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El Puente Pumarejo empezó a construirse en 2015, en el gobierno de Juan Manuel Santos. | Foto: Cortesía

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Puente Pumarejo, conectividad en el Atlántico

Este viernes fue puesta en funcionamiento la nueva obra que conecta a los departamentos de Atlántico y Magdalena sobre el río Magdalena. La inversión fue de $800.000 millones.

20 de diciembre de 2019

A lo lejos, la imagen es la del poderoso río Magadalena atravesado por dos estructuras superpuestas. De cerca, la majestuosidad de la nueva obra parece tragarse la corta historia de su antecesor. Este viernes entró en funcionamiento el nuevo puente Pumarejo y el encargado de darle paso a los primeros vehículos fue el presidente de la República, Iván Duque.

La nueva estructura tiene 3,2 kilómetros de extensión de vías y un ancho de 38,10 metros, lo que lo convierte en el puente atirantado más largo del país y el más ancho de Latinoamérica.


En el acto de apertura, además de Duque, participó una larga comitiva integrada por la vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez; la ministra de Transporte, Angela María Orozco; el director del Invías, Juan Esteban Gil;  el exvicepresidente, Germán Vargas Lleras; los mandatarios locales y un grupo de senadores costeños. Como invitado especial estuvo el jugador del Junior de Barranquilla, Teófilo Gutiérrez, quien creció en La Chinita, uno de lo barrios próximos al puente.

La obra, que empezó a construirse en 2015, por iniciativa del gobierno de Juan Manuel Santos, busca mejorar la conectividad entre los departamentos del Atlántico y Magdalena. Además, facilitar la navegabilidad por el río.

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Para armar su estructura, donde reposan 136 tirantes de acero, se utilizaron más de 181.000 metros cúbicos de concreto y 33.000 toneladas de acero de refuerzo. Cuenta con 1,1 kilómetros de vías auxiliares y accesos. Lo que significó una inversión de casi $800.000 millones.

La idea es que con un dragado adecuado del canal y la nueva estructura, que tiene una altura (galibo) de 45 metros desde el lecho del río, puedan moverse aguas arriba barcos de mayor capacidad, lo que generaría una mayor movilización de carga y pasajeros por la arteria fluvial.

El nuevo puente tiene tres carriles en cada sentido en su tramo principal, lo que mejora la capacidad vehicular, ya que la vieja estructura cuenta con uno solo, lo que venía generando alta  congestión de tráfico.

Más allá de lo importante de la obra, no todo es perfecto en el nuevo puente. Uno de sus lados, la vía de acceso al corregimiento de Palermo, en el municipio de Sitionuevo (Magdalena), tiene solo un carril por sentido, lo que podría generar embotellamientos en horas de alto tráfico vehicular. Así que el verdadero impacto de movilidad en la zona solo se podrá determinar cuando se materialice la construcción de los 3,5 kilómetros de doble calzada que van hasta el peaje de la vía Ciénaga – Barranquilla. Como solución temporal el Invías anunció la implementación de un plan especial de tráfico y señalización.


¿Demolición parcial?

El viejo puente fue inaugurado en abril del 1974 por Misael Pastrana Borrero, presidente de la época, y su nombre oficial es Laureano Gómez. Pero desde su apertura, la gente empezó a llamarlo puente Alberto Pumarejo, en honor al político costeño que fue ministro durante el mandato de Enrique Olaya Herrera.

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Respecto el uso del antiguo puente, el Director General del Invías, Juan Esteban Gil Chavarria, aseguró que se estudia la posibilidad de no demoler toda la estructura,  sino solamente la parte central del mismo, para facilitar el paso de las embarcaciones de mayor tamaño. La idea es evaluar un proyecto de desarrollo  arquitectónico para un uso turístico y cultural de las estructuras laterales.

Los estudios y diseños para ese proyecto serían contratados en 2020, tendrían una inversión aproximada de $4.000 millones y su desarrollo tomaría unos nueve meses.