Home

Nación

Artículo

Esta por verse que la imagen del nuevo aeropuerto El Dorado sea la presentada hace unos meses pues podría tardarse años antes que sus parqueaderos principales, que gozan de privilegios comerciales, sean entregados al concesionario

polémica

Letra menuda

Increíblemente, en la nueva concesión del aeropuerto El Dorado no están incluidos los parqueaderos.

23 de septiembre de 2006

De nada sirve un aeropuerto internacional, por más despliegue arquitectónico y técnico, si sus servicios básicos no están a la altura. Y en el proyecto de renovación de El Dorado, que deberá adelantar el concesionario recién escogido, no aparece un tema crucial: los estacionamientos vehiculares. Estarán por fuera mientras no se resuelva un enredo jurídico que lleva una década y que puede tardar otro tanto en resolverse.

El asunto se remonta a comienzos de la década pasada. En ese momento la Aeronáutica Civil adjudicó a dedo decenas de locales y zonas del terminal. Varios fueron entregados más como favores del gobierno de turno que con criterio comercial.

Por esa época aparecieron los dos arrendadores de los tres parqueaderos: la Sociedad Boulevard, que con el nombre Parqueadero Karib tiene el lote más grande, y Parking Internacional, que tiene el otro lote y el parqueo de la zona de carga.

En el primer caso se firmó un contrato por tres años y ocho millones de pesos mensuales, con reajustes anuales según el Índice de Precios al Consumidor, por los 16.000 metros cuadrados. En los otros lotes que suman 11.000 metros cuadrados se acordó un canon de 960.000 y 760.000 pesos respectivamente, con plazos de cinco y tres años y con un reajuste del 20 por ciento.

Al terminar los plazos los parqueaderos debían devolverse pues no tenían renovación automática. Pero inexplicablemente la Aeronáutica 'olvidó' reclamar lo suyo. Como aceptó los pagos que le siguieron haciendo, se dio una relación de hecho que validó los contratos.

Sólo hacia 1996 los funcionarios competentes 'descubrieron' esta perla y comenzaron los procesos para que los lotes fueran devueltos. Pero aunque el fallo en primera instancia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca favoreció a la Aeronáutica, los interesados apelaron ante el Consejo de Estado. Allí lleva un año y según expertos consultados puede tardar hasta cinco, sin contar que si se llega a la casación la sentencia definitiva puede tardar aún más.

Cuando comenzó el proceso para la concesión, la Aeronáutica ofreció a los proponentes dos caminos para los parqueaderos: el primero era que se esperaran a que la Nación resolviera el pleito. El segundo era que el ganador se hiciera cargo del litigio y llegara a un acuerdo con los ocupantes.

Pero el tema, que pasó inadvertido como letra menuda para la opinión, no es tan fácil. El abogado Jairo Muñoz, que representa a los parqueaderos, dijo a SEMANA que ellos han demandado a la Aeronáutica por sus supuestos incumplimientos y sus"argucias jurídicas", que habrían llevado a la entidad a autoembargarse para quitarles la administración de uno de los parqueaderos. Según Muñoz, hoy no hay claridad sobre cómo se están administrando más de 600 millones de pesos que se reciben al año por uno de los parqueaderos. Dice que si bien están abiertos a las ofertas del concesionario, no están interesados en soltar el negocio, menos cuando tienen la expectativa de que el pleito salga a favor de ellos.

Por su parte Luis Fernando Jaramillo, del Grupo Odinsa, ganador de la concesión, dijo a SEMANA que están evaluando el tema. "No creo que alguien esté interesado en un proceso indefinido", dice. Aclara que las obras de la primer fase en el terminal de carga no se verán afectadas y que para cuando lleguen a la segunda, que es el terminal de pasajeros, ya esperan tener resuelta esta situación.

En juego está el negocio muy rentable de unos pocos que ya se han lucrado por años y que ahora podrían convertirse en un lastre para un proyecto tan crucial para el país. Es preocupante que un negocio de esas dimensiones no tenga resuelto un aspecto tan esencial como el estacionamiento.