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Rey de la extorsión

Desde la cárcel, un preso fue la pesadilla de más de siete mil personas y se convirtió en el mayor extorsionista de la historia del país. Escuche aquí la grabación de las llamadas.

15 de enero de 2011

En los últimos dos años, más de siete mil personas fueron víctimas de la extorsión. Empresarios, dueños de pequeños negocios, administradores de locales, empleados, estudiantes y hasta amas de casa en todo el país, comenzaron a recibir una serie de llamadas y panfletos en los que se les exigían gruesas sumas de dinero. Los modus operandi eran tan simples y efectivos como intimidantes.

Muchas de las víctimas recibían en sus oficinas un sobre por correo certificado que contenía una carta con el emblema de las Farc al lado izquierdo, una pequeña foto de 'Tirofijo' al derecho y el encabezado "Estado mayor de las Farc-EP". Pésimamente redactada, la carta exigía una suma de dinero como "contribución al impuesto de paz de las Farc". Las cifras oscilaban entre cinco y 80 millones de pesos.

A los pocos días de recibir las cartas, las víctimas recibían una llamada telefónica en sus lugares de trabajo o en sus residencias. Quien les hablaba por la otra línea se identificaba como 'el comandante Freddy' del frente 51 de las Farc. En las comunicaciones les decía a las víctimas que "la organización" necesitaba ayuda y por lo tanto debían aportar material de intendencia, munición y botas de campaña, así como vacunas para la leishmaniasis.

Como para una persona común es extremadamente difícil conseguir ese tipo de elementos, 'el comandante Freddy' les decía a sus víctimas que debían aportar el equivalente a lo solicitado, pero en efectivo. En las llamadas, algunas en tono cordial y otras con palabras extremadamente agresivas, el personaje afirmaba tener comandos que en caso de incumplir las exigencias podían secuestrar o asesinar a las víctimas. Por físico miedo, muchas de las personas entregaban el dinero en efectivo a un supuesto guerrillero o, en otros casos, consignaban el dinero en una cuenta que les suministraban. "La gente se asusta mucho cuando llega una carta o una llamada a la oficina. La mayoría no cae en la cuenta de que esos son datos muy fáciles de conseguir porque las direcciones y los teléfonos de los negocios son públicos y están en directorios, etcétera, y no son producto de 'labores de inteligencia' de los delincuentes, como les hacen creer. Por ese desconcierto, las personas terminan por entregar información adicional, como teléfonos de las residencias o sus números celulares, los cuales son capitalizados por los delincuentes para hacerles creer que los tienen chequeados", explica un investigador del Gaula de la Policía.

Entre 2009 y 2010, cerca de siete mil personas en diferentes lugares del país recibieron llamadas de los supuestos 'comandantes Freddy y Joaquín del frente 53'. A pesar de que en casos de extorsión el Gaula de la Policía tiene una eficacia por encima del 90 por ciento en capturar a los extorsionistas, muchas de las víctimas optaban por pagar y no denunciar ya que creían que habían conseguido un buen arreglo al entregar un millón de pesos luego de una exigencia inicial de 100 millones

A finales del año pasado, la gerente de un negocio de vehículos que estaba siendo extorsionada por 'el comandante Freddy' decidió denunciar su caso ante el Gaula. Los hombres de la Policía descubrieron que 'Freddy' era en realidad John Jairo Bohórquez, condenado a 40 años de prisión por homicidio, y que 'el comandante Joaquín' era Celso Carmona, su compañero de celda. Determinaron además que diariamente estos dos hombres podían realizar alrededor de cien llamadas, de las cuales cerca del 10 por ciento tenían éxito.
 
Tan solo en Bogotá, 120 empresarios fueron extorsionados en 2010 por estos hombres. "El problema en este caso es que son dos personas con condenas altas que realmente no tienen nada que perder y una más por extorsión no les importa. En coordinación con el Inpec se han trasladado de cárcel varias veces, pero vuelven a comenzar", explicó un oficial. Más allá de movilizar a estos reyes de la extorsión de una cárcel a otra, no hay mucho que las autoridades puedan hacer. Por eso la mejor forma de combatirlos y evitar ser víctima de estos extorsionistas es denunciar.
 
Escuché aquí la grabación de las llamadas.