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UN NUEVO CAPITULO

Con las revelaciones del empresario César Villegas sobre el supuesto recaudo de dineros del cartel por parte de Juan Fernando Cristo el narcoescándalo da un nuevo giro.

14 de octubre de 1996

En muy pocos días los rumores se volvieron realidad: el empresario César Villegas, detenido desde hace dos meses en la casa cárcel de La Modelo, involucró en su indagatoria ante la Fiscalía al ex consejero presidencial Juan Fernando Cristo, a quien acusó de haber tramitado el recaudo de 80 millones de pesos de Exposal, una empresa de fachada del cartel de Cali, con el fin de buscar apoyar con esos fondos a dirigentes samperistas en las elecciones de Congreso de 1991 y de mitaca de 1992. Según Villegas, Cristo, entonces secretario privado de Ernesto Samper en el Ministerio de Desarrollo, le pidió que consignara esos dineros en cuentas de empresas propiedad de Villegas para que de ellas salieran esos mismos fondos con destino a más de una docena de líderes samperistas de diferentes regiones, entre ellos el hoy ministro del Interior Horacio Serpa y el actual gobernador de Antioquia Alvaro Uribe Vélez. Villegas aclaró que esos dirigentes no estaban enterados del origen de los recursos. El constructor y ex presidente del Club Deportivo Independiente Santa Fe aportó los cheques que sustentan en buena parte sus afirmaciones con el fin de demostrar, entre otras cosas, que él no se había lucrado con esos recursos. La Fiscalía había encontrado, entre otros documentos, dos cheques de Exposal por valor de 50 millones de pesos, consignados en cuentas de empresas de Villegas. Este a su vez entregó un tercer cheque de Exposal, por 30 millones, igualmente consignados en sus cuentas, y procedió a explicar en su indagatoria la forma como había girado esos 80 millones a la dirigencia samperista. Todo ello, según Villegas, en cumplimiento de instrucciones de Cristo. La noticia saltó el miércoles a las primeras páginas de los periódicos, que le dieron gran despliegue porque Cristo es reconocido por amigos y adversarios del gobierno como uno de los más cercanos, leales y eficientes colaboradores del presidente Samper. Hace pocas semanas había decidido dejar la vicecancillería para aceptar el cargo de embajador de Colombia en Atenas. El jueves, en las escaleras que conducen a la plaza de armas de la Casa de Nariño, Cristo leyó una breve declaración en la que afirmó que "jamás he tenido relación alguna con gente vinculada a actividades del narcotráfico y nunca realicé gestión o transacción financiera relacionadas con el señor César Villegas". Capitolio agitado La certeza de que Villegas había señalado a Cristo como gestor de los cheques de Exposal la tuvieron primero que todo algunos congresistas el martes en la tarde en el Capitolio Nacional. Un resumen de la indagatoria del empresario circuló desde el mediodía por los corredores del Congreso con los nombres de varios de los políticos que habían terminado usando esos dineros en sus campañas del 91 y el 92. "Un par de funcionarios del gobierno me mostraron el resumen de la indagatoria y me dijeron que la fuente era la Procuraduría, que había asistido a la diligencia", sostuvo a SEMANA un senador liberal. El texto no era del todo fiel a la indagatoria, pues aseguraba que Villegas había acusado a los dirigentes que recibieron los cheques, cuando en realidad el empresario dejó constancia de que éstos no conocían el origen de los fondos. Al final de la semana, cuando los elementos de este caso quedaron expuestos sobre la mesa, la impresión generalizada era la de que por ahora este episodio quedaba en una confrontación entre la palabra de Villegas y la palabra de Cristo. Por intermedio de su abogado, Villegas ha ofrecido a la Fiscalía aportar otros documentos que sustentan sus afirmaciones en el caso de Cristo, pero el empresario ha puesto una condición: que el ente acusador comience a reconocerle beneficios por colaboración. La Fiscalía, por su parte, considera que esos beneficios sólo comenzarían a ser concedidos a partir de la entrega de otros documentos. Este pulso es el resultado de un síndrome que se desató hace algunas semanas cuando algunos de los beneficios que había ganado el ex tesorero de la campaña samperista, Santiago Medina, parecieron quedar en el aire a la hora de confirmarse su sentencia por un juez sin rostro. "No hay duda de que estamos enfrentando problemas de desconfianza por parte de los sindicados que quieren colaborar reconoció a SEMANA una alta fuente de la Fiscalía, pero aun así tenemos que tratar de obtener lo máximo de quienes piden beneficios". Mientras se resuelve este conflicto que tiene en suspenso el proceso, la Fiscalía debe tomar otra decisión: si llama o no a declaración o a indagatoria al ex consejero Cristo, en lo que sin duda se constituiría en el siguiente capítulo de esta historia, que podría implicar que los nexos del samperismo con el cartel deCali son anteriores a los episodios de la campaña presidencial de 1994.