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“Hace un mes un juez nos ordenó devolverle la cancha de polo al country”

ENTREVISTA

“No íbamos por buen camino”

Con apenas dos meses de encargo, la alcaldesa Clara López parece estar enderezando el rumbo de la capital. Según las encuestas, más de la mitad de los bogotanos la respaldan. Habló con SEMANA de los grandes 'chicharrones', marca distancia con Samuel Moreno y no descarta una posible candidatura.

20 de agosto de 2011

SEMANA: Usted aspiró a la Alcaldía de Bogotá en 1988, en la primera elección popular de alcaldes, y después de veinte años llega al cargo. ¿Ha pensado en esta casualidad?

CLARA LÓPEZ:
Mi conclusión es que cuando uno pertenece a la oposición y a la izquierda, se demora mucho más en lograr las aspiraciones.

SEMANA: ¿Usted ya se había olvidado de la Alcaldía?

C.L.: Fui precandidata en la última elección, pero no se dieron las circunstancias y la Alcaldía ya no estaba en mis planes. Tanto es así que me resistí muchísimo a estar en la terna.

SEMANA: ¿Por qué estuvo reacia?

C.L.: Dos meses antes, había sido aclamada como presidenta del Polo Democrático. Para una persona de mi procedencia social, fue un logro recibir el voto de confianza por aclamación de toda la izquierda del país.

SEMANA: Mejor dicho, casi que le tocó...

C.L.: Sí, pero los retos son para asumirlos.

SEMANA: Y no le ha ido nada mal. En la última encuesta de Napoleón Franco, tiene una aprobación del 54 por ciento. Muy distinta del 12 por ciento de Samuel Moreno. ¿La tomó por sorpresa?

C.L.: Siento que la ciudad me está dando un voto de confianza. La ciudadanía quiere que la ciudad se reconduzca y que se tomen decisiones urgentes que se habían aplazado.

SEMANA: Usted heredó una serie de 'chicharrones'...

C.L.: Sí, son muchos y no todos son recientes. Hay algunos que vienen de hasta veinte años atrás y estamos logrando avances como el del Cantón Norte y la reciente decisión judicial sobre la cancha de polo del Country.

SEMANA: ¿Y cuál es esa decisión de la que no nos habíamos enterado?

C.L.: Hace unas semanas un juez ordenó al Distrito devolver la cancha de polo al club. Entonces, en vez de generar una devolución y otro proceso de expropiación, estamos buscando un acuerdo con el club.

SEMANA: ¿Y cuál solución ha encontrado para que la carrera 11 pueda atravesar el Cantón Norte?

C.L.:
El Ministerio de Defensa decidió entregar el espacio, pero no hemos podido acordar la suma de la compensación. Lo importante es que nombramos un perito y el precio que este defina se pagará.

SEMANA: Uno de los 'chicharrones' que recibió fue el de la obra de la 26. ¿Cuándo va a estar lista?

C.L.:
En diciembre esperamos entregar la obra completa, con estaciones, espacios públicos y puentes peatonales. Es que cada 'chicharrón' tiene sus 'microchicharrones'.

SEMANA: Según varias denuncias, el contratista está pidiendo una nueva adición por 89.000 millones de pesos. ¿Más plata para la 26?

C.L.:
Recién entré a la Alcaldía, el contratista pidió una adición cuantiosa y sigue vigente. En esas estamos.

SEMANA: ¿Hay que dársela?

C.L.: No sé. El tema es de complejidad jurídica. Nosotros vamos a otorgar lo que se deba entregar, pero ni un peso más.

SEMANA: Otra papa caliente es la carrera séptima. Estábamos en un problema grande y usted sacó un as bajo la manga con la idea de un corredor verde. ¿Ese proyecto está asegurado?

C.L.: Aspiro a dejarlo concretado y que sea un proyecto robusto que se defienda solo. Es una apuesta por un corredor ambientalmente sostenible y amigable al ciudadano. Es una decisión de profundo calado que implica un trabajo muy intenso.

SEMANA: ¿Ya hay claridad sobre qué hacer con el contrato que estaba adjudicado?

C.L.: La directora del IDU lidera una negociación con los contratistas para llegar a una solución jurídica y no onerosa para la ciudad. Ellos no se van a aprovechar de una situación de fuerza mayor como la ola invernal, que impidió que la circunvalar se usara como ruta alterna a la séptima para el tránsito.

SEMANA: ¿Si usted va a reversar el contrato de la séptima quiere decir que el alcalde Samuel Moreno la embarró al entregarlo a principios de este año?

C.L.: No podemos empezar otra cuenta de cobro a Samuel Moreno.

SEMANA: Otro dolor de cabeza es el del recaudo del nuevo sistema de transporte, el SITP. La Procuraduría frenó la licitación varias veces, pero ya finalmente se adjudicó por una cifra cercana a los tres billones de pesos. ¿Quedó tranquila?

C.L.:
Sí, ese proceso culminó acertadamente. Fue largo porque contamos con la ayuda de la Procuraduría para corregir problemas.

SEMANA: Recién posesionado Samuel Moreno, su secretario de Movilidad dijo que en un año la ciudad iba a tener Sistema Integrado de Transporte. Cuatro años después no lo tiene...

C.L.:
Tal vez se comprometieron a entregar el diseño. Es que no ha sido fácil. Estamos haciendo el tránsito de un sistema atomizado y de particulares a un sistema moderno a través de empresas operadoras. Es un cambio de paradigma.

SEMANA: La otra papa caliente es la licitación de aseo. Son 2,5 billones de pesos, y es urgente resolver porque automáticamente se reducirá en 20 por ciento la tarifa que pagan los usuarios. Pero la semana pasada la Corte Constitucional la suspendió...

C.L.:
La Corte la suspendió para analizar la situación de los recicladores y espero que se aclare rápido. La licitación incluye la reducción de una quinta parte de la tarifa y además el concepto de 'zonas limpias'. No se paga en función de que el camión pasó a cierta hora, sino de que el espacio esté limpio. Yo me la paso llamando a decir que recojan esto, que por acá huele mal... y a veces ni me oyen.

SEMANA: ¿Tiene alguna noticia de la Corte?

C.L.: La Corte es autónoma y somos muy respetuosos, aunque no crea que no me muero de las ganas de preguntar.

SEMANA: Samuel Moreno prometió que durante su administración, él pondría la primera piedra del metro de Bogotá, pero eso no va a pasar. ¿El Polo incumplió su principal promesa de campaña?

C.L.: Poner la primera piedra es un decir. El estudio de Steer Davies sobre la demanda se entrega esta semana y ese era uno de los puntos que exigió Planeación para avanzar. Con este, el próximo paso es entrevistarnos con el presidente Santos y tomar decisiones.
 
SEMANA: ¿Queda para la próxima administración? Hay una sensación en Bogotá de que con el metro siempre nos quedamos en estudios...

C.L.: Tengo la sensación contraria. El metro es inaplazable y requiere el esfuerzo de varias administraciones. Lo que no queremos es que haya borrón y cuenta nueva, que es lo que nos pasa desde 1965.

SEMANA: ¿Qué ha sido lo más difícil desde que llegó a la Alcaldía?

C.L.: Llegué en medio de una crisis administrativa, política y de gobernabilidad muy seria. Mi objetivo era recuperar la confianza y propuse un trato de sinceridad entre los ciudadanos y su gobernante. En estos dos meses creo que hemos logrado restablecer ese vínculo. Creo que la gente se siente gobernada.

SEMANA: Usted ha dicho que llegó a poner la casa en orden y a recuperar la confianza, ¿coincide con los bogotanos que sentían un caos total en la administración distrital?

C.L.: No creo que hubiera caos. Cuando digo poner la casa en orden, me refiero a un concepto más amplio, de situaciones de largo tiempo, de falta de decisiones. Y yo sí pienso que gobernar es tomar decisiones.

SEMANA: Tal vez lo que la ciudadanía sentía era que Samuel no tomaba las decisiones que necesitaba la ciudad...

C.L.: No sé qué pensaba la ciudadanía, pero me parece que para que los ciudadanos vuelvan a creer en el distrito se tienen que tomar decisiones con franqueza. Hay que asumir la responsabilidad personal en algún momento.

SEMANA: En los consejos de gobierno la han visto muy acuciosa pidiendo cuentas de los contratos que cada secretaría tiene. ¿Cuántos están pendientes?

C.L.: Hemos hecho un barrido fijándonos en el tamaño del contrato y en su impacto. Pasamos al procurador un listado de 44 contratos críticos. Desde que llegué, la veedora distrital se sienta en el consejo de gobierno y tiene el ojo puesto en los contratos.

SEMANA: Eso ya es una diferencia radical con la forma de trabajar de Samuel Moreno...

C.L.:
Nuestro mensaje es diáfano. Estamos haciendo seguimiento a todos los procesos. Firmamos un compromiso ético y estamos trabajando con la oficina presidencial anticorrupción. Lo estamos haciendo en todos los frentes, y sobre todo para cuidar los recursos más sensibles, los de la salud.

SEMANA: Los bogotanos sentían que en la administración Moreno se movían redes de corrupción muy profundas y oscuras que le hicieron mucho daño a la ciudad. ¿Usted, que estuvo en su gabinete, las sentía?

C.L.: Sí. Le hicieron daño a Bogotá y al país. Lo que han hecho los órganos de control es de una importancia impresionante para el futuro de este país, porque no íbamos por buen camino y le pusieron un tate quieto.

SEMANA: ¿Pero sí admite que existía esa red que se movía por debajo de la mesa?

C.L.: Seguramente todavía existe y no han sido detectadas todas. Estamos prendiendo las alarmas. No se trata de recibir aplausos por denunciar, sino de solucionar el problema de fondo. El país se había acostumbrado y éramos tolerantes, me incluyo.

SEMANA: Se le ve muy contenta. ¿Querría volver al Palacio Liévano dentro de cuatro años?

C.L.:
'Falta que pase mucha agua debajo del puente.

SEMANA: Pero se le ve a gusto....

C.L.: Estoy contenta porque hay una gran capacidad de hacer y ver resultados. Pero le cuento que yo nunca he sufrido de presión alta y los primeros días en este despacho se me disparó.

SEMANA: ¿Pero por qué esa capacidad de hacer no se vio antes?

C.L.: Eso tiene que ver con el espíritu. Al alcalde Moreno lo fueron arrinconando y creo que a mí la ciudad me ha dado un espaldarazo. Se necesitan dos para bailar tango.