PIN le ofrece sus votos a Santos, pero también a Uribe

A pesar de ser el partido más estigmatizado, el PIN reivindica que es la cuarta fuerza política del país, después de La U, el Partido Conservador y el Partido Liberal.

Los resultados electorales del 2010 así lo indican, los más de 800 mil votos conquistados le permitieron tener ocho curules en el Senado, y ubicarse por encima de otros partidos como Cambio Radical, el Polo y el Partido Verde.

Samuel Arrieta, copresidente del PIN, le propuso a los demás directivos de la colectividad adelantar una agenda de entendimiento con el presidente Juan Manuel Santos para que, de una vez por todas y en “condiciones dignas”, el presidente reconozca públicamente el apoyo que ha venido teniendo de este partido en sus principales políticas de gobierno.

Arrieta, en la Convención Nacional del PIN que se adelanta en Girón (Santander) le pasó una especie de cuenta de cobro al presidente Santos. Le recordó que cuando ese movimiento se llamaba Convergencia Ciudadana fue clave para negar la moción de censura que le tramitaron Cambio Radical y el Partido Verde mientras se desempeñaba como ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe. También recordó que el PIN le puso votos a Santos para su elección como presidente de la República, aunque nunca se les reconoció dicho apoyo.

Por eso, Arrieta le propuso a la colectividad que sólo en “condiciones dignas” el PIN apoyará la reelección del presidente Santos, si el mandatario finalmente se inscribe como candidato en el mes de octubre. “No queremos seguir siendo una bancada marginal, a la que sólo nos utilizan como comodín”.

Sin embargo, en busca de la supervivencia del partido, Arrieta dice que como grupo no pueden cerrar el escenario de las alianzas con otras colectividades. Por otro lado, no descartó llegar a un acuerdo con el Centro Democrático, movimiento político que orienta el expresidente Álvaro Uribe.

La Convención Nacional del PIN también analiza otra propuesta de varios de sus dirigentes. Cambiar el nombre de la colectividad con la intención de presentarse como una propuesta política renovadora y sobre todo, quitarse de encima el estigma de la parapolítica.

No obstante, la propuesta que más acogida tiene es acabar el partido para revivir el también cuestionado movimiento Convergencia Ciudadana. La mayoría de sus dirigentes provienen de ese partido que no se presentó a las elecciones del 2010 precisamente porque su fundador, Luis Alberto Gil, resultó condenado por sus nexos con grupos paramilitares.