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GUILLERMO VALENCIA

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Farmacéuticas y el acceso mundial de medicamentos

El acceso a medicamentos es increíblemente inequitativo y la industria farmacéutica parece tener una capacidad de respuesta mucho más eficaz de lo que se pensaba. La pandemia fue una prueba de ello. No obstante, algunas farmacéuticas destacan en sus acciones por mejorar este panorama.

23 de noviembre de 2022

Cada año, millones de personas de muchos países alrededor del mundo sufren de enfermedades o pierden la vida por la indisponibilidad o la baja asequibilidad de vacunas, medicamentos, pruebas de diagnóstico, tratamientos y similares.

Por supuesto, la gravedad de esto es más que perceptible en países de ingresos bajos y medios, por lo que subsanar las brechas de acceso aún es un reto que se mantiene globalmente y que, al parecer, no tiene suficiente prioridad.

No deben pasarse por alto las lecciones que dejó la pandemia del covid-19 cuando dejó al descubierto la inequidad en los sistemas de salud; esta también fue una oportunidad en la que las farmacéuticas desarrollaron nuevas vacunas a una velocidad récord.

Por ello, en una etapa en la que el mundo está emergiendo de lo peor de la crisis, deben tomarse estas lecciones como ejes transversales para encontrar soluciones a las brechas en el acceso a la medicina, especialmente en los países que son más vulnerables al respecto.

La Access to Medicine Foundation (Fundación de Acceso a la Medicina) publica cada dos años el Índice de Acceso a Medicamentos que evalúa, y compara, a las 20 compañías farmacéuticas más importantes a nivel mundial, basándose en sus esfuerzos (en términos de investigación, inversión y gobernanza en el acceso) para mejorar el acceso a los medicamentos en los países de bajos y medios ingresos.

Así, su edición de 2022 cubre un análisis que va desde los inicios de la pandemia a mediados de 2020 hasta primer semestre de 2022, y se centra en 83 enfermedades y 108 países en los que urge un mejor acceso.

El ranking está liderado por GlaxoSmithKline (GSK), obteniendo el primer puesto por octava vez consecutiva. En esta ocasión, el reporte resaltó de GSK su creación del Grupo de Salud Global destinado a mejorar el abastecimiento de medicina, vacunas, a países de bajos y medios ingresos; la firma de dos acuerdos con Gavi y Unicef para suministrar la vacuna contra la malaria para la inmunización infantil en estos países, y el anuncio de más de USD$ 1.100 millones durante la próxima década para acelerar la I+D en enfermedades infecciones.

En el ranking, el segundo lugar lo ocupó Johnson & Johnson, siguiéndole AstraZeneca, Novartis, Merck y Pfizer.

Las sorpresas en los 10 primeros lugares fueron: AstraZeneca, que logró subir del séptimo lugar en 2020 al tercero en 2022, clasificándose como la empresa número uno en el área técnica de entrega de productos al sobresalir en su enfoque de transparencia de patentes y transferencia de tecnología; y, por otro lado, Bayer logró unirse al top 10, después de mejorar su rendimiento en I+D al ampliar su alcance geográfico.

Así, la pandemia dio lugar a un rápido desarrollo de medicamentos y vacunas, lo que se considera ahora como una demostración de la capacidad de respuesta de parte de las farmacéuticas.

Pero la disparidad en las tasas de vacunación entre los países de ingresos altos y los países de ingresos bajos salió a relucir, involucrando así el suministro desigual de vacunas para la covid-19 entre los países de menores ingresos.

Asimismo, los análisis del índice revelaron que los proyectos dirigidos a enfermedades crónicas (como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y la diabetes) dominan actualmente la cartera, con casi la mitad de todos los proyectos dirigidos a algún tipo de cáncer.

Por otro lado, hubo una caída significativa en los proyectos enfocados en el tratamiento de enfermedades tropicales desatendidas.

En paralelo, los proyectos dirigidos a enfermedades prioritarias como el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis se ha mantenido casi constante desde el último índice; esto implica que varias brechas en productos para su tratamiento siguen sin abordarse dado que sigue habiendo poca o ninguna actividad de I+D para varias enfermedades, que afectan de manera desproporcionada a las personas de países de ingresos bajos y medios.

A nivel general, otro de los problemas que enfrenta la industria farmacéutica es la escasez global de medicamentos por diversos problemas en la cadena de suministro. Un problema que persiste este año y que se espera que persista en 2023.

Parte del problema se deriva de cuán dependientes son las compañías farmacéuticas de fuentes externas: por ejemplo, una parte de la fabricación se lleva a cabo en la India y estos fabricantes dependen en gran medida de China para el suministro de materiales.

Es por esto por lo que, al menos en el caso de Colombia, la industria empieza a demandar una política industrial farmacéutica que promueva la autonomía sanitaria en el país.

Mejorar la capacidad de fabricación y de distribución en el eslabón final de la cadena de hacer llegar los medicamentos a zonas lejanas y de difícil acceso en los países de ingresos bajos y medios es vital para la seguridad sanitaria mundial a largo plazo, pero esto por sí solo no es suficiente para garantizar una respuesta rápida hoy día.

Trabajar actualmente en la distribución a través de cadenas de suministro efectivas será uno de los primeros pasos para comenzar a cerrar esta inequitativa brecha: el acceso sostenible debe estar al frente y al centro de las estrategias de las farmacéuticas y de los gobiernos nacionales.