Ir a la cárcel en Colombia parece que representa cumplir un doble castigo: la pena que dicta la ley y las penurias que se soportan en los centros de reclusión. El hacinamiento en cárceles que supera el 52 %, por ejemplo, no es nuevo pero hace parte de la realidad de miles de colombianos.Precisamente ha sido la Defensoría la encargada de volver a pedir medidas radicales. En menos de dos semanas ha solicitado a la Corte Constitucional el cierre de la cárcel de Bellavista y de Riohacha que, valga decir, son sólo la punta del iceberg, casi todas las cárceles del país tienen problemas de hacinamiento, prestación del servicio de salud e infraestructura.Semana.com realizó una selección de algunas cárceles que están en una situación crítica y que necesitan medidas urgentes.Riohacha, la más hacinadaEsta cárcel no es la más grande del país, sólo tiene capacidad para 100 presos, sin embargo, en este momento alberga 454, es decir, tiene un hacinamiento del 454 %, según el Inpec. Allí llegan reclusos de toda La Guajira, y, como reza el adagio popular, “no hay cama pa tanta gente”.La escena es impresionante, en una misma celda puede haber más de 30 presos en medio del calor, que alcanza 38°C. Ellos se acomodan como pueden, hay casos en los que duermen en dos cuadros del piso o en hamacas, se han visto obligados a recortar los colchones por la mitad y para colmo de males, algunas celdas no tienen baño, entonces en un balde hacen sus necesidades y en otro tienen agua.Esto se traduce a una cifra concreta: cada interno tiene sólo 60 centímetros cuadrados a su disposición, según el informe de la Defensoría Delegada para la Política Criminal.Le puede interesar: Presos de las FARC, ansiosos y temerosos de dejar la cárcelAhora, si el hacinamiento se calcula teniendo en cuenta las condiciones de reclusión respetuosas de los derechos de los internos, como lo hace la Defensoría del Pueblo, entonces el hacinamiento es del 930 % en esta cárcel.Otro argumento para pedir el cierre de la cárcel es la infraestructura obsoleta que data del año 1979 y que tiene problemas en sus redes eléctrica e hidrosanitaria, al punto de que los presos construyeron una red artesanal para poder conectar los ventiladores y soportar el sofocante calor. Se ha dicho que existe un lote para construir y solucionar dicho inconveniente, sin embargo, fuentes cercanas a la cárcel de Riohacha le aseguraron a Semana.com que el lote está en pleito pues comunidades wayuú alegan que son tierras ancestrales.Bellavista, una cárcel a punto de derrumbarseEl problema de esta cárcel de Antioquia no es sólo el hacinamiento, que corresponde al 71 %, sino el riesgo inminente de que sus estructuras colapsen y produzcan una tragedia. Es el caso del patio 2, el cual ante un evento sísmico no se puede garantizar la seguridad de los ocupantes por lo que se recomienda la demolición, según un estudio de vulnerabilidad presentado por la directora general de la USPEC, Claudia Alejandra Gélvez.Eso no es todo, también tiene “humedades, problemas de corrosión, asentamientos y problemas graves estructurales que son detectables mediante observación directa; además se pudieron evidenciar fallas en el concreto y en el acero”, se lee en la solicitud de cierre que envió la Defensoría a la Corte Constitucional.Una de las situaciones que más preocuparon al defensor del Pueblo, Carlos Negret, fue el denominado “pico y placa” para dormir, que consiste en que los internos se turnan para descansar, esto ocurre en los patios 2, 4 y 8.Vea: Los raizales reclaman a sus presosEn Bellavista también hay problemas con el servicio de salud. Cuentan con el personal, pero no hay medicamentos para los internos.Además, fuentes cercanas a la cárcel le aseguraron a Semana.com que el personal de guardia y el administrativo no son suficientes, “entonces los guardias también asumen tareas administrativas”.A raíz de la denuncia pública del defensor del Pueblo empezaron a trasladar a más de 100 internos a otras cárceles de Antioquia.Valledupar y su grave falta de aguaLa Penitenciaría de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, también conocida como la ‘Tramacua’, fue noticia en días pasados debido a que algunos de sus internos decidieron coser su boca y entrar en huelga de hambre para protestar.En la cárcel de Valledupar se han denunciado graves problemas en la prestación del servicio de agua, incluso la Corte Constitucional llegó a proponer a mediados del año pasado un ‘pico y placa‘ para garantizar el consumo del líquido.“Por ejemplo, en vez de abrir la llave en un solo lugar durante un período continuo de 30 minutos, en el que los internos prácticamente tienen que arriesgar su vida para llenar sus recipientes de agua, tal como actualmente ocurre, se podrían hacer algunas pruebas piloto para establecer turnos por cada piso de la torre, de manera que no se formen tumultos, que no se desperdicie el agua y que cada interno cuente con una cantidad mínima vital del líquido”, precisó el alto tribunal en su momento.En ese entonces la Corte advirtió que de no mejorar las condiciones, la cárcel se debía cerrar, y así ocurrió. Actualmente los internos siguen sufriendo por el agua, la alimentación, las condiciones de salubridad y el hacinamiento.Leticia, entre el hacinamiento y la humedadLa cárcel de Leticia es una de las más hacinadas, tiene capacidad para 118 internos pero alberga 274. En esta cárcel aunque los internos sufren por el reducido espacio, incluso duermen en los baños, son los mismos familiares los que piden que no los trasladen, es lo que se denomina arraigo familiar. Por lo menos allí pueden visitarlos.El clima propio de Amazonas hace que la humedad sea un factor a considerar: las paredes se afectan, se filtra el agua y los internos se enferman. Según fuentes consultadas por este portal, “el clima es tan malsano, que los internos se enferman con frecuencia”. La situación se agrava por los problemas en la prestación del servicio de salud, pues “no han llegado los medicamentos y los familiares son los que tienen que conseguirlos”.Los problemas con la prestación de servicios de salud son a nivel nacional; según la Defensoría del Pueblo hay insuficiencia de medicamentos básicos y de alto costo para tratar patologías como las del VIH, cáncer, hipertensión y diabetes. Además, hay represa de procedimientos especializados y “falta de contratación con la red externa de operadores en salud en todos los municipios”. La prestación de los servicios de salud antes estaba a cargo de Caprecom, después pasó a manos del Consorcio Fondo de Atención en Salud a la PPL.