Así vivió un soldado el ataque en La Esperanza

El ataque de las FARC a una unidad del Ejército que dejó 11 militares muertos en la vereda La Esperanza, del corregimiento El Provenir, municipio de Buenos Aires (Cauca), no sólo enlutó al país que hoy lamenta la muerte de 11 militares y espera la recuperación de 20 heridos, también denotó el grado que ha alcanzado la guerra.

Precisamente, uno de los sobrevivientes, el soldado Luis Humberto Díaz, narró la forma como se produjo el ataque de las FARC. En su relato contó que tras 14 días de caminatas y una jornada de patrullaje, estaban descansando cuando oyeron los primeros disparos.  

La oscuridad de la noche no les permitió ver nada. Eran las 11:40 p. m. del martes 14 de abril y las balas empezaron a cruzar por el campamento. Según el soldado Díaz, varios de sus compañeros confundieron los disparos con rayos. El cielo estaba cerrado por el fuerte aguacero que caía en esa zona de clima cálido.  

Sus palabras son reveladoras: “Los que pudimos reaccionar a tiempo somos los que estamos aquí”. Lo que vino después fue desesperanza, miedo e incertidumbre. “Es un momento difícil, sólo se escucha llanto, voces de auxilio, todo el mundo está para defender su vida”.  

La oscuridad no les permitió a los soldados ver quiénes eran los hombres que los atacaban y si vestían de camuflado. La versión de las FF. MM. es que los guerrilleros estaban vestidos de negro, lo que les permitió esconderse.

La lluvia no cesó durante el ataque, tampoco cuando los hombres de la guerrilla se replegaron. De inmediato y tras acordonar el área, los militares iniciaron la atención de los heridos. La escena era desgarradora.

Hoy este soldado considera que pudo existir un exceso de confianza y que el apoyo aéreo es clave para que hechos como este no ocurran. “A las Fuerzas Militares nos quitaron la mano derecha” dice indignado el soldado cuando recuerda que no llegó el apoyo de aviones y helicópteros.  

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, visitó a los sobrevivientes, en un mensaje expresó las condolencias y reconoció el trabajo en contra de campamentos en los cuales se procesa droga. “Los veo ‘careacontecidos’ y no es para menos. Pero les pido fuerza, debemos seguir construyendo la paz y el desarrollo para los colombianos”.

“Ánimo, muchachos. Espero puedan recuperarse de esto. Ustedes nos importan, Colombia los quiere y los respeta. Ustedes han aprendido de qué hay que hacer y qué no hay que hacer”, puntualizó el ministro.

Al final les dijo que no era el momento para reprochar posibles faltas. “Ánimo, muchachos. Espero puedan recuperarse de esto”. Tras evaluar lo que ocurrió, el ministro señaló que es la hora de tomar unos correctivos en la estrategia militar.