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| Foto: Cortesía

VALLE

Los salvó el miedo: así frustraron atentado con moto bomba en Pradera, Valle

La motocicleta estaba ubicada frente a la Alcaldía, muy cerca a la estación de Policía. La comunidad, que ha sufrido los estragos de la guerra, aún vive con miedo y avisó rápidamente a las autoridades.

10 de marzo de 2020

Una motocicleta blanca marca Honda estuvo parqueada este martes por varios minutos en la calle 5 con carrera 14 esquina, justo frente a la Alcaldía de Pradera, Valle, y unos metros más adelante de la única estación de Policía del municipio. En otra población, este hecho hubiera pasado desapercibido: un automotor mal estacionado no levantaría sospechas, pero en Pradera, la comunidad aún vive en la zozobra de la guerra.

Nadie quería ser el primero en acercarse a la moto. El antecendente más cercano ocurrió en Florida, Valle, un municipio vecino de Pradera, en diciembre pasado con un atentado de las mismas características que no causó mayores daños.  

Pero en este caso, de consumarse el atentado el saldo hubiera sido diferente y totalmente trágico. La moto estaba cargada con 800 kilos de pentolita, un explosivo de alto poder, y estaba ubicada en un sector poblado de restaurantes, así como locales comerciales. Gran parte de que no ocurriera nada estuvo en el reporte rápido de la comunidad a las autoridades.

Al lugar llegó un grupo especial de antiexplosivos de la Policía que trabajó por más de dos horas bajo el sol del mediodía para desactivar el circuito que permitiría hacer explotar la moto. Al menos tres uniformados -bien equipados- fueron los encargados de enfrentar el peligro. "Gracias a la comunidad que alertó y a los grupos explosivos que neutralizaron esa acción", dijo el alcalde de Pradera, Justino Sinisterra.

Los salvó el miedo 

Pradera está ubicado en el suroriente del Valle del Cauca, junto a Florida limitan con el municipio de Miranda y Caloto, norte del Valle. En el costado occidental del pueblo -montaña arriba- comparten jurisdicción con algunas poblaciones de Tolima. Por varias décadas ese fue un paso estratégico del Frente Sexto de las Farc. 

Desde la zona rural bombardeaban con tatucos a la población civil. Los atentados, en su mayoría, eran con carros y moto bombas, una práctica criminal que cobró decenas de vidas. Esas heridas aún no han sanado y la comunidad se mantiene en alerta, ahora mucho más cuando disidencias de las Farc, agrupadas en el frente Dagoberto Ramos, intentan hacerse de nuevo a esos territorios. Por eso, los pobladores no dudaron en ir hasta la estación de Policía para que rápidamente revisarán esa moto sospechosa.

"Nuestro municipio siempre ha estado en riesgo, y nosotros venimos tomando las medidas efectivas", agregó el alcalde Sinisterra. Dice que las alertas enviadas por la Defensoría del Pueblo han ayudado a identificar posibles hechos de violencia en este municipio.