“Le hago llegar un dedito”, los aterradores audios de una banda de secuestradores en Bogotá

La tragedia para una familia en Bogotá arrancó con la falsa ilusión de haber ganado un millonario premio. Tía y sobrina cayeron en una trampa criminal que delincuentes en el centro de la capital diseñaron primero para estafar, luego para convertirse en secuestradores. Los cobardes amenazaban a los familiares de las víctimas diciendo que de no entregar el dinero, les enviarían partes de las secuestradas.

Así quedó en varios audios que conoció SEMANA con la evidencia de un aterrador caso de secuestro que en principio los criminales pensaron como una habitual estafa, de esas que tanto se denuncian por redes sociales y en los medios de comunicación. Mensajes de texto con la advertencia de un premio, una oferta o regalos, que a la postre terminan siendo un engaño.

• Secuestrador: ¿cuánto tiene?
• Víctima: por ahí 400.000 pesos.
• Secuestrador: póngalos, póngalos.
• Víctima: bueno y después de que los ponga, ¿qué certeza voy a tener de que van a soltar a mi tía?
• Secuestrador: yo la suelto, pero si no veo resultados, ¿cómo hago?

Los delincuentes, sin saber estaban conversando con un agente del Cuerpo Técnico de Investigaciones del Gaula en la Fiscalía de Bogotá, creyeron tener bajo control su plan criminal, pero estaban aportando las pruebas en su contra, las mismas que sirvieron para capturarlos.

“Según la investigación, el plagio se produjo luego de que las víctimas acudieran a un encuentro que personas desconocidas les habían propuesto con el propósito de entregarles un premio de 15 millones de pesos que se habían ganado”, dijo Leonor Merchán, directora seccional de fiscalías en Bogotá.

Los familiares de las víctimas de secuestro estaban recaudando el dinero que le exigían los secuestradores, al menos dos millones de pesos por su liberación, incluso para tratar de ganar tiempo y facilitar el trabajo de los investigadores, le propusieron a los delincuentes firmar una letra de cambio como contraprestación y compromiso de los pagos.

• Víctima: ¿y por qué no se los llevo y usted la suelta y si quiere le firmo una letra, le firmo una letra?
• Secuestrador: no qué letra ni que hijueputa, está hablando con bandidos, ¿qué le pasa?
• Víctima: bueno, voy a ver qué puedo reunir, déjeme ver que puedo reunir.
• Secuestrador: no, déjeme ver no, déjeme ver nada gonorrea, si yo aquí a las 6:30 no tengo mi plata en Nequi, ya sabe.

Son varios audios que recopilaron los propios familiares de las víctimas de secuestro, luego de consultar a la Fiscalía y saber cuál es el camino a seguir, pues no tenían la suma de dinero que estaban exigiendo los delincuentes. Además, la angustia era en doble partida, uno de sus seres queridos, en poder de los delincuentes, requería una intervención médica.

“Familiares de las víctimas denunciaron el hecho ante el Gaula del Cuerpo Técnico de Investigación Seccional Bogotá, quienes con el apoyo de unidades militares, se desplazaron hasta una estación de transporte público donde se había pactado la entrega del dinero. Allí fueron capturadas las dos mujeres cuando recibían el pago”, explicó la funcionaria.

Los delincuentes dieron ultimátum a las víctimas, debían consignar el dinero a unas cuentas a través de empresas de giros o de lo contrario atentarían contra la integridad de las secuestradas, incluso advirtieron que le enviarían a esos familiares, partes del cuerpo de quienes tenían bajo su custodia.

• Víctima: ¿ya sabe qué?
• Secuestrador: ya sabes qué gonorrea, le hago llegar un dedito.

Los delincuentes coordinaron la entrega del dinero, una estación de TransMilenio en el centro de Bogotá, allí estaban los familiares de las secuestradas, pero también los agentes del CTI que los esperaban para notificar una orden de captura en su contra que se materializó, luego de la imputación de cargos y una medida de aseguramiento que por supuesto aceptó un juez de garantías en Bogotá.