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Pablo Catatumbo lee el comunicado con el que las Farc iniciaron esta ronda hoy. A su izquierda, los otros dos miembros del Secretariado en la Mesa, Rodrigo Granda e Iván Márquez. A su derecha, Victoria Sandino, del Comando Conjunto Central, que llegó con Catatumbo a La Habana el pasado 7 de abril. | Foto: EFE

DIÁLOGOS DE PAZ

¿Podrán Gobierno y FARC cerrar el punto agrario?

La gran pregunta de la nueva ronda de diálogos que inicia es si habrá acuerdos sobre desarrollo rural. No se ve fácil.

Álvaro Sierra Restrepo, editor jefe de SEMANA
23 de abril de 2013

Hoy empieza en La Habana el octavo ciclo de conversaciones entre el Gobierno y las FARC, después de un receso de más de un mes y con un nuevo miembro del Secretariado de las FARC a bordo, Pablo Catatumbo.

La expectativa de muchos es que en esta ronda se llegue a acuerdos que cierren el tema de desarrollo rural integral, el primero en la agenda, y se pueda pasar al siguiente, el de participación política.

Así lo dijo en un comunicado el jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle, al iniciar la ronda, y señaló que él y sus compañeros tienen instrucciones expresas del presidente Santos para producir resultados. “Comprendemos bien que los colombianos esperan agilidad de estas conversaciones. Nos mueve ese mismo espíritu y en esa actitud retomamos hoy las conversaciones”, dijo.

Las FARC, por su parte, dijeron que llegan a esta nueva ronda “con la firme determinación de alcanzar la más importante reivindicación del pueblo colombiano en toda su historia (…): la paz democrática, con dignidad y justicia social que tanto anhela nuestro país”.

Sin embargo, no es fácil que en los próximos ocho días el Gobierno y las FARC logren finiquitar el tema agrario, en el que en cinco meses de negociaciones, han avanzado relativamente poco.

Para empezar, las conversaciones se retoman con un ‘recién llegado’ de peso, que arribó a La Habana el pasado 7 de abril junto con otros guerrilleros (tres más llegaron con él y otros dos, del Bloque Oriental Jorge Briceño, llegaron unos días después), y pasará sin duda por un proceso de ajuste, tanto con su propia delegación como en la Mesa. Quien leyó la declaración de las FARC fue, justamente, Catatumbo, flanqueado por Iván Márquez y Victoria Sandino, del Comando Conjunto Central del Tolima, y otra de las recién llegadas.

Cuánto tomen estos ajustes y qué tanto influyan en el ritmo de esta nueva ronda está por verse. Otro elemento clave es la tensa situación en Venezuela. El reconocimiento que el gobierno colombiano dio al triunfo electoral de Nicolás Maduro y la presencia del presidente Santos en su posesión serán, sin duda, asumidos por la guerrilla como una señal de compromiso del Gobierno con el proceso. Pero Andrés París, del equipo negociador de las FARC, le dio a Confidencial Colombia una muestra de las inquietudes que genera en esa guerrilla lo que pasa en el vecino país. Si “la inestabilidad se abre paso en Venezuela (…) en esa guerra sucumbirá el proceso de paz en Colombia”, dijo París.

Esto es revelador de las incertidumbres que ha introducido en las FARC lo que está ocurriendo en Venezuela desde la muerte de Hugo Chávez.

Por último está el lento ritmo de las conversaciones. Todo indica que desde inicios de marzo, estas se mantienen en torno al primero de los seis subpuntos que componen el tema de desarrollo rural.

Desde su comunicado conjunto del primero de marzo, al final de la sexta ronda, las partes dijeron que habían avanzado “en la construcción de un acuerdo” sobre “acceso y uso de la tierra; tierras improductivas; formalización de la propiedad; frontera agrícola y protección de zonas de reserva”. Estos temas componen el primero de los seis subpuntos del tema de desarrollo rural integral, por el que empezaron en noviembre las negociaciones, que es el de acceso y uso de la tierra.

Los otros subpuntos son: programas de desarrollo con enfoque territorial; infraestructura y adecuación de tierras; desarrollo en salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza; estímulos, asistencia técnica, créditos y subsidios, y seguridad alimentaria.

Más tarde, al terminar la séptima ronda, el 21 de marzo, el Gobierno y las FARC insistieron en otro comunicado conjunto en que seguían “avanzando” en ese primer subpunto. Y el 30 de marzo, cuando anunciaron que prolongarían su receso hasta la tercera semana de abril, dijeron que, entretanto, ambas delegaciones iban a trabajar por separado “en los subtemas que restan del primer punto”.

Es decir, durante un mes, las partes seguían en el primero de los seis subpuntos del tema de desarrollo agrario. Al anunciar, el 18 de abril, que las conversaciones se retomarían este martes 23, declararon que la larga pausa había sido “de intenso y productivo trabajo conjunto de los equipos técnicos y de ambas delegaciones”.

Cabe preguntarse qué tanto habrán avanzado en ese trabajo durante la pausa, en particular respecto a los otros cinco subpuntos del tema agrario. El jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle, había dicho que esos son de más fácil trámite que el primero –el cual de hecho involucra las demandas agrarias históricas de las Farc y es por eso políticamente el más complejo–. 

En su comunicado de hoy, de la Calle dijo que la pausa fue para que las partes tuvieran tiempo para “identificar escenarios para el entendimiento y acelerar los tiempos”, y que con ese objetivo se facilitó fortalecer el equipo negociador de las Farc con Catatumbo y los otros cinco guerrilleros que llegaron a Cuba. “Esperamos que este nuevo aire sirva para concretar el cierre del primer punto de la Agenda y dar así la señal que los colombianos esperan”, dijo de la Calle, en una clara muestra de que el gobierno está preocupado por los tiempos del proceso e interesado en pisar el acelerador. Habrá que ver si la declaración general de Catatumbo en favor de la paz implica algo similar.

Sin embargo, aún hay discusiones en torno al carácter y la amplitud de las zonas de reserva campesina, que las Farc ven como una suerte de resguardos campesinos, con autonomía y cubriendo millones de hectáreas, algo que el gobierno ha dicho que no permitirá. Y un tema aparentemente menor, como el de seguridad alimentaria, puede dar para grandes discusiones sobre soberanía y participación de empresas extranjeras en el agro, sobre los cuales también hay diferencias.

Por todas estas circunstancias, la gran preguntas es si el gobierno y las Farc lograrán ‘redondear’ el decisivo punto agrario en esta ronda.

La designación de Pablo Catatumbo, un personaje que fue clave en el origen de estos diálogos, y el tercer miembro del Secretariado en la Mesa, puede entenderse como una muestra de la decisión de las Farc de pisar el acelerador (junto a Márquez, Catatumbo es miembro pleno de ese organismo y Ricardo Granda es suplente). Esto es una señal positiva, que permite creer que se puede avanzar a un ritmo más decidido en los diálogos, como pidió el presidente Santos a sus negociadores. Mostrar, eventualmente, un acuerdo en torno al decisivo punto agrario daría una bocanada de oxígeno a un proceso que, a estas alturas, la necesita cada día más. Pero lo que está por verse es si eso se logra en esta ronda o puede tomar más tiempo.

Twitter @cortapalo

Declaración del jefe del equipo negociador del Gobierno Nacional, Humberto de la Calle: