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Amacayacu - Amazonas. De las 56 áreas protegidas que tiene el país, 23 prestan servicios recreativos.

DESARROLLO SOSTENIBLE

Parques naturales: prohibido tocar

El Ministerio de Medio Ambiente quiere sacar los hoteles de los parques naturales. Se viene un gran debate.

2 de marzo de 2013

El ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe, está a punto de firmar una resolución revolucionaria y con pocos antecedentes en el mundo. Esta prohibiría la construcción de nuevos hoteles en los Parques Nacionales y pondría punto final a la discusión de los polémicos proyectos de Six Senses y Los Ciruelos en el Tayrona. Pero tiene implicaciones mucho más de fondo. Lo que está en juego no es autorizar unas cabañas sino definir el modelo que Colombia, el segundo país más biodiverso del mundo, va a adoptar para la conservación de su patrimonio natural.


En el borrador de la resolución, que el Ministerio publicó para comentarios, se afirma que, en el futuro, la instalación de servicios turísticos deberá hacerse “fuera de las áreas protegidas”. También se establece que en los parques “solo se permitiría instalar una nueva infraestructura liviana” y que el “único tipo de alojamiento permitido (…) serán las carpas y hamaqueros”.

Las reacciones de los interesados no tardaron. “Es una resolución para satisfacer a un grupito de ecologistas radicales”, dice Ramón Jimeno, vocero de Los Ciruelos. Costas Christ, editor de National Geographic Traveler y asesor de Six Senses, aseguró que la medida “frena la capacidad de Colombia para convertirse en líder mundial en turismo sostenible”. La exministra de Medio Ambiente, Cecilia Rodríguez, quien tiene la concesión del Parque Salamanca, agrega que esta resolución demostraría la incapacidad del Estado para hacer las cosas bien al “aislar a los parques, en vez de dejar que estos presten un servicio con los más altos estándares, dignos de un país de clase mundial”.

Los autores de la medida sostienen que hay en ella una apuesta estratégica. Julia Miranda, directora de la Unidad de Parques, dice que priorizar la conservación es una tendencia mundial y que hasta en Estados Unidos, que tiene el sistema más antiguo del mundo, se está considerando demoler la infraestructura construida dentro de ellos. En otras palabras, Colombia tiene que decidir si quiere ser líder en ecoturismo, que traería ventajas importantes pero pondría gran presión sobre las áreas protegidas, o líder en conservación, en un planeta en el que el cambio climático amenaza el agua y los recursos naturales.

Este es, en el fondo, el gran debate. ¿Cuál será el modelo de gestión del patrimonio natural por el que opte la sociedad colombiana? Hasta ahora hay experiencias limitadas, como la adelantada por Aviatur en cuatro parques. Con esta medida, el Ministerio no busca impedir el ingreso de turistas, sino regularlo y ubicar la infraestructura de alojamiento, distinta a hamacas y carpas, en las zonas de amortiguación, como se hace en algunos parques en Costa Rica, por ejemplo.

Los detractores de la medida dicen que el ecoturismo es la única forma para financiar el sistema de parques, que hoy tiene un presupuesto que cubre apenas la cuarta parte de sus necesidades mínimas. Y agregan que este modelo ha funcionado en lugares como las islas Galápagos en Ecuador o el Serengeti en Tanzania. Pero, por un lado, en los esquemas de ecoturismo, gran parte de los ingresos son para los inversionistas, y, por otro, no está claro que esa sea la mejor forma de proteger las reservas naturales. “Si la plata para conservación tuviera que venir de allí, tendríamos que llenar de hoteles los parques, porque lo que nos entra es marginal”, dice Julia Miranda. Ella propone que las compensaciones que pagan las empresas por licencias ambientales se destinen al sistema de parques.

En un momento en el que el Ideam acaba de anunciar que en los pasados 30 años Colombia perdió la mitad de sus glaciares y que en los próximos 30 puede perder lo que queda de ellos, este no es un debate de poca monta.