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Colombia, país invitado de Colombia

Celebremos, pues, esta bocanada de oxígeno. Colombia es Colombia en la feria, y dará lo mejor de sí para organizar la Feria del Libro con un invitado de gran calidad: Colombia.

Daniel Samper Ospina, Daniel Samper Ospina
2 de marzo de 2019

Tan pronto como conocí la noticia de que Colombia será el país invitado a la Feria del Libro de Bogotá, me alegré por Colombia; ¡celébralo, Colombia!, pensé: ¡a la calle a echar harina! Es un gran paso para Colombia ser el país invitado de la feria del libro más importante de Colombia: un reconocimiento a su importancia internacional, al compromiso de Colombia con Colombia. Al fin podremos ver en Colombia a escritores como el padre Linero, Germán Castro, Diana Uribe y demás autores colombianos que traerán

los organizadores de la feria. El extécnico de Santa Fe presentará la obra Cómo perderlo todo, en conversación con Ricardo Silva. Iván Duque presentará la novela La forma de las ruinas, de Juan Gabriel Vásquez, para explicar cómo quedará el proceso de paz luego de su gobierno. Y Colombia al fin podrá mostrar, ante Colombia entera, que Colombia existe: que Colombia es Colombia.

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El país estaba urgido de buenas noticias. Revisa uno la plana de cualquier portal, y queda con la boca abierta, como el propio Duque en el concierto de la frontera. Qué lozanía, qué talante de líder juvenil la de ese presidente de gafas oscuras que, cargado de entusiasmo por oír de cerca a sus cantantes preferidos, se sabía protagonista de un momento histórico, comparable apenas, según sus modestas palabras, a la caída del muro de Berlín. Y se diría que más importante porque, durante la caída del muro, Maduro no bailaba salsa.

Queda uno con la boca abierta, digo, como Duque en un concierto, porque no se sabe cuál noticia es peor. Los calabozos de detención momentánea de la URI están reventados: no cabe un solo vendedor de empanada más. Las mujeres de la Selección Colombia denunciaron abusos sexuales, ante la parsimonia de Álvaro González, el impresentable presidente de la Difútbol. Gustavo Petro mandó una excusa de su psiquiatra para no asistir a una diligencia judicial: ¿cómo puede ser la vida del psiquiatra humano? ¿Ser psiquiatra de Petro vale como pena sustituta?

–Colombia necesita del liderazgo de Petro, es decir de mí, para abrir en dos las aguas de las historias y salvar a las ciudadanías libres del faraón…

–¿Otra vez con el delirio de grandeza, doctor Petro? ¿Te estás tomando la medicina?

Celebremos, pues, esta bocanada de oxígeno. Colombia es Colombia en la feria, y dará lo mejor de sí para organizar la Feria del Libro con un invitado de gran calidad: Colombia.

–Petro, es decir yo, se las encargó a un amigo en Venezuela…

–Con razón, doctor Petro…

–En Venezuela hay economía extractivista, eso es lo malo de Maduro…

–Eso y la violación a los derechos humanos: ¿o qué piensas de eso?

–No a la economía petrolera…

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–Estás en fase negacionista otra vez, Gustavo, mira: tómate juicioso las pepas para que no te pase lo de Iván Duque, que se las dejó de tomar y ahora cree que está armando una gesta libertadora idéntica a la caída del muro de Berlín...

Más noticias: nueve generales promovidos por este Gobierno son denunciados por la ONG Human Rights Watch como cómplices de falsos positivos. Uno espera que el presidente responda por esos nombramientos; y si no el presidente, al menos el doctor Duque. Pero la única justicia posible es que los generales vendan empanadas, para que les caiga todo el peso de la ley. Y, por si fuera poco, Juan Guaidó abandonó el país, cuando su presencia era fundamental para salvar la JEP. No en vano, con el respaldo uribista, Guaidó ofrece amnistía total a los salvajes militares venezolanos sin que tengan que contar la verdad ni recibir penas sustitutas. En ese sentido, a Guaidó la JEP le resultará muy sofisticada, y terminará admirándola y convenciendo a Duque de que la respalde.

Todo resulta convulsivo y letal: sube el desempleo. Arde la Sierra Nevada. Se ahoga Istmina.

Pero la esperanza no está perdida porque Colombia es el país invitado a la Feria del Libro de Bogotá, Colombia. Como colombiano, me siento muy honrado de que Colombia haya llegado tan lejos. Es una gran responsabilidad ser anfitriones de un país tan importante. Debemos exigir nuestro mayor esfuerzo para que la delegación colombiana se sienta como en casa, y no escatimar recursos para traer a los grandes autores de Colombia. En Uber. Porque algunos viven cerca de Corferias, pero otros más al norte.

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Celebremos, pues, esta bocanada de oxígeno. Colombia es Colombia en la feria, y dará lo mejor de sí para organizar la Feria del Libro con un invitado de gran calidad: Colombia. A la vez, Colombia estará a la altura de esa invitación internacional que le formula Colombia. No se escatimarán recursos. María Fernanda Cabal dictará la charla inaugural ‘La vida de García Márquez en el infierno’. Alejandro Ordóñez organizará una quema de libros diseñada especialmente para la ocasión. Simón Gaviria ofrecerá un conversatorio con Ernesto Macías sobre la importancia de leer. Santillana exhibirá los libros de texto en que se narran las virtudes del Presidente Eterno. Y Colombia asistirá, como anfitriona e invitada, a un evento histórico. Tan histórico como la caída del muro de Berlín.

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