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Santos defendió la institucionalidad cafetera y dijo que hay que proteger el tejido social que han ayudado a crear. En la foto, las palabras del gerente de la Federación, Luis Genaro Muñoz.

CONGRESO

Los retos del café

Este año los astros se alinearon en favor de la caficultura y se recogieron los frutos del plan de renovación.

6 de diciembre de 2014

LA semana pasada se realizó un nuevo Congreso Cafetero, el principal encuentro que reúne a los productores del grano en Colombia.

El evento coincidió con el comienzo de un nuevo ciclo de la dirigencia cafetera regional, que fue renovada, en casi un 50 por ciento, hace dos meses cuando se realizaron las elecciones locales.

Además de haber sido una elección récord con más de 250.000 votantes y una participación de 68 por ciento, muchas de las voces que hace unos meses habían criticado las políticas del gremio, también tuvieron cabida dentro de la nueva dirigencia, lo que refleja el talante democrático del gremio.

Otro hecho que coincidió con este encuentro –el número 80 – es que ha terminado un plan estratégico (2009-2014) que fue vital para el sector pues estuvo marcado por la renovación de la caficultura colombiana.

La verdad es que el café acaba de superar una de las peores crisis de su historia. En 2010 la producción descendió al nivel más bajo en 36 años, con una cosecha inferior a 8 millones de sacos. En los años siguientes, la revaluación del peso le propinó otro golpe al sector y los precios internacionales poco ayudaron pues en 2013 cayeron drásticamente. El gobierno tuvo que darles la mano, a través de distintos programas. Según el presidente Santos, entre apoyos y créditos el gobierno les giró a los cafeteros en cuatro años, unos 5,2 billones de pesos, algo histórico.

Ahora bien, el plan de renovación que emprendió el propio sector dio sus frutos. Entre 2009 y 2014 se renovaron 600.000 hectáreas, lo que representa más de 3.184 millones de árboles de café, de los cuales el 77 por ciento corresponde a variedades resistentes a la roya. Esta plaga actualmente se encuentra en niveles controlados por debajo del 5 por ciento. Asimismo, el promedio nacional de infestación de broca se ubica alrededor del 2 por ciento.

Este año comenzaron a soplar buenos vientos. El precio internacional en niveles cercanos a 2 dólares, unido a la devaluación del peso y a la producción de unos 12,2 millones de sacos, darán como resultado que el ingreso cafetero en 2014 llegue a unos 5,5 billones de pesos.

Pero a pesar de que los astros se alinearon en favor del café y que se ha hecho una buena gestión, el sector tiene grandes retos a futuro. Entre ellos, la adaptación al cambio climático; el posicionamiento del café como un producto con valor agregado cada vez más elaborado; la productividad para mejorar la rentabilidad del negocio; la investigación y la innovación y lograr aumentar el consumo interno de esta bebida para no solo pensar en el exterior. Los cafeteros deberán trabajar más para proteger el ahorro y el ingreso que obtienen en los ciclos altos y no depender tanto de las ayudas del gobierno.

Frente al tema del controvertido documento de la Misión Cafetera el presidente Santos dijo que “estas recomendaciones no son ni pueden ser imposiciones, pero sí deben generar reflexiones profundas que conduzcan a cambios positivos en el modelo cafetero”. Es decir, lo que sirve se utiliza y lo que no se descarta.

Los cafeteros son conscientes de que en el futuro pueden aparecen nuevas borrascas, y al que más le temen es al clima. El gerente de la Federación, Luis Genaro Muñoz, afirma que el Plan Estratégico 2015-2020 está diseñado para enfrentar estos momentos. En este sentido sostiene que es prioritario que se unan esfuerzos con el fin de realizar inversiones en los cultivos, en centrales de beneficio y de fertilizantes, en viviendas, en vías terciarias, en la educación de las familias de los productores y en erradicar la pobreza.

Emprender ese camino requiere que a pesar de la diversidad de afiliados y las diferencias naturales que se pueden presentar, el gremio esté unido. Este es otro gran desafío. Un grupo de productores ha pedido un cambio en la gerencia de la Federación, aduciendo que se necesita un mayor liderazgo. Pero lo que ha quedado en evidencia es que son sectores  más motivados por intereses políticos y electorales de cara a las elecciones locales y regionales que se avecinan.

Para todos es claro que la caficultura es estratégica para el país, promueve la estabilidad social en el campo y es referente para el sector agrario en general. Como dijo el primer mandatario, la caficultura puede ser una pieza clave para el posconflicto en Colombia y para la consolidación de la paz. Así las cosas, el futuro del sector va mucho más allá de los vaivenes del mercado y va a ser  crucial en fortalecer la institucionalidad rural y generar cohesión social.