‘Tatequieto’ a carrozas románticas de Cartagena

El desplome del caballo ‘Luchador’ el pasado 2 de julio en pleno de centro de Cartagena por cuenta de la deshidratación y el exceso de trabajo, puso a varias entidades distritales y del nivel central a hablar en serio sobre el maltrato animal por parte de los cocheros en la capital de Bolívar.

La preocupación llegó a tal nivel que ahora, con un pronunciamiento de la Procuraduría, se podría acabar uno de los planes más románticos en la ‘Heroica’: el paseo en coches tirados por caballos a través del centro histórico.

El caso, que pasó primero por la alcaldía de Cartagena que expidió un decretó reglamentando este servicio, y por fundaciones defensoras de animales en esa ciudad, ahora tocó las fibras de la Procuraduría.

El procurador delegado para asuntos ambientales y agrarios, Oscar Darío Amaya, le envió una carta al alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez, donde pone de presente esa problemática.

En el documento de siete páginas el Ministerio Público, conocido por Semana.com, le pidió al mandatario que suspenda provisionalmente el servicio de cohechos turísticos “hasta tanto se hayan adoptado las medidas contingentes y necesarias para proteger la salud y la vida de los equinos”.

Así mismo pide “la inmediata reorganización de la actividad contando efectivamente con aquellos que de allí derivan de su sustento”.

El Distrito Turístico tendrá un plazo de 10 días para emitir un informe veterinario de los caballos que en los últimos días se han desplomado en medio de los recorridos. En el documento la Procuraduría General cita los informes de las visitas hechas por dos agentes de la Policía Ambiental a las pesebreras ubicadas en el sector de Chambacú.

“Al ingresar a la zona se pudo evidenciar el deplorable estado de la misma caracterizada por el mal olor y la presencia de basuras, que atraen no sólo a las moscas sino también a los roedores”, precisa uno de los apartes del documento elaborado por la Procuraduría General que tiene además 16 fotografías.

En otro apartado se indica que se están incumplimientos los horarios para adelantar esta actividad y toda la reglamentación existente. “Los abrevaderos y comedores no son los adecuados, pues básicamente son canecas plásticas o en concreto, pero no cuentan con las condiciones que deben reunir para evitar el apostamiento de las aguas o que se humedezca la comida y ésta se fermente causándole posiblemente enfermedades como el cólico”.

Además se manifiesta que las pesebreras, construidas con palos de madera y techos de zinc y plástico, “no prestan el resguardo y abrigo necesario para evitar las lluvias o el sol ingresen por las diferentes ranuras. Así mismo el suelo está compuesto por barro, escombro y basuras”. Se indica que actualmente hay 150 caballos prestando este “servicio” que tienen que hacer largos recorridos soportando un peso superior al que puedan llevar y, además, las herraduras que tienen son es las más adecuadas.

Hace pocos días Semana.com reveló la manera como estos animales pasan por jornada excesivas de trabajo. Vicky de Zubiría, de la fundación Ángeles con patas contó que un caballo de estos debe recorrer 25 kilómetros desde las afueras de Cartagena donde viven sus dueños hasta el centro de la ciudad.

Reveló además que trabajan ocho horas diarias sin agua ni alimentación. Y cuando el conductor del coche no lleva clientes, recorre la ciudad para buscarlos. Esto se traduce en menos descanso para el animal. Al terminar la jornada, el cochero vuelve a recorrer los 25 kilómetros de regreso.

Ahora el balón está en manos de la Alcaldía, que deberá definir si acoge o no la petición del Ministerio Público.