Dionisio Araújo (der.) ha hecho campaña sin el pleno respaldo de su partido, el Conservador, que cada vez más pierde su trascendencia en la capital. | Foto: Daniel Reina

ELECCIONES 2011

La soledad de Dionisio Araújo

Los rumores sobre la renuncia del candidato conservador demuestran que no tuvo el pleno respaldo de la colectividad y que uno de los partidos tradicionales y poderosos perdió su incidencia en Bogotá.

29 de septiembre de 2011

Dionisio Araújo es el candidato a la Alcaldía de Bogotá por el partido más antiguo y uno de los más poderosos del país, el Partido Conservador. Araújo es el candidato menos reconocido por la opinión pública. Recientes encuestas, como las del Centro Nacional de Consultoría (para el noticiero CM&) y ‘Cifras y Conceptos’ indican que la intención de voto a su favor es del cero por ciento.
 
Araújo marcha último en las encuestas. Pese a ello asiste puntual a todos los debates. Interviene más de la cuenta y quienes cubren los debates ven que sus ideas no son descabelladas, que tiene una buena radiografía de la ciudad y que sería un buen candidato. Pero está solo en el debate electoral.
 
Quizás, el propio Araújo apostó por la soledad. Cuando el Partido Conservador le propuso la candidatura a varios ‘ilustres conservadores’ (Martha Lucía Ramírez, Paulo Laserna, Juan Gabriel Uribe) y estos, uno a uno, rechazaron la invitación, Dionisio, expresidente de FENALCO, levantó la mano para decir “si no tenemos candidato, acepto ser el candidato”.
 
Para algunos dirigentes conservadores, la ‘autopostulación’ de Araújo obedeció a que, “velando por los intereses del partido”, decidió poner su pellejo para que el Partido Conservador no se quedara excluido del debate electoral de la capital, precisamente en una de las elecciones más reñidas, no solo por el número, sino por lo heterogéneo de la baraja de aspirantes al Palacio de Liévano.
 
Mientras dirigentes conservadores del ámbito nacional le sugerían al presidente del partido, senador José Darío Salazar, llegar a un acuerdo programático para que el partido se uniera al respaldo de la candidatura de Peñalosa, Araújo recurrió al directorio de la capital para que avalara su candidatura.
 
Pero el respaldo de los dirigentes distritales no se tradujo en el respaldo del Directorio Nacional. Mientras todos los candidatos se inscribieron con bombos y platillos, acompañados por los dirigentes más reconocidos de sus respectivos partidos o movimientos, Araújo no estuvo acompañado del máximo dirigente del partido, José Darío Salazar, y ningún congresista conservador quiso aparecer en la foto.
 
Los candidatos conservadores al Concejo de Bogotá, como Soledad Tamayo (la concejal conservadora con más votos en la capital), hacen su publicidad política pero en sus vallas o volantes jamás mencionan que Diniosio Araújo es ‘su alcalde’. Mientras tanto, los candidatos por otros partidos hacen lo contrario, y manifiestan con orgullo quién es su aspirante a la Alcaldía.
 
Araújo, en privado, también se ha quejado de que el Directorio Nacional no le ha girado un solo peso de anticipo para su campaña. Araújo, en privado, admite que los conservadores lo dejaron solo.
 
Incluso varios dirigentes del Conservatismo manifestaron que sería un error para el Partido insistir en su candidatura, y por eso una corriente ha insistido en pedirle a José Darío Salazar que pida la renuncia a esa aspiración.
 
La exministra Martha Lucía Ramírez considera que el Partido Conservador “debe ser responsable con Bogotá”. Y advierte que si Araújo no repunta en las encuestas, “el partido debe replantear esa candidatura”.
 
Mientras tanto el Directorio Distrital Conservador es el que sigue respaldando a Araújo, y condiciona la renuncia del candidato a que los de otros partidos, especialmente los de la Unidad Nacional, también renuncien.
 
La tesis de Carmenza Caballero, presidenta del Directorio Distrital, es que Araújo renuncie pero que David Luna y Carlos Fernando Galán hagan lo mismo. Y así los conservadores, los liberales y Cambio Radical se unan para apoyar a un candidato de “unidad”, el cual sería Enrique Peñalosa (del Partido Verde y La U, los otros miembros de la Unidad Nacional).
 
El senador José Darío Salazar, en público, envía mensajes de respaldo. Hace tres semanas, en Cali, cuando presentó la estrategia institucional del Partido, le dijo a Semana.com que Araújo “sí representa las políticas conservadoras, y la apuesta por la seguridad cotidiana”.
 
Salazar, además, ha dicho que el Partido no le pedirá la renuncia y que esa decisión será exclusiva de la voluntad de Araújo.
 
A un mes de las elecciones, crece el rumor que Araújo ya renunció a su candidatura. Que lo hizo verbalmente y que Salazar estudia la conveniencia o no de que el Partido renuncie a participar en el debate electoral de Bogotá. Aún no hay versiones oficiales.
 
Pero más allá de la polémica en torno a un nombre, lo preocupante para el Partido Conservador, fundado en 1849, y con 31 presidentes de la República (incluidos los dos del Frente Nacional), cada vez tiene menor trascendencia en la capital del país.
 
El exministro Carlos Holguín Sardi le admitió a Semana.com ese escenario. “Me preocupa que un partido fuerte en todo el país, prácticamente no exista en Bogotá”. Actualmente, dirigentes conservadores bogotanos se cuentan con los dedos de la mano: dos concejales y un solo representante a la Cámara.
 
Holguín también valoró “la valentía” de Araújo de querer representar los intereses del Partido en la ciudad. El dilema para el Partido es desaparecer del debate, admitiendo la renuncia de Araújo, o darse la pela con candidato pero cosechar una de las peores derrotas de su casi bicentenaria historia.