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El senador aseguró que de mantenerse la JEP, insistirá en sus reparos. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

¿Podrá Álvaro Uribe tumbar la JEP?

El expresidente Álvaro Uribe, con su propuesta de referendo, insiste en derogar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Las probabilidades de que esa iniciativa tenga éxito son pocas. ¿Por qué razón?

8 de noviembre de 2020

El expresidente Álvaro Uribe está decidido a derogar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), piedra angular del acuerdo de paz con las Farc.

La nueva andanada contra el tribunal creado para castigar los delitos cometidos por la exguerrilla aparece en la propuesta del referendo que propone el líder del Centro Democrático y que tiene muy pocas posibilidades de prosperar en su conjunto.

Desde la campaña presidencial del 2018 y luego de que el ‘no’ ganara en el plebiscito, la obsesión del uribismo ha sido acabar con la JEP. El entonces candidato Iván Duque lo prometió, pero ya siendo presidente fracasó en el Congreso y lo cierto es que en el arranque de su mandato perdió tiempo valioso en ese polémico proyecto y al final fue derrotado.

Los expertos han dicho que el mandatario, iniciando su gestión en la Casa de Nariño, pudo haber gastado su capital político en el trámite de otros proyectos en el Poder Legislativo, pues eliminar la JEP es una idea que no ha logrado y difícilmente va lograr convencer a otros sectores más allá del uribismo.

En medio de ese contexto, el expresidente Uribe vuelve ahora a la carga con la misma iniciativa y todo apunta a que tampoco va a tener suerte.

Tal como está diseñado el referendo y por cuenta de los topes de votos que se deben alcanzar, las posibilidades de que tenga éxito en las urnas son más bien lejanas. Basta recordar que la consulta anticorrupción, que realmente unía al país, no logró los apoyos necesarios en las urnas y terminó hundida.

El referendo de Uribe plantea derogar la JEP y trasladar sus funciones a la justicia ordinaria, manteniendo los beneficios que otorga la justicia transicional a aquellos que contribuyan a esclarecer la verdad de la guerra. También propone que se cree una sala especial para los miembros de la Fuerza Pública.

Lo cierto es que, además de que las cuentas en materia de votos para un referendo son casi inalcanzables, políticamente no hay ambiente para que esta idea prospere. Y mucho menos en la coyuntura actual, donde la JEP empieza a mostrar resultados y a ser reconocida por su rol para saber la verdad de los horrores de la violencia.

Si no existiera este tribunal, difícilmente el país sabría que las Farc asesinaron a Álvaro Gómez Hurtado, una hipótesis que nunca barajó la justicia ordinaria durante 25 años.

El expresidente Álvaro Uribe propone un referendo que resume las banderas del uribismo para 2022.

Hasta ahora, la JEP avanza en siete grandes casos, más de 308.000 víctimas se han acreditado y 12.617 personas se han sometido entre exguerrilleros de las Farc, militares y terceros civiles. La causa de sepultar la JEP solo une al uribismo radical y no logra respaldos en otros sectores.

“No podemos ceder a las presiones de quienes encontraron en el ataque a la JEP el núcleo central de sus propuestas políticas”, dijo hace poco la saliente presidenta del tribunal, Patricia Linares, cuya labor fue meritoria de aplausos.

Derogar la JEP es una apuesta riesgosa para la misma estabilidad de los acuerdos de paz con los guerrilleros que sí han cumplido y que son una inmensa mayoría. Equivaldría a cambiar las reglas de juego que pactó el Estado para buscar su desmovilización y reinserción a la vida civil y política.

Este nuevo intento de tocar la JEP va a profundizar la polarización política y la división que desde el 2016 tras el plebiscito sobre los acuerdos con las Farc. En el 2022, la bandera del uribismo, tal como lo anticipa la propuesta del referendo, será volver a agitar la confrontación política en torno a lo dialogado con la exguerrilla.

“La JEP puede requerir algunas reformas, ajustes o mejoras, pero siempre en la línea de fortalecerla y legitimarla y no de exterminarla o agredirla. Si la JEP no existiera habría que inventarla, si de verdad creemos que el corazón de la paz son los derechos de nueve millones de víctimas”, ha dicho el procurador Fernando Carrillo.

Más allá de las cuentas de un referendo, políticamente Uribe no logrará sumar a muchos sectores. Por eso, su idea terminará siendo una propuesta del uribismo en las elecciones presidenciales del 2022, donde el centro y la izquierda harán todo lo posible por proteger la JEP y sacar adelante el acuerdos de paz.