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Desde la época dorada de la crónica roja en los años cuarenta, el periodismo no vivía una Época así

REPORTAJE

Laura Moreno y Valerie Domínguez: el 'reality' de la justicia

Los colombianos andan hipnotizados por los juicios que protagonizan Laura Moreno y Valerie Domínguez. ¿Trivialización de la Justicia, 'show' mediático o fascinación natural?

6 de octubre de 2012

Fernando Gaitán, el libretista colombiano más laureado en el exterior, carece de frustraciones. Sin embargo cada mañana, cuando le echa un vistazo a los periódicos y lee las últimas noticias relacionadas con Valerie Domínguez y Laura Moreno, siente que se le hace agua la boca: "Carajo. ¿Por qué no se me ocurrieron a mí unas historias tan berracas?" Para él, si ambas pertenecieran al universo de la ficción tendrían asegurado un éxito de taquilla o marcarían nuevos récords de audiencia.

Pero como bien dijo el padre del realismo mágico Gabriel García Márquez, en Colombia la realidad supera a la ficción. El caso de estas dos mujeres tiene todos los ingredientes para tener paralizado a un país y, de paso, hacer grandes reflexiones. Mujeres bellas, acusaciones de crímenes o corrupción, personajes de alta sociedad, misterio, vida privada ventilada en los juicios, manipulaciones y sobornos, y hasta exhumación de cadáveres. Todo un thriller para dejar rendido al auditorio a sus pies. Esta espectacularidad también encierra una serie de reflexiones sobre cómo se entrecruzan y se retroalimentan la Justicia, los medios de comunicación y la opinión pública hasta construir un monstruo que cobra vida propia.

¿Es posible abstenerse de esta dinámica? Es difícil cuando se describen los argumentos de las dos historias. Una mujer muy linda, elegida Señorita Colombia, se enamora de un apuesto y rico joven que le da a firmar un papel con el cual se cometerá un delito que aumentará aún más su riqueza. Cuando la trama se descubre ambos deben enfrentarse en un estrado judicial y comienzan a revelar detalles de su vida más íntima. Y la otra, una chica muy joven, estudiante de la universidad de mayor prestigio del país, sale a una fiesta de Halloween con su novio y su exnovio, en un exclusivo bar de la capital. A la medianoche se presenta una situación que termina con la muerte del ex en una bien custodiada zona verde.

En un país bombardeado por todo tipo de noticias -trágicas y sorprendentes-, en donde un 'última hora' de principios de la semana es historia olvidada al llegar el sábado, los procesos judiciales de Valerie Domínguez y Laura Moreno han mantenido vigente su tensión dramática y periodística.  Un fenómeno que los estudiosos de comunicación dicen que no ocurría desde los años cuarenta cuando la crónica roja vivió una de sus épocas doradas. Por aquellos tiempos, el país devoraba las noticias relacionadas con lo que se llamó el "crimen del baúl", suceso que enfrentó periodísticamente a los grandes del oficio: Ismael Enrique Arenas de El Tiempo, Rafael Eslava de El Siglo y Felipe González Toledo de El Espectador.

El hecho ocurrió en 1945. En la bodega de una agencia de transporte de Bogotá apareció el cadáver de una muchacha de unos 14 o 15 años. "La falta de identidad del cuerpo, los vagos testimonios de los empleados de la agencia, configuraron un misterio complicado con informaciones fantasiosas y sesiones de espiritismo del juez para tratar de descifrar un caso que produjo muchos folletines de prensa y varias investigaciones alternativas a la oficial", escribió William Ramírez Tobón, investigador del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional en la revista Historia Crítica de la Universidad de los Andes. El caso fue seguido durante meses y concluyó en lo que era desde el principio: un absoluto misterio. Como diría González Toledo después todo fue "un ejercicio de periodismo polémico y novelesco, y sin limitaciones porque los avisos dejaban el suficiente espacio".

Entonces, ¿cómo explicar lo de ahora cuando en televisión un minuto es oro puro y en los periódicos a ningún editor se le pasaría por la cabeza darle dos páginas enteras a una sola historia? En los últimos años se palpa un lento resurgimiento de la crónica roja, claramente llevado a su punto culminante con las bellas Valerie y Laura, donde los grandes macrotemas de los medios están siendo reemplazados por grandes microtemas. Por ejemplo, ¿qué pasó con las chuzadas del DAS o la parapolítica?

A falta de grandes capos y sangrientos jefes paramilitares o guerrilleros, en ausencia de esos victimarios que encarnan gran parte de los males y complejidades del país, comienzan a levantar cabeza los crímenes comunes, los de la vida cotidiana, que saltan a los medios por su halo de morbo o sevicia o, como en el caso de Valerie y Laura, se convierten en la tormenta perfecta: trastocan los valores morales convencionales, desafían ciertos tabús sociales y destruyen ciertos imaginarios. ¿Es capaz la inocente belleza de Laura Moreno de pensar en asesinar a su exnovio? ¿Cómo un grupo de jóvenes de la universidad élite del país están involucrados en un crimen tan macabro? ¿Puede la hermosa Valerie recibir un juicio justo dados los artilugios legales de la Justicia, la presión mediática, o el impacto mismo de su belleza?

El despliegue en los medios a los dos casos es proporcional a la fascinación que ha producido en la sociedad colombiana. Los canales privados de televisión rompen su programación habitual cuando estas dos mujeres aparecen en escena, los diarios tienen asignados reporteros que se dedican a seguirlas en exclusiva como otros cubren las secciones de economía o las internacionales. Harold Abueta, subdirector del portal kienyke.com, dice que "nuestro tráfico se dispara cada vez que colgamos en la página cualquier hecho relacionado con ellas". Desde el primero de enero a hoy, en la página de semana.com la información relacionada solo con Laura Moreno generó 3.035.000 de clics (pageviews) posicionándose como uno de los temas más consultados por los usuarios..

Reinas del 'rating'

En los 15 años que tienen los canales privados -RCN y Caracol- nunca una historia judicial como las de estas dos mujeres había generado una respuesta tan alta de la audiencia. La herramienta más fiable para medir la cobertura de un canal es el rating. "Un punto de 'rating' equivale a 400.000 colombianos -dice un directivo de uno de los canales- Cuando alguno de los dos inicia sus informativos con Valerie o Laura podemos estar entre los 20 y los 22 puntos lo que significan más de 9 millones de televidentes viéndolas simultáneamente. Eso explica que o ellos o nosotros en ocasiones les hayamos dado hasta diez minutos. El que no lo hace se cae en la audiencia". Así ha sido desde cuando estalló el escándalo de Agro Ingreso Seguro, en septiembre de 2009, y se conoció la muerte del joven universitario Luis Andrés Colmenares, ocurrida el 31 de octubre de 2010.

Rodrigo Uprimny, director del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Dejusticia, uno de los 'tanques' de pensamiento más prestigiosos del país, muestra su inquietud porque la Fiscalía General de la Nación priorice en esfuerzos y medios en estos casos cuando "hay otros de mayor importancia para el país como las chuzadas o los falsos positivos". Aunque en el ente investigador niegan que los dos procesos sean distintos a cualquier otro, hay evidencias que muestran que son absolutamente atípicos.

Uno de los jueces, por ejemplo, que tuvo en sus manos el caso de Laura Moreno, sindicada del crimen de Colmenares, llamó desesperado a todas las partes involucradas en el juicio -fiscales, abogados y a la familia- para que hicieran un pacto de caballeros y no filtraran a los medios las piezas procesales "porque la presión mediática iba a terminar manejando el juicio". El martes de la semana pasada trascendió la salida del fiscal Antonio Luis González, quien argumentó "cansancio". "Estaba agotado", dijo. Y es que en una sesión de simple rutina acuden mínimo 35 medios distintos con sus equipos de transmisión. "Las razones para el intenso cubrimiento que hemos hecho se debe a que son casos que conmocionan a la comunidad y es la misma comunidad la que nos hace saber a diario que son temas que le interesan sobremanera", dice Alberto Medina, director de Informativos del Canal Caracol. Ningún medio ha aguantado este embrujo. ¿Por qué? La respuesta puede estar en una entrevista que hace  poco dio al diario El País de Madrid Mario Vargas Llosa a propósito del lanzamiento su nuevo libro, La civilización del espectáculo: "Lo estamos viendo en todas partes. Los periódicos más serios tratan de resistir, pero en un momento dado, si la supervivencia está en juego, tienen que hacer concesiones. El origen no está en los periódicos, el origen está en la cultura reinante, que impone la frivolidad y el amarillismo".

Pero el tema va mucho más allá del amarillismo. Porque amarillismo es exagerar la realidad y acudir al morbo para cautivar una audiencia. Y los casos de Valerie y Laura tienen paralizados al país. El interés propio de la sociedad le da la magnitud al cubrimiento mediático. Lo que sí es evidente es que hay una frivolización de la agenda en la medida en que estos dos fascinantes casos judiciales han desbancado temas de muchísimo más calado nacional como la crisis de la Justicia, el debate sobre el aborto, o la parálisis del Estado en materia de infraestructura.

¿Las bellas no matan?

Colombia no es la excepción en este tipo de casos judiciales. En Italia, por ejemplo, aún está fresca la historia de la bella estadounidense Amanda Knox. Ella y su novio, el italiano Raffaele Sollecito fueron sindicados de asesinar a la joven estudiante británica Meredith Kercher, en 2007,  en Perugia, Italia. Una versión dice que  la "bella Amanda", "de ojos penetrantes", como la describía la prensa europea más seria, de 20 años acordó con su novio Sollecito, de 23, hacer un trío sexual y escogieron a Kercher, de 21. Para estimularse mezclaron drogas y alcohol; en el acto, la víctima se arrepintió y la orgía derivó en una violenta riña. Para quienes la consideran culpable, el novio sujetó de los brazos a la muchacha mientras Amanda la degolló y descargó su ira con 35 puñaladas. Durante cuatro años estuvieron detenidos con un ruidoso cubrimiento mediático en el que el factor determinante fue la belleza de la acusada: ¿Puede un ángel ser un demonio criminal, se debatía a diario. Al final fueron absueltos con el argumento de que fue un robo y que ellos no estaban en el apartamento. La sindicada volvió a su país y acaba de firmar un contrato con la editorial HarperCollins para escribir su versión. Recibirá 4 millones de dólares por los derechos de autor más los beneficios que obtenga de un par de producciones cinematográficas que tiene sobre la mesa. Otra historia de las élites que mantuvo cautivado al público por varios años fue la del popular exjugador de fútbol americano OJ Simpson, que al final fue declarado inocente.

No es de extrañar que al igual que el caso de Amanda Knox, las historias de Valerie Domínguez y Laura Moreno sean llevadas a libros o a series de televisión. "Están todos los elementos", dice Rodrigo Pardo, director de noticias del Canal RCN: "Es una pareja admirada -una exreina y un miembro de una familia poderosa- que se ven envueltos en un escándalo. La evolución del noviazgo perfecto a la pelea absoluta. Si fuera inventada sería un éxito como ficción". Sin embargo, no es nueva. Gaitán dice, con algo de humor, que él ya lo había hecho. "La muchacha enamorada que firma un papel con el que su novio aumentará su poder. La diferencia está en que la mía era Betty la fea; y Valerie es muy linda". El crítico del diario El Tiempo e investigador de la Universidad de los Andes, Omar Rincón, se muestra severo con el tratamiento dado por los canales privados a este tema: "Los canales privados no informan, entretienen. No hablan de los grandes temas del país, solo les interesan las pequeñas miserias privadas. Y estas tragedias melodramáticas de dos bellas venden, ellos saben que su zona de farándula es su mejor 'rating', y estas dos bellas dan 'rating' y melodrama".

La pregunta obvia es si esta presión mediática influirá, para bien o para mal, en los jueces ahora que entran a decidir su inocencia o culpabilidad. Ese es el gran reto para los funcionarios que nunca como ahora están con todos los focos puestos por cuenta de tener en el banquillo a dos mujeres bellas. Como dice Gaitán, eso las hace una "excepción" a la regla, a los miles de sindicados que a diario pasan por los estrados sin dejar ni un titular, ni una estela de belleza.