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NO FUERON TODOS

Ahora, más de cuarenta años después del "Holocausto", se dice que fue menor el número de judíos ejecutados.

25 de diciembre de 1989

En lo que queda del campo de concentración de Auschwitz, junto a los barracones y las cámaras de gas y las alambradas, la inscripción en piedra no deja aparentemente ninguna duda: cuatro millones de personas murieron en los campos nazis. Esta cifra ha permanecido durante todos estos años como un recuerdo de la ignominia y el dolor. Pero uno de los más serios analistas del llamado "Holocausto" tiene dudas serias y, al parecer, fundamentadas: afirma que el número de víctimas es menor. Menos de la mitad.

Lo que todos se preguntan es por qué Yeshua Bauer, director de la División de Estudios sobre el "Holocausto" en la Universidad Hebrea de Jerusalén, insiste en que el número de victimas judías en Auschwitz es inferior al consignado tradicionalmente y tiene una explicación: "El primer deber de un historiador es decir la verdad y en este caso la verdad es suficientemente horrible. Exagerar la cantidad de judíos muertos en ese campo de concentración sólo sirve a los propósitos de quienes han pretendido negar la existencia misma del "Holocausto" ".

El tema de los campos de concentración ha estado latente últimamente, sobre todo después de la disputa por la existencia de un convento católico en el corazón de Auschwitz. Con frecuencia se habla de 2.5 millones de judíos ejecutados y millón y medio de otras nacionalidades, la mayoría de ellos polacos. Esas cifras, según un artículo publicado por el investigador en el Jerusalem Post, son evidentemente falsas. Entonces se levantó la polvareda. Miles de cartas le fueron enviadas y la mayoría con la misma pregunta: ¿qué interés tenía en reducir, a estas alturas de la historia, la cantidad de víctimas judias? Cinco años atrás, según investigadores franceses, se pudo establecer que aproximadamente 1.600.000 personas murieron en las cámaras de gas, torturadas o ejecutadas por otros medios en Auschwitz. De esas víctimas, 1.350.000 eran judios, 83.000 polacos, 20.000 gitanos y 12.000 prisioneros rusos. Otros 150.000 polacos fueron encerrados, luego embarcados a otros lugares y muchos de ellos murieron.

Cuando le comentan que aumentar o reducir la cifra de las víctimas judías no cambiará el horror producido por los nazis, Bauer sostiene que esos son precisamente los mitos que hacen daño y se apoya en los conceptos de otros respetables historiadores para quienes las víctimas reales del "Holocausto" deben ser revisadas y reducidas. En honor a la verdad.

La manipulación de las cifras, según el historiador, ha tenido fines políticos todos estos años, y comunistas y nacionalistas se han empecinado en mezclar las nacionalidades de las víctimas con el fin de obtener la cifra citada. En su estudio, que ha recibido amplia divulgación en varios idiomas, Bauer insiste en distinguir las nociones de "genocidio" y "holocausto" y afirma que este es peor que la destrucción de grupos humanos pero, ni siquiera así, puede sostenerse el mito de tantos muertos judíos. El tema no es fácil de tratar en público. Algunos historiadores comentan que si las cifras se han manejado con tales proporciones hasta ahora, para qué introducir cambios, mientras otros sostienen que ya es hora de acabar con la sensación de que, durante la II Guerra todos querían acabar con los judíos, cuando muchos de estos fueron ayudados generosamente en Europa y América. El escándalo está planteado y Bauer, muy serio, afirma que sólo quiere hallar la verdad.--