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¿UN LIO MOGOLLO?

Una indelicadeza común entre los colombianos tiene contra los palos al congresista que investiga a Samper.

30 de octubre de 1995

DE SEGUIR ASI LAS COSAS, el representante Heyne Mogollón va a tener que encomendarse al patrono de su tierra, Santo Domingo Vidal, para que lo saque de los líos en que se ha metido desde el momento en que asumió la investigación del presidente de la República, Ernesto Samper Pizano. La fama de Santo Domingo Vidal creció en la Costa Atlántica después de que Manuel Zapata Olivella escribiera el libro En Chimá nace un santo. Dicen que Santo Domingo sana a los enfermos, protege a los indefensos y consuela a los afligidos."Lo único que él no hace es absolver a los acusados", dice un paisano de, Mogollón.
Las dificultades para el representante Mogollón comenzaron desde el momento en que le tocó investigar al presidente Samper dentro de la comisión de acusaciones de la Cámara. Las primeras denuncias tuvieron que ver con el presunto favorecimiento del propio Mogollón con los dineros del narcotráfico que habrían sido distribuidos en Córdova. De acuerdo con la versión del representante Miguel de la Espriella, tesorero de la campaña en ese departamento, él recibió 90 millones de pesos que le envió Santiago Medina desde Bogotá. El dinero habría sido distribuido entre los políticos liberales del departamento, incluyendo al senador Francisco José Jattin, jefe político de Mogollón.
Pero quien soltó la artillería pesada contra Mogollón fue El Espectador, que afirmó que el representante a la Cámara financió su elección con un crédito de fomento de 18 millones de pesos, otorgado por la Financiera de Desarrollo Agropecuario-Finagro-.
Aunque Mogollón sostuvo ante los medios de comunicación que "ese es un problema mío con el banco", lo cierto es que el crédito podría enredar bastante al congresista, puesto que el presunto delito está contemplado en el artículo 241 del Código Penal bajo el título de 'Aplicación fraudulenta de crédito oficialmente regulado' y que establece que "el que con destino a actividad industrial o agropecuaria obtenga crédito oficialmente regulado y no le dé finalmente aplicación a que está destinado, incurrirá en arresto de seis meses a tres años y multa de cinco mil a un millón de pesos ". Una jurisprudencia de la Corte Suprema deja las cosas más en claro al considerar que " (...) Es así como bien puede darse el evento de obtención fraudulenta del crédito y pagarse en debida oportunidad el mismo y, sin embargo, por no haber sido aplicado a lo que oficialmente se había indicado como razón de ser de él, atraer la sanción penal".
Lo curioso de todo el tema es que Mogollón con su préstamo no hizo nada distinto a lo que hace el 99 por ciento de los colombianos con los créditos que obtienen de Finagro. Es decir que piden la plata para una cosa y la invierten en otra. Luego, cuando llega la inspección del banco, muestran dos o tres obras insignificantes que justifiquen el préstamo, preparan un sancocho, se beben cualquier cantidad de botellas de ron, emborrachan al director y asunto arreglado. Lo que sucede es que hasta el momento a ninguno de los colombianos pertenecientes a ese 99 por ciento de acreedores de Finagro le había tocado la galleta de investigar al propio Presidente de la República.
Todo esto hizo que Mogollón, quien se había caracterizado por su prudencia y bajo perfil perdiera la calma y se viniera lanza en ristre contra el vicefiscal Adolfo Salamanca,"Es sencillamente deleznable -dijo,- que el visefiscal pretenda sugerir que se han presentado filtraciones del proceso 8.000 en la comisión de acusaciones Esos comentarios le hacen daño al país y son caldo de cultivo para que ocurran hechos tan graves como el atentado al doctor Cancino".
A Santo Domingo Vidal, el patrono de Chimá, le va a tocar, por lo visto, hacerle dos milagros a Mogollón: sacarlo de todos los líos y empezar a frenarle la lengua.