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Las marchas en Bogotá y en general las de otras ciudades como Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Manizales y Armenia, fueron acompañadas por la Policía. | Foto: EFE/Federico Ríos

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Marcha de estudiantes causó caos en Bogotá

Caos vehicular sufrió Bogotá durante varias horas, incluido el colapso de las troncales del sistema TransMilenio que, incluso, dejó de vender pasajes durante un corto lapso. Las manifestaciones confluyeron, sin mayores incidentes, en la Plaza de Bolívar.

3 de noviembre de 2011

Estudiantes universitarios, principalmente de los tres grandes centros públicos de educación superior de Bogotá –Nacional, Distrital y Pedagógica– se dieron cita al inicio de la noche del jueves en la Plaza de Bolívar con la intención de hacer sentir sus voces en contra de la Reforma a la Educación que el Gobierno Nacional radicó ante el Congreso de la República.
 
Mientras miles de estudiantes andaban por avenidas principales desde horas de la tarde con comparsas, disfraces, danzas, antorchas y pancartas con consignas en contra de la iniciativa con destino al centro de Bogotá.
 
Mientras se cumplía este inédito capítulo nocturno de las manifestaciones -que fue convocado hasta la medianoche– otros miles más permanecían atascados en el de por si caótico tránsito capitalino.
 
Se presentaron congestiones por las avenidas Circunvalar, Séptima, Caracas, carrera 30, calles 72, 63, 45 y 19.
 
El sistema de transporte masivo TransMilenio colapsó al ver detenidos sus buses al punto que hacia las 7:30 de la noche se decidió que no se venderían más pasajes para evitar una mayor saturación de las estaciones, lo que se reversó 30 minutos después. El bloqueo era total en las estaciones del Eje ambiental de la avenida Jiménez, en el centro.
 
Sin embargo, todo ello no era lo único que impactaba la movilidad en la ciudad. Además había cierres programados por el juego Santa Fe-Once Caldas y por la presentación de la banda norteamericana Aerosmith, ambos eventos en el corazón de la ciudad.
 
Entretanto, las manifestaciones estudiantiles, tal y como se han presentado en últimamente, han sido casi que un carnaval en el que se reparten besos y abrazos por doquier sin mayores incidentes de orden público, aunque continúan en su férrea decisión de continuar por fuera de las aulas de clase hasta que el Gobierno retire la reforma.
 
De no suceder, las masivas marchas tendrían lugar nuevamente en la semana entrante.