptaron pero más como gesto simbólico y pidieron que los colocaran en los últimos lugares de la lista. Cuando llegó el momento de debatir quiénes la encabezarían empezó el debate en serio. Había quienes opinaban que la escogencia debía ser al azar, otros que de acuerdo con la trayectoria política, unos más pensaban que debía imperar el potencial número de votos. Sin embargo, a medida que avanzaba el tiempo cada vez eran menos claras las reglas del juego para conformar la lista y más lejana la posibilidad de que lograra conformarse algún día.
Durante una semana, Santos trató de buscar diferentes alternativas. Pero finalmente la iniciativa no cuajó. Fue esa decepción la que lo llevó a referirse en su columna del martes pasado a "cuando un proyecto político que multiplica es víctima del individualismo, del feudo, del protagonismo". Aunque la feria de las vanidades de que habla en la columna fue posiblemente muy similar a como la describió, quienes atendieron su invitación, sin saber siquiera a qué iban, se sintieron mal tratados. La mayoría de ellos reconoce el propósito y el entusiasmo que acompañaban la lista de Pacho, pero coincide en que no puede pretenderse que una iniciativa de esa magnitud cuaje en unos pocos días y menos cuando quienes la componen tienen tan poco en común y no tiene un líder que la encabece. Para todos las buenas intenciones de Pacho eran indiscutibles, pero pecó de ingenuo. En palabras de María Mercedes Cuéllar, quien estuvo a punto de ser la cabeza de Elección Colombia, "uno no puede pensar en armar una lista de la nada y tomarse con ella el Congreso en un mes y menos con un sistema electoral en que las listas colectivas están en desventaja". Mientras un senador por residuo puede salir elegido con 30.000 votos, para que salgan dos de una misma lista se necesitan por lo menos 100.000 votos y para llegar a tres 170.000.
La verdad es que la lista de Pacho nunca tuvo chance. En Colombia cada cuatro años, desde hace medio siglo, hay alguien que pretende hacer una cruzada para purificar las costumbres políticas. A nivel de candidaturas presidenciales la causa generalmente despega, pero difícilmente triunfa. Y cuando se trata de listas parlamentarias, ni siquiera alcanza a despegar.La franja de opinión independiente que respalda en el país este tipo de causas ha sido tradicionalmente muy reducida y generalmente solo alcanza para elegir una o dos personas. En 1994 la favorecida fue Ingrid Betancourt, quien con sus condones se ganó el apoyo de gran parte de este sector.
En la última elección para el Concejo de Bogotá el palo fue Patricia Cárdenas, cuya novedad, frescura y apellido, logró atraer el mayor número de electores.En las próximas elecciones parlamentarias muchos candidatos se irán tras esos pocos votos. Eso significa que la mayoría de ellos se hundirán. Solo los que además de opinión tengan algún tipo de maquinaria tienen mayor chance de sobrevivir. Según varios observadores políticos la lista de Pacho Santos no tenía posibilidades de sacar más allá del primer renglón. Los votos eran escasos y los egos abundantes. Y en esas circunstancias era claro que integrar una lista resultaba prácticamente imposible.