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El debate está encendido. Mientras el director del Partido Conservador, David Barguil, defiende la idea de regresar a la Unidad Nacional, la excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez dice que eso atenta contra los intereses de los azules. La decisión se tomará el año entrante. | Foto: Alejandro Acosta

POLÍTICA

¿Volverán los conservadores a la Unidad Nacional?

Los azules siguen deshojando la margarita para decidir si regresa a la coalición de gobierno, pero la mayoría de su directorio está a favor de esa opción. En enero se hará el anuncio.

26 de diciembre de 2015

La noticia circuló en los medios: el Partido Conservador regresaba oficialmente a la Unidad Nacional. Su director, David Barguil, había tomado la decisión y, luego de una reunión en la Casa de Nariño con el presidente Juan Manuel Santos, el matrimonio se había concretado. Pero la historia tiene algo de verdad y también un componente de media verdad. Es cierto que hubo reunión y que los congresistas están decididos a volver a la coalición santista. Lo que no es seguro es que esa decisión esté tomada porque falta una instancia que nadie se puede saltar: el directorio del partido.

Ahí, cuando estén los 21 miembros sentados y voten, se sabrá cuál será el futuro azul. Pase lo que pase, la sola intención de regresar a la orilla del presidente ya creó un divorcio inesperado. Porque antes de esta historia Marta Lucía Ramírez, excandidata presidencial del conservatismo, actuaba en evidente alianza con David Barguil y jugó un papel clave para que un hombre de 34 años dirigiera el partido. Pero ahora que él defiende la idea de regresar a la Unidad Nacional, Marta Lucía le dijo a SEMANA que no puede estar de acuerdo y que lamenta su decisión. “Algunos senadores me cuentan que en la reunión con el presidente su actitud fue de entrega. Qué pesar, qué lástima, porque yo pensé que la juventud daba bríos y energía para defender las ideas que simbolizan al partido”. Agregó, además, que: “El unanimismo no le hace bien a la democracia y el gobierno no ha sido generoso con nosotros, así que el único afán que veo en los congresistas para regresar es burocrático”.

Para Barguil la reunión con el presidente no significa nada todavía. “En ningún momento se tomó una decisión. La bancada sí quiere regresar porque nos interesa tener un papel protagónico en la paz, pero yo respeto las instancias del partido”, le dijo a SEMANA. Se supone que la reunión del directorio se hará en enero, pero lo cierto es que la gran mayoría de congresistas, incluidos los que antes se bautizaban ‘antisantistas’, quieren volver a la unidad. A ellos les conviene porque 2016 será el año de la paz y no quieren estar en contra. Y para el presidente es muy atractivo que un partido de 2 millones de votos decida sumarse a su coalición en vísperas del plebiscito.

Lo que sí es indudable es que la entrada de los azules a la unidad no cambiaría mucho el panorama. Desde que arrancó la última legislatura en el Congreso ellos le han votado la gran mayoría de iniciativas al gobierno, incluidos temas tan difíciles como el acto legislativo para la paz, el plebiscito y la reforma de reequilibrio de poderes. De manera que aunque se han declarado un partido independiente, en el Capitolio han sido santistas.

Si a principios de año, cuando se reúna el directorio, se van por el sí, tendrían que asumir el costo de estar con el gobierno en todo, pero ganarían más voz en el posconflicto. Y si optan por el no, tendrán el mismo margen de crítica que han tenido hasta el momento, pero pierden la posibilidad de entrar al combo del Partido Liberal, Cambio Radical y La U, que serán los partidos más premiados por el gobierno una vez se firme la paz con las Farc. La balanza, por el lado de los congresistas, se inclina por el regreso. En todo caso, cualquiera que sea la decisión, lo último que le conviene a un partido es estar dividido. Y así arrancarán el año los azules.